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Martín Mutio, un “lobista” en la mira por deudas y falsificaciones
La fiscal especializada en Estupefacientes, Mónica Ferrero, investiga nuevas pistas con el objetivo de determinar cómo ingresaron a Uruguay los 4.500 kilos de cocaína que salieron del puerto de Montevideo y fueron incautados en Hamburgo en un cargamento de soja a principios de agosto.
Ferrero imputó el viernes a Martín Mutio Ballester Molina por un delito de asistencia al narcotráfico. La fiscal solicitó que fuera enviado a prisión de forma preventiva por 120 días, tiempo en el buscará determinar si el cargamento era suyo para procesarlo por narcotráfico.
Mutio es un empresario de 32 años que en 2011 fundó GCM global, una empresa de “logística y comercio exterior” dedicada principalmente a la exportación de productos congelados, según consta en su página web. “Movemos carne de Nicaragua a San Petersburgo, o leche en polvo de Australia a Egipto”, dijo en una entrevista en 2013 con el suplemento El Empresario del diario El País en la que anunció que “nadie” hacía algo similar en Uruguay.
Ferrero señaló que era propietario de cinco empresas, entre las que se encuentran Agrofast SRL de acuerdo a la información publicada años atrás en el Boletín Oficial.
En 2014 el Banco Central ordenó la clausura de todas sus cuentas corrientes por dos años y en 2015 fue procesado sin prisión por un delito de falsificación y estafa, tal como informó el programa Así nos va de radio Carve.
De acuerdo a la información de la Superintendencia de Servicios Financieros del BCU a la que accedió El Observador, actualmente Mutio trabaja con dos bancos privados y figura como un deudor “irrecuperable” para el Banco Itaú, con un pasivo de U$S 103.324. Los deudores irrecuperables son calificados con categoría 5, la cual se reserva para casos de “clara evidencia de incobrabilidad, con atrasos mayores a 180 días en los pagos y de más de 120 días en la presentación de información”.
Pese a que hacía un año había sido procesado por falsificación y estafa, en 2016 Mutio se presentó en el Parlamento como asesor de BcBD, la empresa productora de la yerba con cannabis Cosentina, la cual tenía trámites trancados para empezar a operar en el mercado.
El diputado del Movimiento de Participación Popular (MPP), Sebastián Sabini, dijo a El Observador que fue él quien lo recibió como integrante de la Comisión de Adicciones y Drogas.
Otro de los que lo recibió en varias ocasiones fue Julio Battistoni, también del MPP e integrante de la Comisión de Industria, Energía y Minería de la Cámara de Diputados. “Nos reunimos cinco o seis veces hace un par de años. Hace un tiempo, unos meses, me llamó que quería verme y luego nunca más. En las reuniones hizo comentarios de que se dedicaba a la exportación de carne y me quedó la percepción que era un lobista, un joven muy dinámico”, señaló a El Observador.
En 2018, Mutio dijo en una entrevista con el programa “De fogón en fogón” que era “afín” al MPP por la “capacidad de apoyo, desarrollo y compromiso que tienen”, aunque algunos años antes se había despachado con críticas contra José Mujica y señalado en su Facebook que votaba al Partido Colorado.
“Estoy seguro que ni los blancos ni los colorados me hubieran apoyado como me apoyaron Sabini, Battistoni, (Raquel) Rosa y (Marlene) Sica”. Rosa y Sica ocupaban cargos de relevancia en el Ministerio de Salud Pública en esos momentos.
Según supo El Observador, en reuniones sociales Mutio hacía gala de sus vínculos con dirigentes políticos y aseguraba tener contactos al más alto nivel en Uruguay, aunque Sabini dijo que no es un “militante” ni que integra la “orgánica del sector”. “No sé si alguna vez habló con Mujica”, agregó Battistoni.
La exportación de droga
El buque Grande Benin transportó el contenedor con la cocaína, el cual había sido cargado en el puerto de Montevideo el día 11 de junio de 2019. Según el documento aduanero (DUA) transportaba semillas de soja a granel con destino a Amberes, Bélgica.
La empresa exportadora, cuyo dueño es Martín Mutio figuraba a nombre de otras dos personas, “ambos titulares ficticios designados por el real propietario de la empresa, el imputado, quien así lo hizo según sus dichos por encontrarse embargado por mantener deudas con todos los bancos de plaza”, escribió la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero en su dictamen. Además precisó que tenía cuentas en Estados Unidos y España.
La cocaína viajó acondicionada en 211 bolsos deportivos en un barco que iría de Hamburgo a Amberes y de Amberes a Milano. Los precintos estaban intactos a la llegada del buque a Hamburgo, lo que demostraba que el contenedor no había sido abierto.
Entre las “inconsistencias” señaladas por la fiscal, figuran que el titular ficticio de la empresa declaró haberle vendido entre 400 y 500 toneladas de soja a granel a Mutio. Además declaró que “le realiza la logística para la carga del grano para su exportación” y que en junio le cargó cuatro contenedores con soja de su silo y retiró un quinto contenedor que debía ser cargado en el silo en San José y que no pudo trasladar hacia allí el contenedor por no poseer los camiones adecuados. Ese era el contenedor que llevaba la cocaína.
La fiscalía investiga ahora el origen de la exportación de la cocaína que por ahora no se le puede imputar a Mutio.
Según las autoridades alemanas, las 4,5 toneladas de cocaína podría haber generado para sus propietarios ingresos por US$ 1.100 millones una vez puesta en las manos de sus consumidores finales.
