Más del 55% de las personas en Iberoamérica se sienten bien en sus trabajos, según diversos estudios internacionales. Son quienes ponen pasión, entusiasmo y optimismo en el quehacer cotidiano. El 45% restante pone en duda que la felicidad laboral sea siquiera posible. Si bien es un proceso gradual, lograr un mayor equilibrio y bienestar en el ámbito de desempeño no es una utopía.
¿Quiere saber si es feliz en el trabajo? Puede hacer el Test de Felicidad Laboral.
1- Un toque personal en su espacio laboral. Frecuentemente las condiciones de trabajo necesitan ser adaptadas a la personalidad y estilo de cada persona. Coloque algún elemento que le produzca placer, como una foto de un ser querido o un objeto que le inspire. Ocúpese de ubicar la computadora de acuerdo con el confort que necesita si es diestro o zurdo. La luz también ayuda, y las plantas naturales -como el filodendro y el potus, con sus distintas variedades- contribuyen a absorber la energía nociva que circula en todos los lugares.
2- Administre mejor el tiempo. Un alto porcentaje de insatisfacción laboral está relacionado con la imposibilidad declarada de hacer frente al cúmulo de tareas. Sin embargo, cuando se analiza en detalle, es posible encontrar un sistema de organización del tiempo que se adapte y ajuste a sus necesidades. Si bien hay muchos métodos de productividad profesional, puede nutrirse de sus herramientas y, a la vez, adaptarlas a su estilo propio. Trabajar con listas y utilizar post-it en una cartelera siempre a la vista con una columna de pendientes, otra de temas en proceso y una más de completados, le dará a simple vista la tranquilidad de saber que está haciendo las cosas.
Otra herramienta es clasificar, ordenar y archivar sus materiales todos los días: el desorden por afuera es reflejo de su caos interno. Si desea tener más calma, equilibrio y aprovechar mejor el tiempo, necesita ser ordenado con sus prioridades, discerniendo entre lo urgente y lo importante.
3- Aprenda a convivir con la diferencia. Las empresas pierden más del 40% del tiempo en reuniones improductivas. Esto trae como consecuencia directa la baja productividad y un excesivo enfoque en la burocracia interna. Como cada persona es única, también lo son sus necesidades y formas de encarar las tareas, por más mecánicas que sean. Haga de esa particularidad su rasgo distintivo. Aproveche para compartir su método con las demás personas y enriquezca con lo que le comparten los otros. Entre todos pueden configurar una metodología superadora que los lleve a un siguiente escalón de satisfacción laboral.
4- No postergue los descansos. Los horarios de café, refrigerios y almuerzo están diseñados para generar pausas reenergizantes dentro de la jornada. Si los dejá pasar de largo, o bien los lleva siempre a su despacho o escritorio, no podrá desconectarse. El aislarse por un tiempo es altamente beneficioso para su enfoque y consecución de las tareas.
5- Desconecte el celular en las reuniones. Está probado que pasarlo a modo avión cada vez que necesita aislarse o conseguir mayor foco es una muy buena técnica. Si hubiese algo verdaderamente urgente, ya se va a enterar. Esto es fundamental para evitar interrupciones y no sobrecargarse de una multiplicidad de tareas extra, que, al final, no permitirán que su lista de cosas importantes quede completa cada día.
6- Aprenda a decir que no. El límite es el que usted mismo impone, porque siempre habrá cosas y asuntos por atender y resolver. Sabe muy bien que si quisiera estar ocupado las 24 horas, tranquilamente podría ir a vivir a la oficina. Pero eso no ayuda a elevar su autoestima, a la vez que aprenderá a convivir con otros y con sus superiores, requiriendo su apoyo para fijar prioridades. El “no” dicho a tiempo y brindando alternativas se llama “no positivo” y permite liberarse de una sobrecarga excesiva que sólo traerá más ansiedad y tensión, lo que deriva en estrés.
7- Aproveche las pausas activas. Una modalidad relativamente reciente en muchas empresas es disponer unos cinco a diez minutos cada dos horas para distenderse. Lejos de quedar esto en jugar el metegol o chequear sus mensajes en el teléfono, la pausa activa promueve una mayor consciencia de calidad de vida laboral. Puede utilizarla para hacer algún ejercicio de meditación breve, estiramientos cerca de su escritorio o dedicar un tiempo para estar en silencio. Son herramientas muy efectivas para descontracturar la energía y el cuerpo, con el único objetivo de ir conquistando, paso a paso, mayor bienestar y felicidad en el tiempo del trabajo.
Por Daniel Colombo (El Cronista - RIPE)
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