Miles de colombianos marcharon en rechazo a las políticas del gobierno de Gustavo Petro

Vestidos de blanco y ondeando banderas colombianas, los manifestantes se volcaron a las calles de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y otras capitales regionales en rechazo a los proyectos del gobierno.

Las protestas se dan en un momento en que Petro encuentra dificultades para mantener la unidad de su coalición en el Congreso y ve caer los índices de popularidad motivados por la persistencia de acciones violentas de los grupos rebeldes remanentes y en los últimos días por el escándalo judicial que involucra a dos miembros de su círculo más próximo, junto con una investigación sobre las financiaciones supuestamente no declaradas para su campaña política.

“Este gobierno nos va a hacer retroceder décadas”, dijo un militar retirado que ayudaba a llevar una bandera colombiana de 12 metros de largo en una marcha en Bogotá. “No queremos que ninguna de sus reformas sea aprobada por el Congreso”, afirmó.

Petro fue elegido hace un año luego de protestas masivas por las desigualdades sociales y económicas que empeoraron durante la pandemia.

En su campaña prometió hacer acuerdos de paz con los grupos rebeldes remanentes y dijo que su gobierno mejoraría el acceso a la atención médica, la educación universitaria y a los empleos formales.

Pero como el Pacto Histórico de Petro no tenía mayoría propia en el Congreso, tuvo que establecer alianzas con partidos tradicionales de centro y derecha, a los que se le otorgaron distintos cargos a cambio de su apoyo legislativo.

La coalición comenzó a fracturarse este año, cuando surgieron diferencias sobre la legislación que busca reformar el sistema de salud de Colombia y convertir a una agencia gubernamental en el único administrador de pagos de seguros de salud, dejando de lado a las empresas que actualmente manejan una gran parte del mercado.

El gobierno argumenta que la reforma facilitará el reembolso a los hospitales y le permitirá invertir más dinero en centros de salud para áreas rurales remotas. Pero sus opositores dicen que el gobierno carece de la capacidad para administrar miles de millones de dólares en pagos de seguros.

La reforma de salud está actualmente estancada en el Congreso, donde ha sido bloqueada por partidos de oposición y exmiembros de la coalición de Petro. Una ley laboral que dificultaría que los empleadores contraten trabajadores con contratos temporales también está luchando por obtener suficientes votos en el Senado y la Cámara Baja.

Muchos pequeños empresarios y comerciantes están preocupados porque supuestamente la reforma laboral implicaría costos adicionales para sus emprendimientos y no podrían mantener los puestos de trabajo.

“Nos estamos recuperando de la pandemia y el gobierno quiere darnos más cargas”, dijo un vendedor de comida en un pequeño puesto callejero. “Quiero creer en Colombia, pero es muy difícil así”.

Petro ha prometido seguir adelante con su programa de reforma, argumentando que es parte de un mandato popular que ahora está amenazado por la élite económica de Colombia.

A principios de este mes, el gobierno organizó una marcha a favor de las reformas de Petro a la que también asistieron miles de personas. Pero el índice de aprobación del presidente ha caído recientemente, ya que algunos colombianos parecen estar menos preocupados por las reformas sociales y económicas y más preocupados por temas como la seguridad.

En una encuesta realizada en mayo por Invamer, el 73% de los colombianos dijo creer que las cosas estaban empeorando, en comparación con solo el 48% en agosto del año pasado. Petro recibió un índice de aprobación del 50% en una encuesta realizada en noviembre por la misma empresa, pero cayó al 34% en la última encuesta realizada en abril.

(Con información de agencias)