La "movilización de recursos", como la denominan los participantes de la 15º Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP15), atraviesa todas las negociaciones que buscan delinear un acuerdo lo suficientemente ambicioso como para detener la destrucción de los recursos naturales y las especies silvestre.

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Los países en desarrollo reclaman fondos para implementar un “pacto de paz con la naturaleza”

La negociación está al borde de la ruptura y se da en el marco de la 15º Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad que se desarrolla en Canadá y tiene como objetivo consensuar un documento de carácter vinculante
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16 de diciembre de 2022 a las 05:04

Las deliberaciones para alcanzar el ambicioso objetivo 30/30, que supone que en 2030 estén bajo protección el 30% de las superficies terrestre y marítima de la Tierra, ingresó en la recta final luego de varios días de intensas y complejas negociaciones que incluyen, al igual que en la COP27 sobre cambio climático, un firme pedido del Sur a las principales economías para que financien las iniciativas destinadas a preservar la biodiversidad.

La "movilización de recursos", como la denominan los participantes de la 15º Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP15), atraviesa todas las negociaciones que buscan delinear un acuerdo lo suficientemente ambicioso como para detener la destrucción de los recursos naturales y las especies silvestre.

En procura de conseguirlo, 193 países debaten desde el 3 de diciembre los detalles del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) que deberá regir hasta 2030 e incluir una veintena de objetivos; entre los que se destacan: proteger el 30% de las tierras y los mares, reducir la utilización de pesticidas y restaurar entre el 20% y el 30% de los suelos degradados.

Los especialistas, sin embargo, advierten que las metas son muy difíciles de alcanzar si no  se establecen mecanismos de financiación concretos para cubrir necesidades estimadas en un mínimo de US$ 100.000 millones al año, monto equivalente al 1% del PIB mundial. Cifra que representa diez veces más que las ayudas actuales.

Por cubrir la suma, los países del Sur reclaman la creación de un nuevo fondo mundial para la biodiversidad. "El contexto actual es mucho más favorable", dijo el copresidente de la COP15, Basile Van Havre, en referencia a la concreción durante la COP27 de un fondo destinado a compensar los daños climáticos que sufren los países pobres.

“Crear un nuevo fondo mundial para la biodiversidad sería menos eficaz que reformar los mecanismos financieros ya existentes”, estimó el ministro de Ambiente de Canadá, Steven Guilbeault, en declaraciones a la agencia de noticias AFP, afirmación que refleja la posición de los países ricos.

"Los países del Norte entienden que la ambición debe ser acompañada de recursos financieros" en el marco de un esquema de “financiamiento transparente, predecible y accesible", sostuvo Guilbeault. "Crear un nuevo fondo podría llevar años, y durante esos años, los países del Sur no estarían recibiendo ningún dinero de ese fondo", advirtió.

El ministro puso como ejemplo los siete años que llevó implementar el actual Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el principal mecanismo vigente en favor de la biodiversidad. “Sería mejor usar los fondos que ya existen mientras se aplican reformas que hagan que el dinero sea más accesible. Por otro lado, tenemos que estar de acuerdo en que no puede ser sólo dinero público", declaró el funcionario francés.

"Hay muy poco dinero sobre la mesa, esta es una de las principales razones por las que las negociaciones son difíciles", puntualizó Anna Ogniewska, asesora de Greenpeace. "Hacer avanzar las cosas requiere compromisos mucho más significativos por parte de la Unión Europea", añadió la activista ambiental.

En la recta final de la COP15, y tras las exposiciones públicas y la presentación de estudios y documentos, las negociaciones siguen ahora a puertas cerradas. Serán los ministros de Medio Ambiente los que deberán zanjar la cuestión financiera en la fase política de la cumbre. "Los países donantes tienen mucho cuidado de no comprometerse con una promesa que no puedan cumplir", apuntó Van Havre.

El funcionario dijo ver una "apertura" por parte de los países del Sur, a los que instó a ser “realistas”. Por su parte, el presidente de la COP15 y ministro chino de Ecología y Ambiente, Huang Runqiu, estimó que "se pueden aceptar todos los objetivos", aunque se manifestó en el mismo sentido que Van Havre al señalan que "las ambiciones deben ser alcanzables para que sean aplicables sobre el terreno".

En lo inmediato, y como sucedió en la COP27 de Sharm el Sheij, el dinero sigue monopolizando buena parte de las discusiones, lo que llevó a un pico de tensión cuando las delegaciones de los países en vías de desarrollo y las naciones ricas interrumpieron las negociaciones, que quedaron en suspendidas durante varias horas.

"Nuestros territorios albergan la mayor parte de la diversidad biológica del mundo", declaró la delegación de Brasil antes que la mediación de la presidencia de la COP15 permitiera encauzar nuevamente el diálogo mediante una reunión de emergencia en la que los países desarrollados "mostraron flexibilidad", según David Ainsworth, vocero de la CDB.

"El grupo africano quiere llegar a un acuerdo con dinero sobre la mesa. Otros países emergentes también, pero Brasil está utilizando la cuestión para descarrilar el proceso", señaló un negociador occidental. Según la fuente anónima, recogida por AFP, la delegación brasileña sigue en manos de los equipos del presidente saliente Jair Bolsonaro.

"A pesar de nuestros esfuerzos, nos preocupa profundamente la falta de un compromiso claro con la movilización de recursos", declaró el representante colombiano. La actitud de los países avanzados "ha llevado las negociaciones al borde de la ruptura total", alertó Innocent Maloba, experto de la ONG WWF International. "Los países desarrollados, con su papel eminente en la crisis de la biodiversidad dado su nivel de consumo, tienen el deber de apoyar a los países en desarrollo", agregó.

Las necesidades son inmensas. El costo total de una transición económica capaz de salvaguardar la biodiversidad en todo el planeta se estima en unos US$ 900.000 millones anuales, una cuarta parte para la conservación de las zonas protegidas y el resto para "ecologizar" la economía. Hoy, el mundo invierte apenas "entre 130.000 y 140.000 millones, principalmente con fondos públicos que se gastan en los países ricos, mientras que al Sur llega muy poco dinero", explicó Gilles Kleitz, de la Agencia Francesa de Desarrollo.

Zakri Abdul Hamid, fundador malasio del IPBES, el equivalente para la biodiversidad del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), resumió la cuestión ante los ministros de Medio Ambiente: "Lo que falta aquí es voluntad política y un consenso sincero sobre lo que hay que hacer".

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