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Orsi y alcalde responden a Cosse: los barrios privados están integrados

En el Frente Amplio surgen voces que apoyan los barrios privados, aseguran que algunos apuestan a la integración y se despegan de las críticas de Carolina Cosse
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30 de marzo de 2019 a las 05:04

El camino de tierra de Al Paso Escobar, en Canelones, muestra el contraste en el que conviven los habitantes de la zona de Colonia Nicolich.

A un lado del camino, en el tramo más cercano a la ruta 101, las primeras casas son humildes, de hormigón, con motos estacionadas en los frentes y algunas sábanas oficiando de cortinas.

Unos metros más adelante, el cerco de metal al costado del camino corta con el paisaje. A partir de ese punto, las mallas eléctricas y las cámaras de seguridad en los postes se suceden.

Detrás del cerco, se puede ver el pasto perfectamente cortado, los caminos internos despejados y las casas que parecen competir por el premio al mejor diseño.

Los barrios privados son definidos como un oasis en la ciudad (o en sus proximidades), a los que no se puede acceder salvo previa autorización y en los que reina la calma.
Una dosis de ideología clasista sobre este paisaje fue lo que echó la precandidata frenteamplista y exministra de Industria Carolina Cosse, cuando declaró que, salvo algunos pocos, el resto vive “en sociedad”. De los precandidatos que compiten por la Presidencia, el senador del Partido Nacional (PN) Luis Lacalle Pou es el único que vive en un barrio privado, más precisamente en La Tahona que está en el departamento Canelones.

“Yo creo que en Uruguay se ha dado un proceso de poner el tema social en la mesa, lo cual me parece muy bien porque la verdad uno no vive, salvo algunos pocos que viven en barrios privados, flanqueados, encerrados en un ámbito diferente, los demás vivimos en sociedad”, dijo Cosse ante los medios luego de una reunión que mantuvo con la Unión de Exportadores.

Antes de Cosse, también se había expresado en la misma línea la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, que criticó en el programa Vespertinas a quienes viven en barrios privados, de nuevo en alusión a Lacalle Pou. “Ha denostado al presidente de la República diciendo que vive en una burbuja. Los que viven en La Tahona no le dicen nada a Tabaré Vázquez de que vive en una burbuja”, dijo.    

Sin embargo, ni la realidad que describe Cosse ni la que critica Muñoz parecen adecuarse al ejemplo de los barrios privados de Canelones, cuyo gobierno los ha integrado al resto de la comunidad, buscando sacar provecho de estos emprendimientos como las fuentes de trabajo que generan, así como el aporte económico que pueden hacer para mejorar la infraestructura y los servicios.

“La realidad que me toca a mí es que mucha gente de estos barrios se integra”, afirmó en diálogo con El Observador el intendente de Canelones, Yamandú Orsi. En ese departamento hubo una expansión en los últimos años de los barrios privados, empezando por La Tahona, el más emblemático y antiguo, que desarrolló varios proyectos apuntando a diferentes públicos. Pero en el departamento también hay otros, como Colinas de Carrasco y Carmel.

Orsi, frenteamplista e integrante del Movimiento de Participación Popular, aseguró que le “consta que hay gente de los clubes de campo que se integra, ayuda, participa y tiene una vida muy activa en el esquema nuevo de los municipios”.

Un ejemplo de esta sinergia entre los barrios privados y el resto de la comunidad es el trabajo que llevan adelante el municipio Nicolich y el de Pando, que una vez por mes se reúnen con representantes de los barrios privados para avanzar en proyectos en común.

Al principio, los prejuicios estaban en el aire y la confianza se fue ganando con base en el diálogo, explicó Ruben Moreno, alcalde de la ciudad Líber Seregni (más conocido como Nicolich).

Ese es un bastión frenteamplista y el municipio que votó mejor a ese partido en las departamentales de 2015. Moreno está al frente del municipio desde 2010, ya que fue reelecto en 2015 por cinco años más.

“A veces dicen: ‘ah, los barrios privados’… Pero para nosotros el trabajo es algo fundamental y ahí trabajan 1.800 personas”, afirmó Moreno a El Observador. Muchos de esos trabajadores son de la zona de la ciudad Líber Seregni y la mayoría se dedican a brindar servicios domésticos, de electricidad, sanitaria, construcción y jardinería.

El acercamiento entre las autoridades y los integrantes de los barrios privados se dio por problemas de conectividad, ya que a medida que los emprendimientos de este tipo fueron creciendo se hizo difícil para el resto transitar por determinados caminos que permitían acortar las distancias.

“Entendíamos que lo que debíamos tener era un mayor relacionamiento, que la gente pudiera pasar por el costado de los barrios, que antes no podían”, señaló Moreno, militante del Partido Comunista y que estuvo varios años exiliado en Argentina y Brasil durante la dictadura (1973-1985).

“No me olvido cuando una calle que daba a la zona de Aeroparque (uno de los barrios de la zona) fue abierta por la misma gente de los clubes de campo, cuando alguien puede pensar al revés, que se aíslan o que se ponen muros”, afirmó, por su parte, Orsi en relación al camino de Los Horneros, que evitó que las personas tuvieran que dar toda la vuelta por la ruta 101 para trasladarse.

El intendente detalló que la realidad de los barrios privados en Canelones y en Uruguay en general es “bastante distinta” al modelo de country argentino, donde lo característico es el muro o la distancia, en un “concepto brutal en el que no podés pasar ni para un lado ni para el otro”.

“Me consta que muchas de las cosas que se han obtenido en algunos de estos barrios vienen porque directamente los vecinos los pechan y les dicen que precisan tal cosa. Y lo que ocurre es un diálogo muy natural y una articulación a la que estamos acostumbrados”, señaló. El intendente manifestó que el objetivo de su departamento es evitar la creación de guetos y que se elitice.

Con la ayuda de los vecinos de barrios privados, por ejemplo, en la zona del municipio Nicolich se instalaron varios focos en las calles, se hicieron veredas y se amplió el CAIF que se construyó hace algunos años.  “Si vamos a hacer una vereda, ellos compran los materiales y nosotros hacemos la obra. Por ejemplo, han comprado caños para drenaje”, explicó Moreno, aunque aclaró que quien invierte más siempre es el Estado. Dentro de los barrios privados, en tanto, la inversión que tiene el gobierno departamental  es cero, de la parte interna “se encargan ellos”, agregó el alcalde.

Por el contrario, en esos lugares quienes residen pagan una “contribución importante”, según la definición del propio intendente Orsi. La intendencia no puede despreciar esos ingresos y lo que hace es, con un “criterio de solidaridad”, volcarlos a quienes más lo necesitan.

A los ojos de Moreno, los vecinos de los barrios privados –lejos de ser todos millonarios– son aliados que permiten “seguir desarrollando a la comunidad”. “Hay mucha gente de izquierda también en los barrios privados. Y no todas las personas son iguales. Hay mucha gente con sensibilidad social, habrá de los otros, pero como en otros barrios. No por ser trabajador sos solidario”, reflexionó.

La respuesta a Cosse

La respuesta de Lacalle Pou a las declaraciones de Cosse no se hizo esperar y al ser consultado por la prensa el precandidato nacionalista afirmó que “está frito” quien intente dividir el país en “barrios carenciados o barrios no carenciados”. “Por suerte, los partidos uruguayos son policlasistas y no están conformados ni por gente de las ciudades ni por gente del campo ni por hombres ni mujeres ni por ricos ni por clase media ni por pobres exclusivamente (...) Hay algunos que hacen de su modus operandi político la división. Y la división es propia de los mediocres”, sostuvo el senador.

Los dichos de Cosse también provocaron malestar entre los demás vecinos de los barrios privados. El presidente del Parque de las Ciencias, Jorge Tomasi, que al igual que Lacalle Pou vive en La Tahona, afirmó que las declaraciones de la precandidata por el Frente Amplio no cayeron bien. “A quienes vivimos en estos barrios no nos ha caído bien que se nos tilde como que estamos al margen del resto de la sociedad. Realmente, no es justa esa apreciación”, aseguró a El Observador.

Tomasi, también presidente del Automóvil Club del Uruguay, señaló que hay “sobrados ejemplos” de integración entre la comunidad y los barrios privados. De esta manera, se refirió al Rotary Camino de los Horneros, un club que nuclea a los vecinos de los barrios privados de la zona de Colonia Nicolich, empresarios y accionistas de los emprendimientos del lugar.

La comunicadora María Gomensoro, también vecina de Lacalle Pou, señaló en una entrevista con El País que “no es cierto” que quienes viven en barrios privados estén “apartados de la sociedad”. “No es cierto. Para empezar, viviendo en cualquier parte y condición, uno puede estar apartado dentro de su propia realidad. Cada vez vivimos más puertas adentro”, afirmó.  

En expansión y demandados

Los barrios privados no son exclusivos de Canelones, aunque allí se concentraron en los últimos años varios de ellos por la cercanía con la capital, centros educativos y servicios. Montevideo también tiene los suyos, sobre todo en la zona de Carrasco Norte, mientras que en Maldonado y en Rocha estos emprendimientos están más vinculados a propiedades de veraneo. Hacia el oeste de Montevideo, en San José, está La Marina de Santa Lucía y en Colonia barrios como El Faro de Carmelo. Fuentes de la Intendencia de San José afirmaron a El Observador que, por ahora, el único proyecto de barrio cerrado es La Marina pero que en los últimos meses un grupo de empresarios mostró interés por instalar otro en la ciudad de Libertad.

Los operadores inmobiliarios coinciden en que la demanda por propiedades en barrios privados va en aumento y tiene mucho que ver con la seguridad. Producto de esto es que en los últimos años, solo en la zona de Colonia Nicolich, los barrios privados se expandieron con proyectos que apuntan a diferentes públicos y tipos de terrenos. 
Daniela Urioste, de Urioste Negocios Inmobiliarios, dijo a El Observador que la seguridad es “primordial” para los clientes que buscan mudarse a un barrio privado. “Prefieren perder en el tema de las distancias y ganar en eso”. 

Alfredo Blengio, de la Inmobiliaria Blengio, coincidió con Urioste en que el principal atractivo de los barrios privados es la seguridad. Aunque ese es el factor que más incide en los gastos comunes, Blengio estimó que lo que se paga por mes en un barrio privado puede no distar mucho de lo que se paga en un apartamento en frente a la rambla, donde los valores pueden llegar a los $ 60 mil. Sin embargo, aclaró

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