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Nuevos desencuentros entre EEUU y la UE

Estados Unidos y la Unión Europea enfrentan varios conflictos de manera simultánea
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03 de mayo de 2019 a las 05:01

Por más de 14 años, Estados Unidos y la Unión Europea se han venido  acusando mutuamente ante la Organización Mundial de Comercio de subsidiar de forma contraria a sus normas a las fábricas de aviones Airbus y Boeing.  

En este marco, hace unas semanas Estados Unidos anunció la imposición de aranceles adicionales a una lista de bienes importados de la UE  por unos US$  11.000 millones, en compensación por el daño que el gobierno de Trump estima fue provocado por las subvenciones a favor de Airbus. Según los americanos, esta acción está justificada por la demora de la UE en dar cumplimiento al dictamen de la OMC que le dio la razón en el 2018. 

La lista de bienes está sujeta a la consulta pública y se divide en dos categorías. La primera incluye helicópteros, aviones y partes de aviones fabricados en Francia, España, Alemania y el Reino Unido, que son los cuatro países donde se fabrican los aviones Airbus. La segunda lista incluye una variedad de bienes producidos por todos los miembros de la UE, con especial énfasis en los alimentos, tales como quesos, mermeladas, naranjas, limones, pesca y vinos. Otros bienes incluyen a motos, cuchillos, cerámicas, tejas, artículos de cocina, ropa de cama, sweaters y carteras. 

Este anuncio de Estados Unidos tuvo lugar poco tiempo después que la OMC le pidiera poner fin a la ayuda fiscal del Estado de Washington a Boeing, por unos US$ 10.000 millones, que fue declarada ilegal en el 2012. Pero el gobierno estadounidense interpretó que en este mismo dictamen se exigía a la UE a proceder al cumplimiento de las resoluciones que antes se habían fallado en su contra. Además, EEUU considera que el apoyo a favor de Boeing no es “remotamente comparable a las subvenciones excepcionalmente grandes y dañinas que la UE da a Airbus”. 

Por su parte, Airbus sostiene que no existe “base legal” para el anuncio del gobierno americano, puesto que ya ha tomado las medidas correctivas adecuadas para cumplir con el fallo de la OMC. En tanto, la UE también está preparando su propia lista de importaciones provenientes de EEUU a fin de imponerles aranceles compensatorios en tanto mantenga las ventajas fiscales a favor de Boeing. Esa lista incluye una variedad de bienes, que van desde alimentos hasta aviones, tractores y partes automotrices, por un monto de unos US$ 20.000 millones, que se espera será de US$ 12.000 millones una vez que culmine el proceso de consulta pública que se está llevando a cabo en estos días. 

Por lo tanto, ambas partes se preparan para ajustar la lista de bienes que habrán de gravar, una vez que culmine la consulta pública y que la OMC dictamine sobre el valor de las llamadas “contramedidas”. Se espera que el primer pronunciamiento de este organismo sea sobre el planteo de EEUU y se conozca a mediados de año. Por su parte, la denuncia de la UE contra Boeing tiene un rezago de nueve meses con respecto a la americana. 

Ambas partes han manifestado su disposición para alcanzar un acuerdo y evitar la adopción de represalias, pero como los antecedentes no son favorables, entretanto preparan sus respectivas medidas compensatorias.

La disputa ha tomado forma en un momento en que la UE y EEUU se esfuerzan por dar forma a la frágil tregua comercial anunciada en julio de 2018, tras una reunión del presidente Trump con el titular de la Comisión Europea Jean Claude Juncker. Ello después de la decisión de EEUU de aplicar aranceles a la importación de acero y aluminio y la amenaza de Trump de gravar a la importación de automóviles europeos. Por ahora, la negociación entre ambas partes está interrumpida por la resistencia europea a incluir a la agricultura entre los sectores a discutir.    

Por si todo esto fuera poco, el desencuentro entre ambas partes aumentó en los últimos días por la decisión de Washington de activar la disposición de una ley de 1996 que permite demandar en sus tribunales a empresas extranjeras en Cuba que gestionen bienes confiscados tras la revolución de 1959. 

La UE es el mayor inversor extranjero en Cuba, con España en un primer lugar, seguida por Francia. También Canadá tiene inversiones significativas en la isla. Por ello, en respuesta, de inmediato la Unión Europea y Canadá aseguraron en una declaración conjunta que protegerán los intereses de sus empresas mediante una presentación ante la OMC. 

En particular, la UE también hizo referencia a los reclamos que en represalia se puedan iniciar en los tribunales europeos contra empresas americanas. Ello pese a la declaración americana de que “la mayor parte de las empresas europeas no tiene que preocuparse” por la ley, puesto que ella sólo habrá de afectar a aquellas que usen propiedades embargadas en su momento. 

Con razón o sin ella, varias de las acciones últimas de Trump están complicando en grado sumo a las relaciones económicas internacionales. Estados Unidos  se ha retirado de varios acuerdos internacionales de importancia, está en guerra comercial con China, tiene contenciosos importantes con la UE y agita aún más al ya de por sí volátil mercado petrolero. En adición, el congreso no ha aprobado aún la nueva versión del Tclan.

Cuesta imaginar una salida razonable para tantos conflictos simultáneos. 

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