Tras un duro e intenso debate interno, el Congreso Anual del partido de Los Verdes alemanes celebrado en Bonn aprobó como medida provisional respaldar la prórroga para el funcionamiento de las centrales nucleares ante la crisis energética y el envío de armas a Kiev en el marco de la guerra en Ucrania, dos posturas que contradicen la tradicional posición pacifista y medioambiental de la agrupación.
Con relación a la energía nuclear, la fuerza ecologista indicó, sin embargo, que “no respaldará que se fabrique una sola barra más de combustible”, en un debate clave dado el peso que tiene la formación dentro del Gobierno de coalición que lidera el socialdemócrata Olaf Scholz.
El ministro de Economía y líder de Los Verdes, Robert Habeck, logró así frenar una moción presentada por las bases de la formación para vetar la ampliación del plazo del cierre de las centrales de Neckarwestheim 2 y de Isar 2, en el sur de Alemania.
"¿Que si vamos a apoyar la energía nuclear? Por supuesto que no. De ningún modo va a pasar eso. No con Los Verdes en el gobierno federal y no con Steffi Lemke y no conmigo", afirmó Habeck en referencia a la ministra de Medio Ambiente.
El funcionario, no obstante, admitió que la medida aprobada podría ser dolorosa para Los Verdes, pero señaló que “jamás nos equivocaremos sobre cuál es el problema y cuál es la solución: los combustibles fósiles y la energía nuclear son el problema".
La tercera central nuclear aún en funcionamiento, la de Emsland, cerca de Países Bajos, tendrá que cerrar a finales de este año, como estaba inicialmente previsto y según lo aprobado por la agrupación, posición contraria a la del Partido Demócrata Libre, tercer socio de la coalición, que procura mantenerla en funcionando más allá de la primavera de 2023.
Durante la convención, Los Verdes también intentaron conciliar su histórica posición pacifista con la guerra que se desarrolla en Ucrania. Sobre el tema, la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock defendió los envíos de armas a Kiev.
Ante los ochocientos delegados, Baerbock reconoció que la entrega de recursos bélicos, tanto para ella como para Habeck, fue una decisión “difícil de apoyar”, pero enfatizó sobre la “necesidad de una mayor cooperación armamentística europea”.
“En la guerra de Ucrania, Alemania debe ayudar en lo posible”, dijo por su parte el líder del partido, Omid Nouripour, "porque vemos que estas armas salvan vidas", agregó. Nouripour apeló a los delegados en el segundo día de congreso: "Sé que no es fácil para un partido de paz, pero la paz no es fácil".
Durante el congreso realizado en Renania del Norte-Westfalia, la convención expresó además su solidaridad con los refugiados de Afganistán y los manifestantes en Irán, al tiempo que se pronunció contra la entrega de armas a Arabia Saudita.
"No hacemos entregas directas a Arabia Saudita, un país donde se pisotean los derechos humanos", enfatizó Baerbock, quien durante su intervención también habló de los riesgos y la hostilidad a la que están expuestos los políticos, tanto los de alto nivel como dirigentes locales y los militantes. "En tres ocasiones he tenido que usar chaleco antibalas: en Ucrania, en Malí y recientemente en las elecciones de Baja Sajonia", ejemplificó.
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