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Optimismo empresarial en EEUU pese a la guerra comercial

El índice de optimismo empresarial estadounidense está en un nivel sorprendentemente alto
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28 de julio de 2018 a las 05:00
Patricia Cohen - New York Times News Service

Los posibles peligros están a plena vista: una intensa e impredecible batalla de aranceles alarma a las empresas de todo el país. El déficit federal anual se dirige hacia el billón de dólares. La deuda en las tarjetas de crédito aumenta rápidamente y la ola simultánea que levantó a todas las economías mundiales a principios del año se está disipando.

¿Y ahora qué?

Este tipo de riesgos han hecho poco para disminuir el optimismo eufórico que está alentando a las empresas estadounidenses a redoblar las contrataciones y considerar nuevas inversiones.

La confianza se basa solo en parte en datos duros, como el rápido ritmo de crecimiento esperado para el segundo trimestre y las tasas de desempleo históricamente bajas. Además, es símbolo de un sentimiento más difícil de medir.

"Los ánimos están por las nubes", comentó Tim Ryan, presidente estadounidense de la firma mundial de contabilidad y consultoría PwC, en referencia a las corazonadas e impulsos que pueden conducir a las economías a la euforia o a la desesperación.

Los líderes empresariales que se quejaron de que algunas veces se sentían desacreditados por ser arquitectos de la desigualdad —o explotadores codiciosos— ahora dicen sentirse complacidos de ser vistos como parte de la solución, ya que crean empleos y riqueza. "Se sienten bien consigo mismos, como si fueran los chicos buenos", manifestó Ryan, en referencia a comentarios que cientos de directores ejecutivos han hecho a su firma durante el último trimestre. "Se los ve sentarse con un poco más de aplomo en la silla".

El índice de optimismo de la Federación Nacional de Empresas Independientes está en el percentil 99, un nivel "sorprendente", según la presidenta del grupo, Juanita Duggan.


Al comienzo de esta semana, casi nueve de cada diez empresas en el índice bursátil Standard & Poor's 500 reportaron ganancias que hasta ahora han superado las expectativas.

"Me siento optimista", declaró Mike Ferretti, director ejecutivo de Great Harvest Bread Co. en Dillon, Montana. A principios de 2016, las ventas iban tan lento que la empresa hizo un descuento importante en la cuota inicial de la franquicia de sus cafeterías y panaderías, de US$ 35 mil a US$ 20 mil. Este mes, Ferretti volvió a subir el precio a US$ 35 mil. "Estamos seguros de que la economía es lo suficientemente fuerte para prescindir del descuento".

Dicha alegría no se disemina de la misma forma entre todos los sectores o regiones. Los agricultores de soya y los criadores de cerdos, los fabricantes de vehículos y algunos manufactureros están realmente preocupados por el aumento en los costos de la materia prima, la disminución de las ventas en los mercados de exportación del extranjero, las cadenas de suministro fragmentadas y los retrasos en los envíos. Una encuesta entre estampadores y fabricantes de metal descubrió que el porcentaje de las empresas que esperaban que hubiera mejores condiciones comerciales decayó al 31% en junio, de 97% en febrero. Además, la incertidumbre en torno al futuro ha llegado a niveles alarmantes.

A pesar de ello, muchos líderes empresariales se encogen de hombros con una excepcional facilidad ante acontecimientos que de otro modo serían preocupantes, como una desagradable guerra comercial, la escasez de empleo derivada de las políticas migratorias restrictivas, y las fracturas en el orden de la posguerra y las alianzas estadounidenses que fueron un punto de referencia.


Con los demócratas y los republicanos luchando ferozmente para controlar el Congreso, no está claro qué tanto sentimiento empresarial y de los consumidores —que también se ha visto bastante elevado en las encuestas— acabará por afectar las decisiones de los votantes en las elecciones de noviembre.
Las elecciones intermedias han tendido a resultar en una pérdida de escaños para el partido en la Casa Blanca, y la popularidad del presidente suele aumentar o mitigar el impacto. Generalmente, el papel de la economía es secundario.

Entre los republicanos, el índice de aprobación general se acerca al 90%, aunque entre el público en general se ha mantenido en una marca del 40%. La pregunta es si una economía boyante puede tranquilizar a los electores inquietos por las políticas o el temperamento del presidente y compensar las inclinaciones a poner contrapesos a su poder.

Trump ha argumentado que desde hace mucho tiempo sus socios comerciales se han aprovechado de Estados Unidos y que los aranceles punitivos los obligarán a ajustar sus prácticas. Es probable que los que se consuelan con la economía boyante le den el beneficio de la duda al estilo de negociar de Trump.
Aunque se espera que el ritmo de crecimiento estimulante del segundo trimestre —calculado como superior al cuatro por ciento— disminuya marcadamente en la segunda mitad del año, una caída después de las elecciones tendría menos impacto.

Al mismo tiempo, muchas empresas pequeñas pueden suprimir de la vida empresarial diaria los temas políticos delicados. "No les preocupan los aranceles de China ni las guerras comerciales con Alemania", comentó Mark Hemmeter, fundador de Office Evolution en Broomfield, Colorado, que renta espacios de oficina franquiciados a pequeñas empresas. "Nuestros clientes se centran en desarrollar su negocio en sus comunidades".

Lo que sí llama la atención es la percepción de una mentalidad que favorece a los negocios en Washington.

"Me parece que, psicológicamente, es fantástico cuando tienes a un portavoz de las empresas en la Casa Blanca; las pequeñas empresas se sienten más cómodas con la dirección", manifestó Hemmeter, quien dijo que esperaba duplicar el número de franquicias a 60 para fin de año y luego duplicarlo nuevamente para finales de 2019.

Independientemente del entorno político, Bonnie Micheli y Tracy Roemer, fundadoras de los estudios boutique de acondicionamiento físico Shred 415 en Chicago, están disfrutando estos momentos de bonanza. "Sentimos que la economía es verdaderamente fuerte en este momento, en particular para la salud y el bienestar", comentó Micheli. "La política simplemente es irrelevante para nuestro negocio".

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