El expresidente de la República José Mujica y su esposa y exvicepresidenta Lucía Topolansky participan este lunes del acto conmemorativo por los 50 años del golpe de Estado en Chile.
El exmandatario dio un mensaje destinado a los jóvenes antes de inigresar en el Palacio de la Moneda.
Mujica agradeció a los chilenos por la bienvenida a su país y mandó un mensaje a la juventud: "Hay una patria esperando a las nuevas generaciones del continente", dijo. "Siempre que llovió, paró. Los humanos necesitamos esperanza. Por lo tanto, a pesar de todos los pesares, soy optimista. Vale la pena vivir la vida al tope. Y sepan, los más jóvenes, que triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae, en el trabajo, en el amor y en todas las cuestiones humanas. Gracias y hasta siempre. Viva nuestro Chile. Viva nuestra América".
El presidente de Chile, el izquierdista Gabriel Boric, encabezó este acto para conmemorar los 50 años del golpe de Estado que derrocó el gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, una fecha que aún divide a los chilenos.
El domingo organizaciones civiles y familiares de víctimas la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) realizaron una manifestación pacífica que se vio empañada por un grupo de encapuchados que vandalizaron los exteriores del palacio presidencial de La Moneda y mausoleos en el principal cementerio de Santiago.
"Desgraciadamente, la conmemoración del 11 de septiembre hace tiempo ha tenido aspectos de violencia callejera", lamentó el presidente Gabriel Boric al condenar la violencia y también al reconocer un clima de retroceso entre un resurgimiento de quienes añoran a Pinochet.
En la noche, unas seis mil mujeres vestidas de negro, protagonizaron el acto más contundente en estos días de divisiones marcadas sobre todo por dirigentes políticos que reivindican el golpe de hace medio siglo.
Portaban una vela y al ritmo de tambores rodearon el palacio presidencial bajo el lema "Nunca más la democracia bombardeada", en referencia al ataque aéreo que se lanzó contra La Moneda el 11 de septiembre de 1973.
Esta fecha, de gran repercusión internacional, no despierta gran interés en una sociedad preocupada sobre todo por la economía y la inseguridad.
Medio siglo después del golpe militar, Chile aún está dividido entre los que defienden y repudian la dictadura.
Hoy gobiernan los herederos políticos de Allende, pero el Partido Republicano, que reivindica el legado de Pinochet, ganó las recientes elecciones de los constituyentes que redactan un proyecto de Carta Fundamental reemplazar a la que escribió la dictadura.
Según la encuesta Criteria, un 49% considera que "es irrelevante para las personas como ellos" la conmemoración del golpe, mientras que un 48% dijo que "nos deja pegados en el pasado afectando la convivencia futura".
Sin embargo, 41% cree que "es necesario para poder cerrar las heridas". La firma Pulso Ciudadano afirmó por su parte que 56,5% de la población está "nada o poco interesada en el evento", y 25,8% se considera "muy interesado o interesado".
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