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29 de mayo 2023 - 18:37hs

En un hecho que marca el regreso de Venezuela al escenario diplomático de América latina y que podría influir en la dinámica de la política interna del país, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su par venezolano, Nicolás Maduro, mantuvieron una reunión a puerta cerradas en el Palacio del Planalto, luego ampliada con la presencia de los ministros de ambos gobiernos, en el marco de la visita oficial que realiza Maduro a Brasilia.

El mandatario venezolano no visitaba Brasil desde 2015, cuando participó de la ceremonia de toma de posesión de la expresidenta Dilma Rousseff, y su presencia en el país no estaba permitida desde agosto de 2019, cuando un decreto emitido por el entonces presidente Jair Bolsonaro prohibió el ingreso de Maduro y otras autoridades del vecino latinoamericano.

En el marco de una conferencia conjunta, Lula da Silva calificó como "momento histórico" la visita de Maduro, ocasión en la que afirmó que Brasil recuperó el derecho a hacer "política seria" al abrir un canal de diálogo con Caracas. “Venezuela siempre ha sido un socio y, por malentendidos, el presidente Maduro estuvo ocho años sin venir a Brasil, y Brasil sin ir a Venezuela”, agregó Lula da Silva.

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"Es inexplicable que un país tenga 900 sanciones porque a otro país no le gusta su presidente. Creo que está en tus manos, compañero Maduro, construir tu narrativa y darle la vuelta a este juego para que Venezuela vuelva a ser un pueblo soberano, donde sólo su pueblo, a través del voto libre, diga quién va a dirigir el país", añadió el mandatario brasileño.

Lula da Silva, que busca reposicionar a su país como un referente a nivel regional, destacó la importancia de recuperar el flujo comercial entre Brasilia y Caracas. “Tenemos un pequeño problema político, cultural, económico y comercial. Tuvimos una relación comercial que registró un flujo de seis mil millones de dólares y que hoy es de apenas dos mil millones. Esto es malo para Venezuela y para Brasil”, afirmó.

Maduro, en tanto, agradeció la invitación de su par y calificó la visita como el inicio de una "nueva era" para su país en la región. “Tenemos ante nosotros la construcción de un nuevo mapa de colaboración conjunta que pueda abarcar todos los ámbitos, y que pueda abarcar también los ámbitos de relación horizontal entre los pueblos, permitiendo un diálogo franco, directo y permanente entre ambos gobiernos”, dijo el mandatario.

El presidente venezolano agregó que las puertas del país están abiertas para los empresarios brasileños. “Venezuela hoy está preparada para que retomemos nuestras relaciones, con inversionistas y empresarios brasileños. Las puertas de Venezuela están abiertas y todas las garantías están disponibles para los sectores empresariales”, afirmó Maduro.

Antes del arribo del mandatario venezolano, fuentes del gobierno brasileño confirmaron que Lula da Silva plantearía a Maduro la necesidad de conversar "sobre los procesos de diálogo interno en Venezuela, con miras a la realización de las elecciones de 2024", además de analizar la reapertura de las respectivas embajadas y sectores consulares.

Lula da Silva inició una política de deshielo con Caracas, que incluyó el viaje de su asesor especial en política exterior Celso Amorim a Caracas para avanzar en las reaperturas y en la forma de cobrar la deuda que el estado venezolano tiene con Brasil, tema que dejó de tratarse con la ruptura de relaciones concretada por Bolsonaro en 2019, cuando el país se sumó al intento de los expresidentes estadounidense Donald Trump y de Colombia Iván Duque para desplazar del poder al gobierno de Maduro, al que consideraban una "dictadura".

Según fuentes oficiales brasileñas, el gobierno de Lula busca acelerar con el recibimiento de Maduro las conversaciones que patrocina México entre el oficialismo y la oposición venezolana para la realización de las elecciones previstas para el año próximo.

Ya en 2003, Brasil había sido el organizador, bajo el primer mandato de Lula da Silva, del Grupo de Amigos de Venezuela, que desactivó el conflicto interno venezolano luego de que el presidente Hugo Chávez sufriera un golpe de Estado en 2002 por parte de un grupo de militares, políticos y empresarios, que consiguió desalojarlo del poder sólo durante 24 horas.

Por la mañana, Lula recibió al jefe de Estado venezolano siguiendo el protocolo de visita oficial. En ese contexto, Maduro subió la rampa del Palacio del Planalto, la sede del Ejecutivo, junto a su esposa, Cilia Flores, y fue recibido por Lula da Silva y la primera dama, Janja da Silva.

“Mi encuentro con el presidente Lula es una hazaña histórica, trascendental y una victoria para la dignidad de nuestros pueblos. El rescate y nuevo impulso a la unión entre Brasil y Venezuela es el camino correcto que nos llevará al desarrollo e integración de la Gran Patria”, escribió Maduro poco antes de llegar a Brasilia y de reunirse en privado con Lula da Silva.

El relanzamiento de la Unasur

El viaje de Maduro se da en la previa de la cumbre de jefes de Estado convocada por Lula da Silva con el objetivo de relanzar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

El foro regional de integración fundado en 2008 se reunió por última vez en 2014 y casi se extinguió ante la ola de gobiernos de derecha, como los de Sebastián Piñera en Chile y Mauricio Macri en Argentina, y en la práctica quedó desarticulado con la caída de la expresidenta brasileña Dilma Rousseff en 2016 en un polémico juicio político que terminó con 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), preámbulo del ascenso de Bolsonaro.

Hoy, de los doce miembros de Unasur siguen en el foro Bolivia, Guyana, Surinam, Venezuela y Perú, que nunca lo abandonaron, y Brasil y Argentina, que regresaron este año. El gobierno brasileño no descarta, sin embargo, que el foro se reconstruya desde cero.

"Esperamos dar inicio a un diálogo entre todos para volver a contar con un mecanismo de concertación inclusivo, eficaz y permanente que pueda estar por encima de las orientaciones de los gobiernos de turno", dijo esta semana el canciller de Brasil, Mauro Vieira.

En esta ocasión, y según la cancillería brasileña, el encuentro de la Unasur contará con las asistencias confirmadas de los presidentes de Bolivia, Luis Arce; de Chile, Gabriel Boric; de Colombia, Gustavo Petro; de Ecuador, Guillermo Lasso; de Paraguay, Mario Abdo Benítez; de Uruguay, Luis Lacalle Pou; de Guyana, Irfaan Ali; y de Surinám, Chan Santokhi; además de Maduro y Lula  da Silva.

La cumbre buscará revitalizar y empoderar a la Unasur, que en el caso brasileño había sido sepultada en 2019 por decisión de Bolsonaro, y proyectar estrategias para la integración sudamericana con un trabajo conjunto mediante iniciativas concretas de cooperación en áreas como salud, defensa, infraestructura física, transición energética, cambio climático y el combate contra los ilícitos transnacionales, entre otras.

La reunión, en lo inmediato, marcará el regreso de Maduro al espacio ampliado de integración regional, sobre todo luego que el gobierno de Lula da Silva, a través de su canciller desplegara un rápido restablecimiento de las relaciones Brasilia-Caracas rotas por Bolsonaro, quien hasta el último día de su gobierno reconoció al opositor Juan Guaidó como "presidente interino" de Venezuela.

(Con información de agencias)

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