Los uruguayos son menos —bastante menos— de lo proyectado. Para este año, según los demógrafos, la población uruguaya tenía que haber superado con creces los tres millones y medio de habitantes. Pero los datos preliminares del censo en curso vienen demostrando que ese umbral no se irá a pasar y que el resultado final será “similar” a la cantidad de personas que se había estimado para una década atrás.
Esta “escasez” de población es una de las razones por las cuales las autoridades del Instituto Nacional de Estadísticas no ponen fin aún al censo 2023, en cuya planificación inicial debió haber terminado hace dos meses.
Pese a la posibilidad de censarse online —con la mejora de tiempos que eso implica y el alcance a más de la mitad de los hogares del país—, el censo 2023 ya es el más largo de la historia en Uruguay: las visitas presenciales iniciaron a fines de mayo y todavía no acabaron.
El censo de 2011 había demorado tres meses de relevamiento y esa dilatación encendió la polémica. Pero el censo en curso lo superó incluso. Ambas ediciones tienen la particularidad de ser mecanismos de conteo de “derecho”, en que se registran los habitantes de una vivienda sin importar si están o no en ese momento o en la noche anterior. Los censos anteriores a 2011, en cambio, era de “hecho”, se hacían en un día y se contabilizaban las personas que pasaron la última noche en esa dirección.
Hace menos de tres semanas, cuando se reabrió la chance de censarse online (para que nadie diga que no tuvo la posibilidad o que no fue censado), el director del INE, Diego Aboal, había comentado que fueron censadas el 99% de las viviendas. Ese estimado ya debería dar una cantidad aproximada de personas censadas (lo que no significa que sea el cálculo final porque luego se hacen ajustes, encuestas de cobertura, estimaciones en viviendas en las que el censista fue varias veces y la persona no quiso ser censada o no la encontró). Pero las autoridades prefirieron el silencio.
Tres fuentes que están en la organización del censo confirmaron a El Observador que, por ahora, los datos muestran que los departamentos de la costa sur y este son los pocos que han tenido un “leve” crecimiento de población respecto al censo anterior.
Maldonado es hasta el momento el departamento con mayor variación en ese sentido, en buena medida por la inmigración (tanto de otras zonas de Uruguay como de otras nacionalidades).
Ciudad del Plata es una de las ciudades que tuvo mayor explosión de habitantes: ya había superado un 800% de crecimiento entre finales de la década de 1960 y el censo de 2011.
En Rocha hubo un crecimiento que, de confirmarse con los registros de credenciales, podría modificar la cantidad de diputados. Porque si bien todo departamento tiene que tener al menos dos representantes, el resto de bancas se dividen proporcional al tamaño poblacional (o mejor dicho del electorado de la zona).
Rocha es uno de los departamentos en lo que sí se cerró el censo presencial y solo cabe la posibilidad online. Lo mismo pasó en Lavalleja, Cerro Largo, Rivera, Artigas, Salto, Florida, Durazno, Tacuarembó, Treinta y Tres y el pequeño Flores (el primero en acabar).
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