Petro ordenó a la Policía Nacional que retire a los efectivos jóvenes de las zonas de mayor conflicto

"Esos muchachos y muchachas no pueden estar en sitios de alto riesgo, donde se necesita capacidad, mucha más experiencia y más años. Le he pedido al director general de la Policía que haga el balance y los saque de ese tipo de zonas a lo que hoy se denomina auxiliares de Policía", dijo el mandatario, en declaraciones recogidas por el diario local El Tiempo, con relación al atentado del viernes pasado.

Según precisó la fiscalía, los policías fueron "emboscados" mientras se desplazaban en un vehículo oficial hacia San Luis, una zona rural ubicada a más de dos horas de camino de Neiva, la capital del departamento de Huila, desde donde habían partido. "Fueron víctimas de la activación de un artefacto explosivo", indicó la Policía Nacional en un comunicado.

Las autoridades no han dado información sobre los responsables de la agresión más grave contra la fuerza pública desde la llegada al poder de Petro, quien se asumió al frente del Poder Ejecutivo a comienzos de agosto y ha planteado a los diferentes grupos armados que actúan en el país una política de "paz total" para desactivar el conflicto de casi seis décadas.

"Entre más se hable de paz, más se debe estar listo desde muchos puntos de vista", dijo Petro con relación a la política de "paz total", iniciativa que su gobierno presentó en el Congreso la semana pasada y que se propone como una "política de Estado" que, entre otras cosas, impulsa la eliminación “de facto” del servicio militar obligatorio para reemplazarlo por un "servicio social para la paz" de doce meses, de carácter voluntario y rentado.

Petro también le pidió a la Policía Nacional que estreche las relaciones sociales con las comunidades afectadas por el conflicto para ejercer un trabajo conjunto de protección. Un pedido que va en línea con el objetivo “generar una alternativa para los jóvenes colombianos de prestar un servicio social para la paz" que supone, por ejemplo, la alfabetización digital de las poblaciones.

El mandatario colombiano, quien apenas conocido el atentado lo calificó como “un claro sabotaje al proceso se paz”, se reunió en Neiva con el jefe de la Policía Nacional, anticipó “decisiones urgentes” y les reiteró a las autoridades judiciales el llamado a avanzar con la investigación para dar con los responsables, según informó la agencia Sputnik. Por su parte, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, afirmó que las Fuerzas Armadas "responderán con contundencia a este ataque a la paz".

Petro explicó que la emboscada ocurrió en una curva de la ruta en donde la patrulla tenía que frenar la camioneta en la que se trasladaba, una zona en la que no se han registrado hechos de sangre durante los últimos tiempos y que es considerada como una de las cunas de las autodisueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero en la que actúan grupos disidentes, según una alerta publicada en julio por la estatal Defensoría del Pueblo, que vela por los derechos humanos.

Pese al atentado, el presidente colombiano aseguró que su gobierno seguirá adelante con la reactivación de los diálogos de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), interrumpidos en 2019 tras un ataque contra una escuela de policía que dejó 22 muertos además del agresor, y también con el llamado a un cese del fuego "multilateral" con los disidentes de las FARC y los grupos armados del narcotráfico.

Tanto el mayor grupo de las llamadas guerrillas disidentes como las bandas de narcos agrupadas en torno al poderoso Clan del Golfo se han mostrado abiertos a participar en el cese, sin llegar de momento a un acuerdo con el gobierno. Tras asumir la presidencia, Petro planteó que suspenderá las extradiciones a Estados Unidos de los narcotraficantes que abandonen su actividad y presentó un proyecto de ley que extiende las facultades del gobierno para negociar con los grupos armados.

También dio la orden de cesar los bombardeos contra campamentos guerrilleros donde haya menores de edad, una práctica autorizada durante el gobierno de su antecesor, Iván Duque, quien abatió de esta forma a varios mandos de las disidencias de las FARC y del ELN.  A pesar de estos anuncios, Colombia sigue envuelta en una escalada violenta con grupos armados que se disputan a sangre y fuego las rentas del narcotráfico y la minería ilegal en varias zonas del país.