Pablo Correa, entrenador de Nancy
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Pablo Correa, el conquistador de Nancy

En 1995, a puro gol, llegó a Nancy por tres temporadas; ya lleva 22 años en Francia y 20 en el club, le escribieron un libro y es el DT uruguayo récord en el exterior
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15 de abril de 2017 a las 05:00

Nacional 1985-1986

Con indisimulable acento francés, el costado más evidente –a través de una comunicación telefónica– de los 22 años que transcurrieron desde aquel junio de 1995 cuando sus goles lo llevaron a Nancy, Pablo Correa habla con nostalgia de aquel teléfono-fax que compró para comunicarse con su familia en Montevideo, del libro que publicaron sobre su vida, de la forma en que naturalmente adoptó a Nancy como su segunda ciudad, de su récord como entrenador uruguayo que más tiempo dirigió en el exterior y de la extraña sensación que vivió el martes en Dortmund, cuando estaba en las tribunas del estadio alemán y anunciaron la suspensión del encuentro de Champions por el atentado que sufrió el equipo alemán.

Cuando mira hacia atrás y se da cuenta de que transcurrieron 22 años desde que partió de Montevideo, ¿qué siente?
Que por lo que es el mundo del fútbol es un caso excepcional venir a un club y quedarte más de 20 años. Es muy raro. Llegué en junio de 1995 con tres años de contrato. El plan, cuando salí de Uruguay, era volver. En eso piensa la mayoría de los jugadores cuando viajan al exterior. Y así era para mí. Tenía la intención de completar los tres años, que culminaban en junio de 1998, veía el Mundial de Francia, lo disfrutaba con la ventaja de conocer el país, y retornaba. Así lo programamos con mi señora en 1995, solo que 22 años después sigo aquí. ¿Por qué? Porque disfruté el Mundial y volví a firmar por dos o tres años más. Recuerdo que en ese momento surgió la posibilidad de ir a jugar a Alemania, pero no me quise mover de aquí porque el presidente de esa época, que es el mismo que estaba cuando llegué y que continúa actualmente, veía algo de futuro en mí y me convenció para que me quedara. También influyó que no quería cambiar de idioma a los chicos, porque se habían acostumbrado a Francia. Ahí es cuando te das cuenta que empezás a pensar por ellos y ya no solo por vos. Alemania era un buen mercado, quedaba a 300 kilómetros de aquí, pero no quería cambiarles la vida que ya les había modificado.

¿Cuándo se dio cuenta de que Nancy era su lugar en el mundo?
En el sexto o séptimo año aquí. En eso tuvo mucho que ver el presidente, que siempre quiso que me afincara en Nancy. De todas formas, el toque final lo dio la vida de familia. Nunca nos planteamos con mi señora: '¿Qué hacemos? ¿Nos vamos o nos quedamos?'. Jamás sucedió eso. Se fue dando naturalmente, te alejás de tu país, tu vida se hace en otro lado. El punto fue cuando en 2003 decidimos comprar una casa. Hasta ese momento alquilábamos porque nos íbamos a ir. Después vino la consolidación como entrenador, el crecimiento de nuestros hijos...

¿Comenzar a trabajar como entrenador fue clave?
A fines de 2000, con 32 años, cuando todavía era joven, me retiré. Ya no tenía ganas de seguir, veía que físicamente daba ventaja con jóvenes que venían atrás mío y empujaban fuerte; ya no tenía ganas de seguir. También en ese momento el presidente me habló para que siguiera en el club, que empezara a estudiar y pasara todos los diplomas (cursos).

¿Qué exigen para ser entrenador en Francia?
Pasar seis diplomas que te llevan unos seis años de estudio. Los tres primeros los hice en mi etapa de jugador y los tres siguientes, los más extensos, cuando me retiré. Se dio el caso que empecé a dirigir cuando aún no tenía el título. Al principio en ese año 2000 mi tarea en el cuerpo técnico era ver a los rivales y observar a los jugadores que Nancy quería comprar. Después, casi enseguida, me pusieron como segundo entrenador, porque el presidente tenía la idea de llevarme a ser el entrenador del equipo y aproveché ese tiempo para pasar el cuarto y quinto diploma, y el último, que era el que necesitaba para dirigir a nivel profesional me sucedió que tenía el trabajo antes que el diploma. El club hizo lo que le llaman aquí un nombre prestado, esto es que un entrenador presta el nombre, el club paga y utilicé su nombre por el tiempo que me llevó pasar el diploma, que fueron dos años. Se dio un caso extraño, porque era entrenador 'con nombre prestado' y mi equipo jugaba en las copas de Europa. Eso está permitido y son pocos los casos que se han registrado. Actualmente existe la validación de la experiencia. En esa época no existía tal variante y por esa razón entre 2006 y 2008 pasé el diploma. En 2006 jugamos la Copa de la UEFA.

¿Qué decían sus compañeros de estudio?
Lo veían con asombro, porque me decían que estaba dirigiendo la Copa de Europa y sin embargo estaba estudiando con ellos en procura del sexto diploma que me habilitara a dirigir. Comencé a dirigir en 2002 y tengo muchas anécdotas. Le cuento una, mi equipo jugaba Copa de Europa por la clasificación en el grupo, debíamos enfrentar a los suizos de Basilea y de Clairefontaine, el lugar donde se realizan los cursos –cerca a París–, me fui directo a dirigir el partido. Fue increíble. También te digo que pasar los diplomas me dio un gran conocimiento y enseñanzas, porque aprendí a ordenarme en algunas cosas.

¿Cómo surgió aquella primera experiencia como entrenador en Nancy?
El club se encontraba en una situación incómoda: estaba último en el torneo de Segunda división, con riesgo de descender al Nacional, que sería tercera división. Allí el presidente me preguntó si tenía el coraje para asumir el desafío, porque cuando bajás al tercer nivel perdés el estatus de equipo profesional, lo que significa un golpe enorme. Hubo equipos que después de eso nunca más se volvieron a reconstruir. Nos fue bien, nos salvamos y al año siguiente hice remontar a una generación de jóvenes que dos años después fue campeón en Segunda, subimos a Primera y en ese primer año ganamos la Copa de la Liga (una de los tres campeonatos que se juegan en el año, que disputan todos los equipos profesionales). Con ese título fuimos a lo que hoy es la Europa League, antes la UEFA, que equivaldría a la Copa Sudamericana en la Conmebol.

¿Qué queda en Uruguay?
Mi madre y mi hermano. Hace poco más de dos años falleció mi hermana, y el año pasado mi padre. Cuando te empezás a quedar en el extranjero siempre te preparás para que un día suene el teléfono con esas noticias. Te vas acostumbrando a que es así. De todas formas, la muerte de mi hermana me sacudió bastante porque fue algo que no esperaba. Lamentablemente es una de las cosas que debés asimilar y para lo que debés prepararte cuando vas a vivir en el extranjero, porque ganás en muchos aspectos, pero perdés en otros. Gané en mi vida familiar, en mi vida de pareja, en calidad de vida. También ganás en tranquilidad porque el fútbol está regido por una forma en la que el entrenador y el jugador no tienen los problemas económicos que siguen existiendo en Uruguay. Eso te hace ganar cierta independencia económica. Perdés el contacto con tus amigos, la distancia enfría las relaciones, y con la familia, incluso cuando mis padres venían o yo iba.

Hace 15 años, con las comunicaciones era diferente.
Tal cual. Algo que hice desde el primer día fue evitar lo que le sucedió con algunos compañeros, que vivían leyendo noticias de Uruguay y se encontraban en Francia, entonces qué sucedía: estaban con la cabeza allá y los pies acá. Cuando llegué en junio de 1995, lo primero que compré fue un teléfono-fax. ¿Por qué? Porque era la forma más económica para comunicarse. Nos escribíamos mucho por fax. Internet recién empezaba y era costoso.

¿Cómo se vive en estos tiempos como extranjero en Francia con los problemas de inseguridad y terrorismo que hay?
Nosotros, los que estamos en el fútbol, somos privilegiados, porque cuando llegué como emigrante ingresé con un trabajo, me dieron una casa, un auto, me ayudaron a hacer todos los papeles. Se ocupan de mi familia. Fuimos privilegiados. Es diferente para aquel que se está escapando de un país que lo acosa política o económicamente, o para aquellos que están afectados por la guerra. Es tan difícil ser extranjero en Francia como en la mayoría de los países del mundo hoy. Por eso siempre hago hincapié en la voluntad o ganas que uno tenga de querer adaptarse sin perder lo que tu tenés de tu país. Es cierto que actualmente es algo más difícil porque económicamente ha cambiado Francia. En general, cuando Europa se por televisión lo observan como un paraíso y después cuando llegan se dan cuenta que no es tan así como se ve a distancia. Francia es un país que tiene de todo, con un patrimonio cultural, gastronómico e histórico que fueron algunos de los aspectos que nos encantaron, porque tiene montañas, nieve, mar, frío, calor, pero no todo está al alcance de todo el mundo, como sucede en todas partes.

Usted dice que la tarea del entrenador ha cambiado.
Hace 15 años que soy entrenador y me di cuenta que cambió mi trabajo. Cuando comencé había un segundo entrenador, un preparador físico y un entrenador de goleros. Éramos cuatro para realizar todas las tareas. Actualmente el cuerpo técnico lo integran 10 personas, dos entrenadores alternos, dos preparadores físicos, y eso que nosotros somos un equipo chico. Ahí se ve la evolución. También, en que hoy sos el entrenador, el padre, el hermano mayor, el sicólogo. En estos tiempos el entrenador debe lograr que el jugador no se caiga y procurar sacar lo mejor de él en todos los aspectos, en momentos en los que el fútbol ocupa muy poco tiempo en la semana del jugador. En mi época, cuando una vez cada 15 días jugábamos fuera de la ciudad, mi señora quedaba sola con mis hijos chiquitos y sin conocer el idioma. Era difícil sin dudas, pero se las arreglaba. Actualmente veo que un jugador sufre más esas situaciones. Me encuentro con problemas diarios, que antes no sucedían. No digo que los de antes éramos más fuertes mentalmente que los de ahora, pero sí fuimos diferente, y actualmente los jugadores son muy asistidos. Eso también marca la evolución del fútbol, del trabajo, de la vida. Cuando hablo con los Gerentes de empresas de los espónsores de nuestro club manifiestan los mismos problemas que tenemos en el fútbol. En mi época de jugador era diferente, el entrenamiento, la táctica y el juego en sí mismo era 70% y 30% el resto, el entorno. Ahora ese porcentaje ha cambiado.

¿Su futuro?
Tengo contrato hasta junio de 2019 y seguiremos adelante con el proyecto, pero debo decir que cuando miro al futuro me veo lejos de Nancy.

¿Uruguay? ¿La selección?
Me gustaría entrenar al equipo nacional. Es un sueño. Pienso que es una cosa que no se puede hacer cuando uno es muy joven, porque se necesita experiencia y creo que hoy en día la tengo, en todo caso hace mucho tiempo que no estoy en Uruguay, pero ver a los principales jugadores en Europa me hace mantener y ver un poco el nivel que puede tener Uruguay.

¿Cómo surgió la idea de hacer un libro?
Un periodista de un diario de aquí de la zona, L'Est Republica, con el que tenemos buena relación me planteó la idea. Al principio no le encontraba interés, será por mi perfil bajo, porque es una ciudad chica, pero él me decía que no era normal que una persona llevara 20 años en el mismo club. Mi señora me convenció de que era una buena idea. Se publicó un libro que repasa mi vida, desde mi niñez en Uruguay. Finalmente fue una linda experiencia. Con el periodista nos juntamos dos veces por semana durante seis meses, y le hablaba, hablaba, hablaba. Él grababa. En cierta forma hice una revisión de mi vida, y hubo cosas que me hicieron llorar, porque no todas fueron color de rosa, también hubo momentos en los que me sentí solo y me pregunté si mis niños se iban a adaptar o no.

El martes pasado estuvo en el partido suspendido en el estadio de Dortmund. ¿Cómo vivió esa experiencia?
Estamos a 400 kilómetros por autopista, así que allá fuimos con tres integrantes del cuerpo técnico. La llegada al estadio fue normal, el ingreso, la salida. Los estadios en Alemania están en medio de grandes parques, dejamos el auto, caminamos 10 o 15 minutos, entramos, comimos unas salchichas y cerveza para mantener las costumbres alemanas. Había un muy buen ambiente. Ya ubicados en la tribuna me extrañó que no salían los equipos para el calentamiento. Estimé que algo raro pasaba. Enseguida, con los portales de noticias se supo algo y a las 20.30, 15 minutos antes del inicio del partido, anunciaron por altoparlantes que el partido estaba suspendido. Nos pidieron que nos quedáramos tranquilos en el estadio, que luego íbamos a ir saliendo de a poco.

¿Sintió miedo o pánico en ese momento?
No, para nada. Ni miedo ni pánico. Cuando anunciaron lo que había sucedido la gente quedó sorprendida, pero todo se tomó con calma, estábamos en Alemania. A la salida todos salieron tranquilamente, caminamos hasta el auto; estaba todo muy bien organizado. No se vivieron escenas de pánico.

¿Se siente miedo después de eso?
No tengo miedo, sí tengo inquietud por mis hijos y por el mañana de ellos, por la forma en que pueda evolucionar. Hemos vivido muchas cosas de lejos. No vivimos pendiente de esto. Con el tiempo los jóvenes se acostumbrarán a vivir diferente, ya nos pasó a nosotros en cierta forma.

"No pensás en ser récord"


Es el técnico uruguayo récord, que más tiempo dirigió en el exterior. ¿Eso qué significa?
Es un honor, un reconocimiento, es prestigio, pero fue algo que se dio naturalmente. No pensás en eso, se fue dando. Por ejemplo, en 2011 decidí parar. Tenía contrato aún con Nancy, pero pretendí tomarme un año sabático. Estaba muy cansado física y mentalmente, y me propuse descansar un año. A los cinco meses me llamaron de Evian, un equipo que ascendió muy rápido de tercera a segunda y de allí a Primera, y dije que no. Al mes me llamaron de nuevo y tomé el trabajo; fue una mala experiencia, porque por un lado no estaba descansado y por otro era un equipo con muchos problemas internos. Cuando me echaron al comienzo de al temporada siguiente, paré realmente hasta que me saliera una opción que me gustara. Tuve ofertas del extranjero para ir a Catar, a Turquía, pero no quería irme al exterior. Hasta que otra vez me llamó el presidente de Nancy y me dijo que necesitaba que le diera una mano porque el equipo había perdido la categoría. Volví porque el presidente es como un padre, y aquí estoy. Subimos y jugamos Ligue 1. Para que tengas una idea, lo que es nuestro presupuesto, PSG invierte 500 millones de euros anuales y nosotros 25 millones.

¿Cómo juegan sus equipos?
Ahora, 4-3-3. El año pasado lo hicimos con 4-2-1-3. No me cierro a un sistema, me adapto a los jugadores. También tuve una época en la que jugué con tres defensas.

"Si te dicen 19.30, ¡es 19.30!"


¿Cómo se adaptó a las costumbres de los franceses?
Con ganas y actitud. En el equipo tuve un compañero brasileño que estuvo dos años y cuando se fue no hablaba ni dos frases seguidas. Y otros, que en seis meses, hablaban un francés casi perfecto. Es una cuestión de querer integrarte a la vida del país al que te lleva el fútbol. Porque puedes hacer lo mismo que en Uruguay, pero respetando las costumbres de tu nuevo lugar. Un detalle, por ejemplo: cuando te invitan a cenar a las 19.30 (aquí cenan temprano), ¡es a las 19.30! No es a las 20, 20.15 o hasta 20.30, como sucede en Uruguay. Y hay que acostumbrarse a eso. Está mal visto llegar cinco minutos tarde. Eso no te hace cambiar tu vida, pero es una forma de respetar la de ellos. La vida está llena de esos pequeños detalles, que podés tener ganas de hacerlos o no, pero que marca hasta dónde querés integrarte al nuevo país. En el caso de mi familia, estuvimos dispuestos a eso. Es importante adaptarse al lugar en el que estás. Es lo que le pasa a mucha gente y que reprochan los franceses a los extranjeros: si venís aquí y querés vivir como en Uruguay podés hacerlo dentro de tu casa, afuera hay que hacerlo como un francés. Es importante destacar que vos podés transmitir cosas, porque tengo compañeros que toman mate, porque un día conocieron el mate, pero tampoco podés pretender que todos tomen mate. También te digo que hay gente a la que le choca que lleven el mate, por esa razón yo nunca llevé termo y mate al vestuario.

La carrera de Correa

Como jugador

Rentistas 1986-1988

Peñarol 1988-1990

Rentistas 1990

Defensor Sporting 1991-1993

San Lorenzo 1994

Wanderers 1994-1995

Nancy 1995-2000

Como entrenador

Nancy (segundo entrenador) 2000-2002

Nancy 2002-2011

Evian 2012

Nancy 2013-actualidad

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