Piezas de cría fue la única categoría de reposición que se valorizó en 2016/2017

Al cierre de cada ejercicio ganadero es momento de pasar raya y hacer balances. En este caso nos concentramos concretamente en el mercado de haciendas de reposición que siguió operando con precios en baja. La única categoría que aumentó su precio en el ejercicio 2016/2017 frente al anterior fue la de piezas de cría, que se valorizó 3,4% (ver Precios promedios de los últimos ejercicios).

El estudio de precios realizado por El Observador Agropecuario considera los promedios de los diferentes remates por pantalla realizados a lo largo de todo el año en Uruguay. En base a esos datos se elabora el Índice de Precio Promedio de la Reposición (IPPR), que indica una baja de 2% frente a 2015/2016; y de 16% respecto al ejercicio 2013/2014.


En el caso de los terneros, categoría que ha sido una referencia del mercado de haciendas para el campo, registró la baja más leve, de 0,9% respecto al ejercicio anterior. Esa categoría no sólo fue demandada por las empresas exportadoras de ganado en pie, que buscaban fundamentalmente animales sin castrar y pesados –de unos 200 kilos–, sino también por productores locales, que se dedican a la recría e invernada.

En los remates por pantalla se observó que la mayor parte de la oferta de terneros se integraba con animales sin castrar. La castración era una medida de manejo que estaba instalada en la actividad ganadera local, pero a partir de la fuerte demanda de terneros enteros por parte de la exportación de ganado en pie, esa característica cambió. Esto obliga a los clientes locales que compran este tipo de animales deban realizar ellos la castración.


En el otro extremo están los datos de las categorías que más bajaron su precio promedio en el último ejercicio ganadero. Estas son: los novillos de 2 a 3 años (–6%), los novillos de más de 3 años (–5,8%) y las vaquillonas de más de 2 años (–5,3%).

Esa baja en la cotización de las vaquillonas fue observada como una oportunidad por varios invernadores, que pasaron a demandar esa categoría, que registraba precios relativos más beneficiosos que los de la vaca de invernada.


Con el tiempo benévolo, con lluvias frecuentes y abundancia forrajera, las vacas de invernada fueron muy demandadas por los productores, porque brinda la posibilidad de hacer un negocio rápido.
Cabe recordar que en el análisis al cierre del ejercicio 2015/2016 se observó que las únicas dos categorías que aumentaron su precio promedio respecto a 2014/2015 fueron los terneros y las terneras, con subas de 4,3% y 2,7%, respectivamente.

Aquellas subas estuvieron claramente influidas por la fuerte demanda de la exportación de ganado en pie, que en algunos momentos también demandó hembras. En el año 2016 hubo récod de exportación de ganado en Uruguay, superando las 283 mil cabezas embarcadas al exterior.

El clima impulsó la producción y la faena

En el último año el clima fue un factor clave para impulsar la producción ganadera y también industrial. Luego de meses de abundantes lluvias en el otoño de 2016, el período comenzó en julio con temperaturas templadas, y continuó con una primavera, verano y otoño ideales para la producción, con lluvias regulares y días muy luminosos, que favorecieron el desarrollo forrajero. Esto fue muy bien aprovechado por el sector productivo, que alimentó de mucha materia prima, de forma constante, a la industria frigorífica.


Esta última estuvo a la altura de las circunstancias y realizó su actividad a gran ritmo, absorbiendo toda la oferta disponible en el mercado, y cumpliendo en buena medida algo que venía reclamando hace ya un largo tiempo: utilizar la capacidad industrial instalada que estaba ociosa por la falta de ganado gordo. Fue así que el ejercicio 2016/2017 cerró con una faena de casi 2,4 millones de bovinos, 12% más que en 2015/2016, según datos publicados por el Instituto Nacional de Carnes (INAC).

Pero como suele ocurrir, a mayor oferta menores precios, y esa quizá sea una de las explicaciones de la caída de las cotizaciones de las haciendas gordas; aunque también hubo una baja de los precios de la tonelada de carne de exportación, que era acorde a la baja de las haciendas para faena.
Los precios del novillo y de la vaca gorda tuvieron una tendencias bajistas. En base a datos de INAC, el novillo registró su pico más alto en agosto (US$ 3,35/kg a la carne) y el mínimo en mayo (US$ 2,98/kg).