Crédito foto: AFP

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Los profesionales de la voz protestan por el desembarco de la IA en el mundo de los audiolibros

Las empresas más fuertes dedicadas al mercado del audiolibro recurren a “generar locuciones fluidas sin utilizar un narrador humano”. Los encargados humanos –hasta ahora– de ponerle la voz a las narraciones consideran que su tarea está en serio peligro bajo el siempre a mano pretexto de la reducción de costos.
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16 de mayo de 2023 a las 05:03

Que la Inteligencia Artificial (IA) está transformando el mundo ya es algo archisabido. Y también que la posibilidad de que los humanos se queden sin trabajo ante el avance de la tecnología en las relaciones laborales empezó a generar polémicas. Ahora, el enojo llegó a los profesionales de la voz cuando se anunció en el mundo de los audiolibros la capacidad de generar locuciones fluidas sin utilizar un narrador humano.

Tanya Eby lleva veinte años poniendo su voz para leer los textos. Trabaja a tiempo completo, pero en los últimos seis meses, los pedidos de lectura se vieron reducidos a la mitad. Lo mismo ocurre con muchos de sus colegas. "Parece lógico que la Inteligencia Artificial nos esté afectando. Creo que es el plan para el futuro: reemplazar trabajadores y reducir costos", dice consultada por la agencia d noticias AFP.

Si bien no hay un sello claro y uniforme para identificar la IA, varios profesionales del sector señalan que circulan en el mercado varios miles de audiolibros realizados a partir de programas de bancos de datos vocales.

Entre los programas más avanzados, el de DeepZen (una pequeña empresa inglesa con sede en Londres) ofrece un precio básico que puede reducir a la cuarta parte el costo de un audiolibro en comparación con un proyecto clásico. DeepZen trabaja con una base de datos que la misma empresa creó grabando las voces de varios actores a los que se les pidió que expresaran una variedad de emociones diferentes.

“Firmamos un acuerdo de licencia con todas las voces que utilizamos", dice el gerente general de la empresa, Kamis Taylan, consultado por AFP. Y agrega: "Pagamos por las grabaciones y pagamos regalías cada vez que usamos la voz para un proyecto".

Por el lado de los humanos, Eby advierte que "las cosas evolucionan tan rápido que hay muchas empresas recién llegadas que no tienen la misma ética y usan voces sin remunerar a sus dueños”. Y Taylan se defiende: "Hay una zona gris que aprovechan muchas plataformas. Toman una voz, otra, cinco más y con ellas crean una nueva voz y no pagan nada, diciendo que no es de nadie en particular".

Según señala AFP, todas las empresas contactadas por esta agencia de noticias se defienden de tales prácticas. Por ejemplo, la texana Speechki. A través de su director general, Dima Abramov, dice que, además de utilizar sus propias grabaciones, usa voces extraídas de bancos de datos existentes. “Esta segunda opción requiere la firma de un contrato que incluye los derechos de uso”, explica.

Las cinco principales editoriales del mercado estadounidense, consultadas por AFP para el informe, prefirieron no responder. Pero los profesionales que sí aceptaron las entrevistas, dijeron que varios nombres del sector editorial tradicional ya utilizan la llamada IA generativa, es decir la que es capaz de crear, sin intervención humana, textos, imágenes, videos o voces, a partir de contenidos existentes.

Un portavoz de una filial de Amazon, el gigante estadounidense de los audiolibros, dijo que "la narración profesional siempre fue esencial para escuchar en Audible y seguirá siéndolo. A medida que la tecnología mejora, visualizamos un futuro en el que la interpretación humana y el contenido generado con IA pueden coexistir".

Es que la economía de los audiolibros generados por software aparece como más que floreciente. A principios de este año, Apple lanzó una oferta de narración digital, destinada a "hacer que la creación de audiolibros sea más accesible para todos, en particular para autores independientes y pequeñas editoriales", según señalaron desde la empresa. Google, por su parte, ofrece un servicio similar, descrito como "autonarración".

Taylan reacciona: "Necesitamos democratizar la industria editorial, porque en este momento sólo los nombres más conocidos se convierten en audiolibros". Y Abramov, estimando que en la actualidad el 5% de los libros se convierten en audiolibros, dice que "la narración sintética acaba de abrir la puerta a todos los libros existentes que no fueron grabados y a todos los libros futuros que nunca se grabarían debido a limitaciones económicas".

Algo que, según afirma, terminará beneficiando a los profesionales de la voz: "Harán más grabaciones y ganarán más dinero".

La directora de la Asociación de Narradores Profesionales de Audiolibros (PANA), Emily Ellet, es clara al respecto: “Contar historias, en esencia, es permitir a los humanos reconectarse con su humanidad. La narración debe seguir siendo completamente humana".

Algo que Eby reafirma: “La narración de IA carece de conexión emocional, aunque con el tiempo, los oyentes pueden acostumbrarse a esa falta. Me gustaría que las empresas hicieran saber a los oyentes que están escuchando una pieza generada por IA. Que sean honestos al respecto".

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