Mundo > Un hombre de la Camorra
Murió Cosimo Di Lauro, el criminal napolitano que inspiró la serie Gomorra
Cosimo Di Lauro era un camorrista, no un mafioso. La organización criminal napolitana es la Camorra. En el Río de la Plata un camorrero es un peleador, en Nápoles camorrista es un sustantivo, es ser parte de una organización criminal. El sur de Italia vio surgir en el siglo XIX varios clanes criminales. Los calabreses tienen la “Ndrangheta” (que en su dialecto refiere a la virtud y al coraje varonil), al tiempo que la Mafia o “Cosa Nostra” es de Sicilia.
De cobrar impuestos y establecer poderes paralelos al Estado en su nacimiento, esas organizaciones con el correr de los años se convirtieron en sofisticadas organizaciones llamadas de delitos complejos dedicadas sobre todo a la venta de estupefacientes y lavado de activos.
Los “negocios” cambiaron. Sin embargo, siempre mantuvieron sus “códigos”, que refieren a normas no escritas, que establecen células familiares y “capos”.
Di Lauro hubiera cumplido 50 años en unos meses, pero murió unos días antes de que empezara el verano del hemisferio norte. Pasó más de la mitad de su vida en prisión y salvo algún arreglo con la Justicia, cosa casi imposible, no hubiera visto nunca más la libertad.
Lo arrestaron en Secondigliano, un barrio de la periferia del norte napolitano y, para el respetado escritor Roberto Saviano —también napolitano y autor de “Gomorra”— fue y es una cuna del crimen, una plaza para recibir droga desde el norte de África o de América y un punto de partida de las redes para distribuirla en toda Europa.
El criminal fue preso cuando tenía 22 años. Su padre es Paolo Di Lauro, capo del clan familiar, y también fue detenido, al igual que su hijo, en redadas de los Carabinieri en 2005. Paolo cumplió 68 años en prisión y cuenta con varias cadenas perpetuas en su haber.
Cosimo fue el primogénito. A diferencia de su padre, cambió el look tradicional de ropa sencilla por trajes Versace, y lucía el pelo oscuro bien estirado y atado con una colita.
Había aprendido, mamado, todos los códigos para ser un duro y manejar el clan. Pero no tenía las aptitudes de su padre. La “famiglia” implotó, las peleas y delaciones hicieron que el clan fuera desarticulado completamente.
Los Di Lauro fueron uno de los grupos más sanguinarios en la llamada “primera guerra de Scampia” entre 2004 y 2005. La Scampia es otro barrio napolitano y las “guerras” entre clanes se sucedieron hasta 2019. Pero Paolo y Cosimo habían sido trasladados de inmediato, tras ser detenidos. Los llevaron a cárceles del norte, sometidos a aislamiento completo para cortar cualquier vínculo con el mundo del hampa.
Para tomar dimensión de lo que fue aquella “primera guerra” en la que ellos habían tenido protagonismo, en Nápoles hubo 60 muertes, la mayoría por vendettas.
Cosimo murió en la prisión de Opera en Milán.
Literatura y cine
“Todos lo traicionaron, él traicionó todo”, publicó el escritor Roberto Saviano en las redes sociales no bien supo de la muerte de Cosimo, en quien se inspiró para crear unos de los principales personajes de su obra.
Cosimo Di Lauro fue la fuente de inspiración del libro de Saviano. A imagen y semejanza suya, el escritor creó un personaje tan despiadado como malcriado, que con su padre compartía y disputaba un imperio criminal.
Saviano cobró notoriedad por ser amenazado, por ser un periodista y narrador capaz de descifrar el complejo mundo de unos grupos criminales que parecían de la era paleozoica en los albores del siglo XXI.
“Cosimo fue una figura increíble, en el peor aspecto. El hombre que quiso mostrar al padre y a su entorno que valía. Y apenas tuvo la ocasión hizo saltar las reglas perfectas que había diseñado el padre. Paolo creó una confederación de camorristas libre emprendedores. Cosimo, por el contrario, quiso convertir a todos en empleados. Cuando pensé en Gennaro Savastano pensé en Cosimo, pero también en alguno de sus hermanos”, dijo.
La sombra del padre
Paolo había sido hijo adoptivo de una familia pobre de Secondigliano que empezó a participar de la Camorra. Pero Paolo se independizó y trasladó los negocios al barrio de la Scampia, donde los grandes edificios construidos por el Estado terminaron convertidos en uno de los mayores supermercados de la droga de Europa.
Paolo estrechó lazos con los carteles colombianos, consiguiendo rebajar el precio de la cocaína en origen. Bajó los precios se ganó un lugar entre las grandes organizaciones europeas.
Paolo fue detenido, pudo fugarse y fue el momento en que Cosimo tomó el mando del clan. Pero fue muy fugaz. El padre fue recapturado y el hijo también fue a prisión.
Tras 17 años de cárcel, y de fuertes trastornos mentales, Cosimo murió. Todavía los peritos no informaron la causa de su deceso.
