La misión de Plutón no hace más que acelerar la ansiedad por la extrema lentitud a la que somos capaces de mover un objeto en el espacio.
La velocidad máxima permitida en el universo es la de la luz, que se mueve a 300 mil kilómetros por segundo. La nave New Horizons viaja a unos 15 kilómetros por segundo. Es algo así como que se podría aumentar veinte mil veces la velocidad sin que Dios te pusiera una multa.
El apuro tiene sentido, porque la pura verdad es que no nos queda mucho tiempo. Las condiciones de habitabilidad del planeta, este planeta en el que escribo, son cada vez más restringidas y es poco probable que nos quede más de dos siglos antes de la extinción última.
El Sistema Solar no ofrece una gran hospitalidad para seres tan delicados como nosotros y entonces no hay más remedio que explorar otras opciones.
A 15 kilómetros por segundo no podemos llegar muy lejos. De hecho, hay otras dos naves terrestres, (la Voyager I en el espacio interestelar y la II en los confines del Sistema Solar) y todo indica que se perderán en el océano esa magnífica región interestelar donde nunca pasa nada.
Hasta ahora se ha identificado una decena de planetas fuera del Sistema Solar ubicados en la "zona habitable" con relación a su estrella, una distancia que permita la existencia de agua líquida.
Entre ellos se destaca, por su cercanía, Gliese 581g (Zarmina, para los íntimos) que orbita una enana roja de la constelación de Libra, a 20 años luz de la Tierra.
Zarmina es el cuarto planeta del sistema de la estrella Gliese 581. Fue descubierto a fines de 2010 y se estima que sus temperaturas oscilarían entre los 37 y -12 grados Celsius. Es como para hacer las valijas.
Hay dos problemas. El primero, si es que se confirma, es insoluble: un estudio de 2014 dice que el tal planeta no existe. Si resultara que sí existiera, llegaríamos al tema de la velocidad. Al ritmo que va la nave New Honrizons, esta tardaría 400 mil años en llegar.
Entonces no hay más remedio que acelerar el trámite. Einstein dejó en claro que la velocidad de la luz es el máximo absoluto y también que un objeto a gran velocidad incrementa su masa, de tal manera que si se acercara a una fracción significativa de la velocidad de la luz, cada vez necesitaría más energía para su aceleración, lo cual nos deja varados otra vez en el medio de la nada.
Es probable que sea ese impedimento técnico el que nos ha vedado la posibilidad de entendernos con seres de otros mundos: estamos todos anclados en la lentitud.
Sin embargo hay unos cuantos que no se conforman. Si postulamos que tenemos 200 años para encontrar la solución y que los avances de la ciencia se manifestarán a una velocidad exponencial, puede que encontremos la manera.
La serie Star Trek planteó el sistema Warp Drive, que se medía en factores Warp, de los cuales el 1 era la velocidad de la luz. La NASA investiga el asunto, mediante una nave que contraiga el espacio-tiempo que tiene por delante y lo expanda hacia atrás, de manera de encontrar atajos en este universo innecesariamente grande.
Ya hay ecuaciones en el marco de la teoría de la relatividad que permitirían teóricamente una velocidad Warp, pero requerirían una fuente de energía de la magnitud de Júpiter.
Para mí está claro que se trata de un tema a resolver, como antes fue el tamaño de las baterías. El asunto es que para que la humanidad pueda encontrar nuevos horizontes donde sobrevivir, hay que resolverlo preferiblemente este siglo.
Otra pregunta es qué tanto valdría la pena extender la aventura del ser humano a través del tiempo y el espacio, para qué salvarnos, pero eso ya es otro cuento.Inicio de sesión
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