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Por qué el almacenero pierde mucho más que la venta de un litro de leche fresca
El comerciante que no tiene leche fresca para vender cuando una medida sindical impide el normal abastecimiento pierde mucho más que la venta de ese producto, destacó a El Observador Daniel Fernández, presidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu).
Tras precisar que durante el jueves la entrega de leche fue “normal”, luego de los problemas denunciados por comerciantes durante el miércoles, afirmó que “para el comercio de cercanía la leche fresca es la frutilla de la torta, es eso que nunca te puede faltar”.
Señaló que si se considera exclusivamente la utilidad de la venta de la leche fresca, el comerciante hasta pierde dinero, porque “el margen es ínfimo, recibe centésimos de utilidad y tiene gastos relacionados", como el costo del frío y la bolsita en la que se da la leche, citó a modo de ejemplos.
De todos modos, añadió, “la leche produce otras ventas, porque la gente va al comercio por la leche fresca y lleva manteca, azúcar, harina, papas… pero si no hay leche fresca en ese comercio se va a buscar todo a otro lado y ese cliente se pierde, al menos por ese día, capaz para siempre”.
Fernández destacó además otra relevancia de los comercios de cercanía socios de Cambadu: "Están enquistados en todos los barrios, también en aquellas zonas donde no hay otras bocas de venta habituales en otros barrios”.
Agregó que el gran porcentaje de venta de leche fresca de Conaprole y de las otras marcas se da, precisamente, en ese tipo de comercios, en los de cercanía, “donde si falta leche fresca enseguida se reciente toda la venta del comercio”.
El lío del camionero
Hay otro problema que se genera, dijo, cuando hay medidas sindicales que distorsionan la salida de leche fresca de las plantas industriales y su distribución en las distintas zonas: el camión en vez de salir con 10 mil litros sale capaz con cinco mil o seis mil litros y el camionero no puede ir racionando la entrega, va entregando lo que le van pidiendo y hay comercios en los que va dejando menos de lo que precisan porque es lo que le va quedando en el camión y en muchos casos ni llega a entregar.
"El camionero no puede ir entregando de a pocos litros en cada lugar, el que precisa 200 le deja 200 y así hasta terminar con su trabajo, no puede andar peleándose con cada comerciante, fraccionando la entrega", mencionó.
La leche en caja
Cuando se inicia el desabastecimiento de leche fresca, en bolsa, muchos comerciantes solucionan el pedido del cliente con leche envasada en caja, por ejemplo de la marca Blancanube, un producto de mayor duración (larga vida) y pese a ese diferencial con un precio accesible, pero de ese producto en los comercios de cercanía, de menor porte que una gran superficies, no hay stocks importantes y también eso se termina rápidamente.
Fernández señaló otro detalle: tras alguna medida sindical cuando se reanuda la distribución hay prioridades, se entrega primero en hospitales y centros penitenciarios, por ejemplo, por lo tanto que se regularice el tema en los comercios no es algo inmediato.
También sucede, cuando hay distorsiones en el abasto, que a veces el camión que reparte la leche llega luego de la hora habitual, cuando muchos clientes ya se quedaron sin comprar ahí la leche fresca y eso es un problema para el comerciante, que ya perdió esa venta diaria.
Fernández admitió que “es un tema muy complejo, el sindicato tendrá sus razones, es un sindicato durísimo, veo que nunca se vive en paz, pero sin dudas entiendo que hay gente que no tiene nada que ver y se le complica, como el comerciante, el tambero y el consumidor”.
Un tema “nada menor”, concluyó, “es que cuando pasa esto los teléfonos de Cambadu explotan con denuncias de los comerciantes que a su vez son los que ponen la cara con el cliente”.
