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Los tres partidos independentistas consiguen juntos mayoría parlamentaria
Ciudadanos, liderado por Inés Arrimadas, fue el partido que obtuvo mayor cantidad de votos
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22 de diciembre de 2017 a las 05:00
El resultado de las elecciones realizadas este jueves en Cataluña volvió a demostrar la polarización política en esa región española, aunque con una certidumbre: los partidos independentistas obtuvieron la mayoría parlamentaria, pese a que Ciudadanos, el partido de centro derecha fue individualmente el más votado, aunque no podrá gobernar.
La instancia electoral había sido convocada por el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, luego de la intervención dispuesta en octubre al amparo del artículo 155 de la Constitución y tras la declaración de independencia efectuada por el parlamento catalán.
La crisis desatada colocó a España en la más severa crisis política de las últimas cuatro décadas.
Y contra todos los pronósticos, obligó al gobierno del Partido Popular a aplicar ese controvertido artículo por primera vez.
Además de cesar a las autoridades que habían sido legítimamente electas en 2015, con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont a la cabeza, Rajoy llamó además a elecciones anticipadas, algo que había reclamado al presidente catalán y a lo que este se negó.
Mientras Puigdemont y otros cuatro miembros de su gabinete se exiliaron en Bruselas, desde donde siguieron la jornada electoral, otros ocho dirigentes independentistas continúan en prisión. Entre ellos, se encuentra el exvicepresidente catalán, Oriol Junqueras.
El movimiento independentista retomó fuerza a partir de 2012 por una serie de circunstancias, principalmente el desencanto causado por la crisis económica, la corrupción y la suspensión de algunas potestades autonómicas tras una decisión del Tribunal Constitucional.
Como la jornada transcurrió en medio de un día laborable, extensas colas se formaron frente a los locales de votación.
En algunos círculos, el resultado fue interpretado como una victoria política para Puigdemont, aunque Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos, fue la que obtuvo la mayor cantidad de sufragios y de bancas (37).
En total, los independentistas consiguieron 70 escaños en la nueva conformación del parlamento catalán. Juntos por Cataluña, el partido creado a instancias de Puigdemont para participar de estos comicios, obtuvo 34 bancas, mientras Izquierda Republicana de Cataluña, liderado por Junqueras, consiguió 32.
A esos escaños se suman los cuatro que logró Candidatura de Unidad Popular (CUP), de extrema izquierda.
El parlamento regional consta de 135 bancas y eran necesarias 68 para obtener la mayoría absoluta.
Una vez realizado el escrutinio, Puigdemont aseguró desde Bruselas que el Estado español "cayó derrotado. Rajoy y sus aliados "perdieron", agregó.
De hecho, el PP tenía 11 diputados en la última legislatura y en la próxima solo contará con 3. El PSC tendrá 17.
Por su parte, la coalición de izquierda Cataluña en Común, que ubicó entre medio de los dos bloques, obtuvo al cierre del recuento de sufragios, ocho escaños.
Además de la supremacía de los sectores secesionistas, las urnas dejaron en evidencia la fractura política en Cataluña, por lo cual la tan ansiada gobernabilidad solo será posible mediante negociaciones entre los distintos bloques.
A pesar de los resultados de las elecciones, el Ejecutivo de Rajoy mantendrá la aplicación del artículo 155 de la Constitución, y por tanto seguirá al frente de la administración catalana, hasta que el nuevo Parlamento designe un nuevo presidente y éste conforme su equipo de gobierno.
Sólo cuando uno de los candidatos logre los apoyos necesarios para convertirse en el nuevo presidente regional será cuando el 155 deje de tener efecto, según el acuerdo aprobado por el Consejo de Ministros.
En ese contexto, la participación ciudadana alcanzó un récord histórico, con 81,95% del padrón electoral.
Esa participación en las urnas supone un aumento de siete puntos porcentuales respecto a las elecciones realizadas en 2015, cuando la participación fue de 74,95%.
La instancia electoral había sido convocada por el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, luego de la intervención dispuesta en octubre al amparo del artículo 155 de la Constitución y tras la declaración de independencia efectuada por el parlamento catalán.
La crisis desatada colocó a España en la más severa crisis política de las últimas cuatro décadas.
Y contra todos los pronósticos, obligó al gobierno del Partido Popular a aplicar ese controvertido artículo por primera vez.
Además de cesar a las autoridades que habían sido legítimamente electas en 2015, con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont a la cabeza, Rajoy llamó además a elecciones anticipadas, algo que había reclamado al presidente catalán y a lo que este se negó.
Mientras Puigdemont y otros cuatro miembros de su gabinete se exiliaron en Bruselas, desde donde siguieron la jornada electoral, otros ocho dirigentes independentistas continúan en prisión. Entre ellos, se encuentra el exvicepresidente catalán, Oriol Junqueras.
El movimiento independentista retomó fuerza a partir de 2012 por una serie de circunstancias, principalmente el desencanto causado por la crisis económica, la corrupción y la suspensión de algunas potestades autonómicas tras una decisión del Tribunal Constitucional.
Ratifican mayoría
En una jornada en la que no se reportaron incidentes –contrariamente a lo que había sucedido el pasado 1° de octubre durante el referéndum secesionista– los partidos independentistas volvieron a asegurarse la mayoría parlamentaria que ya detentaban cuando se produjo la intervención del gobierno central.Como la jornada transcurrió en medio de un día laborable, extensas colas se formaron frente a los locales de votación.
En algunos círculos, el resultado fue interpretado como una victoria política para Puigdemont, aunque Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos, fue la que obtuvo la mayor cantidad de sufragios y de bancas (37).
En total, los independentistas consiguieron 70 escaños en la nueva conformación del parlamento catalán. Juntos por Cataluña, el partido creado a instancias de Puigdemont para participar de estos comicios, obtuvo 34 bancas, mientras Izquierda Republicana de Cataluña, liderado por Junqueras, consiguió 32.
A esos escaños se suman los cuatro que logró Candidatura de Unidad Popular (CUP), de extrema izquierda.
El parlamento regional consta de 135 bancas y eran necesarias 68 para obtener la mayoría absoluta.
Una vez realizado el escrutinio, Puigdemont aseguró desde Bruselas que el Estado español "cayó derrotado. Rajoy y sus aliados "perdieron", agregó.
Fracaso y gobernabilidad
El resultado también dejó en claro el fracaso electoral del Partido Socialista de Cataluña (PSC), que había dado su apoyo al gobernante Partido Popular (PP) al momento de aplicar el artículo 155 de la Constitución y en favor de mantener la unidad de España.De hecho, el PP tenía 11 diputados en la última legislatura y en la próxima solo contará con 3. El PSC tendrá 17.
Por su parte, la coalición de izquierda Cataluña en Común, que ubicó entre medio de los dos bloques, obtuvo al cierre del recuento de sufragios, ocho escaños.
Además de la supremacía de los sectores secesionistas, las urnas dejaron en evidencia la fractura política en Cataluña, por lo cual la tan ansiada gobernabilidad solo será posible mediante negociaciones entre los distintos bloques.
A pesar de los resultados de las elecciones, el Ejecutivo de Rajoy mantendrá la aplicación del artículo 155 de la Constitución, y por tanto seguirá al frente de la administración catalana, hasta que el nuevo Parlamento designe un nuevo presidente y éste conforme su equipo de gobierno.
Sólo cuando uno de los candidatos logre los apoyos necesarios para convertirse en el nuevo presidente regional será cuando el 155 deje de tener efecto, según el acuerdo aprobado por el Consejo de Ministros.
Participación superó el 81%
Unos 5,5 millones de catalanes –en una población de 7,5 millones– estaban habilitados para votar en las elecciones regionales de este jueves.En ese contexto, la participación ciudadana alcanzó un récord histórico, con 81,95% del padrón electoral.
Esa participación en las urnas supone un aumento de siete puntos porcentuales respecto a las elecciones realizadas en 2015, cuando la participación fue de 74,95%.
