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Narco de 19 años dijo correr peligro de muerte y pidió cuidado a la hora de asignarle cárcel
Una de las bocas que manejaba Gianni Roux (19 años) quedaba frente a una escuela. Cuando los niños salían de sus clases, rumeaban entre ellos adictos que iban a comprar droga "a la ventanilla", principalmente marihuana y pasta base.
Mientras que la Policía –que lo detuvo esta semana tras siete meses de investigaciones y 15 allanamientos– lo vinculó a varias otras bocas en los barrios Ciudad Vieja, Centro, Bella Italia, Cerro Norte, Parque Batlle y Marconi, la Fiscalía consideró tener las pruebas suficientes para llevarlo a la Justicia por el manejo de dos de ellas: la que se ubicaba frente a la escuela y otra en el Centro.
Para llegar a él –y a los otros cuatro hombres que fueron condenados– la Policía intervino teléfonos, envió a un agente de encubierto y utilizó datos que les proveyó un informante anónimo. El vínculo de estas bocas con Roux se logra a raíz de la incautación de un teléfono en el que él aparecía como distribuidor, dijo la fiscal del caso Stella Llorente en la audiencia, a cuyo registro accedió El Observador.
La detención fue en su casa, en la calle Sarandí. Él y algunos de sus empleados habían posado en las redes con armas o mercadería, y algunos con ambas. Fueron condenados a raíz de un proceso abreviado –es decir, mediante el cual los indagados aceptaron su culpabilidad– y recibieron penas de uno a cuatro años. La de Roux fue la más alta, con cuatro años y dos meses.
El joven de 19 años era el cabecilla y el resto eran empleados que a su vez ejercían distintas tareas aleatoriamente, según la investigación.
Roux pidió que se tenga especial consideración a la hora de designar el lugar en el que se lo recluirá para cumplir la pena, porque dijo correr peligro de muerte a raíz de dos motivos: por un lado, que su padre está preso hace años y en este tiempo generó enemigos; por otro, que su madre es abogada penalista.
Fuentes del caso dijeron a El Observador que se investiga la relación de esta banda con otro tipo de delitos, contra la vida y la propiedad. Los investigadores también estiman que tenían vínculos dentro de las cárceles (de hecho, no solo Roux pidió que se tenga en especial consideración su situación respecto a su lugar de reclusión).
A su vez, el Ministerio del Interior informó que se trataba de un distribuidor medio y que, a fuerza de violencia y amenazas, iba desplazando a otros delincuentes de sus bocas para tomarlas.
Durante siete meses, la Policía fue cerrando las bocas que le atribuían al joven narcotraficante.
El operativo, al que se le denominó Baco –y que le atribuye a Roux el manejo de más de 10 bocas–, permitió incautar tres vehículos, $ 46.512, 16 celulares, 36 municiones de varios calibres, 14 municiones ya disparadas, un cargador extendido de pistola Glock con 26 municiones y una notebook, entre otros elementos. Entre la droga incautada había 82 gramos de marihuana, 25 envoltorios de pasta base y cuatro piedras de la misma sustancia, además de tres envoltorios de cocaína, cuatro cápsulas con semillas de cogollo y tres balanzas de precisión.
Esta organización fue una de las que presentó el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, en su comparecencia a la Cámara de Senadores, en régimen de Comisión General, el pasado 7 de junio.
El Observador informó entonces que el ministro identificó uno a uno a los seis "grandes proveedores" de droga. Durante 30 minutos de una sesión que se extendió por unas 10 horas, las jerarquías policiales describieron el "mapa" de las principales organizaciones criminales que dominan el narcotráfico en Montevideo y alrededores, y contra las que Heber prometió "dar batalla". Entre otros datos, se revelaron rostros, direcciones y nombres de los principales involucrados.
