A los uruguayos nos gusta el dólar. Ese comportamiento tiene explicaciones multicausales y hay desde factores racionales (otros no tanto) y culturales que no son sencillos de revertir. Algunos seguramente tengan todavía en las retinas los fuertes shocks devaluatorios del peso uruguayo de la última crisis del 2002 o de la famosa tablita de 1982. El proceso de dolarización en Uruguay lleva más de 50 años, y tiene sus orígenes en ratios de inflación muy elevados y persistentes -que recién lograron moderarse en la década de 1990- pero hoy todavía permanecen en niveles elevados respecto a la media internacional. Mientras busca ganar credibilidad y confianza para anclar las expectativas inflacionarias al centro del rango meta (4,5%), el Banco Central del Uruguay (BCU) está embanderado en una estrategia de desdolarización de la economía uruguaya ¿Podrá lograrlo? El punto de partida y lo que todavía queda por hacer te lo explico en esta entrega de Rincón y Misiones.
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