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Por qué la gestión de las emociones "es tan importante como los contenidos académicos"
Cuando el equipo del Colegio y Liceo Queen’s School decidió reformular la propuesta pedagógica en 2018 para poner foco explícito en el aprendizaje socioemocional y en el uso de recursos digitales no se imaginaron que, apenas dos años después, una pandemia mundial dejaría en evidencia la magnitud del acierto de aquella decisión.
Con la emergencia sanitaria de covid-19, las aulas cerradas y los chicos encerrados en sus casas y aprendiendo de manera virtual, las comunidades educativas enfrentaron desafíos enormes. Pero al pasar raya, en el Colegio consideran que las herramientas que habían empezado a trabajar de “las mal llamadas habilidades blandas” —que en Queen’s se denominan “habilidades esenciales”— fueron vitales para sortear con éxito el desafío, contó Enrique Morrone, director general de la Institución.
“Entendimos que el peso de lo emocional es gigantesco y que la gestión de las emociones tiene tanta relevancia en la formación integral de niños y jóvenes como los contenidos académicos que hacen parte de la currícula”, explicó.
La directora de Educación Inicial y Primaria de la institución, Marta Galietti, añadió que “las personas que están dentro de la educación saben lo importante que es, y cada día más, incorporar la parte de la gestión emocional en el aprendizaje. La pandemia lo dejó aún más expuesto: ningún niño ni adulto puede aprender efectivamente si no se contemplan sus necesidades emocionales” .
En este escenario y dado el interés del plantel del colegio en promover el debate sobre la importancia de la gestión de las emociones en todo el sistema educativo es que organizaron el Segundo Congreso de Aprendizaje Socio Emocional, que se realizará el próximo 31 de julio y se centrará en dos temas centrales: flexibilidad y cambio.
"Una acción preventiva"
Si tienen que aprender más matemática o más lengua, si deben incluir programación o si tienen que saber de robótica, si deben saber inglés desde pequeños. El debate sobre qué competencias tienen que tener los niños para enfrentarse a un mundo cambiante, está cada vez más presente. Todo eso, que es muy relevante, deja de lado con frecuencia la importancia que tiene que las familias y centros educativos contribuyan al desarrollo de niños y jóvenes emocionalmente estables, capaces de identificar y gestionar sus emociones para conseguir bienestar.
Para Carmen Albana Sanz, maestra uruguaya que hace 15 años vive y trabaja en Barcelona y una de las expositoras del Congreso, “la educación emocional hace una acción preventiva”.
Sanz recibió el premio a la Maestra del Año en Cataluña de la Fundación Jordi Sierra i Fabra por su trabajo en educación emocional. Desde su perspectiva, este enfoque es una forma de “responder a determinados comportamientos que no son suficientemente atendidos por la educación formal, como la violencia, la falta de respeto, el bullying, la ansiedad, la depresión y el suicidio, junto con otros problemas de salud que tienen en la base una mala gestión emocional”.
A su juicio, la educación del país está bien encaminada porque incorpora en el marco curricular los temas socioemocionales, pero salvo casos específicos como el de Queen’s School, no se suelen dar herramientas a los docentes para que puedan aplicarlos. En este sentido redactó, junto con el ministro del Tribunal de Apelaciones Edgardo Ettlin, un anteproyecto de ley de Educación Emocional.
Generar confianza
Las consecuencias de la pandemia se extienden mucho más allá del tiempo de aula perdido. Al día de hoy, con el retorno a la presencialidad, el plantel docente del Colegio Queen's viene notando que están “recibiendo niños muy diferentes a aquellos que se fueron en marzo”. “Luego de todo este período de aislamiento que sufrieron, los estamos ahora redescubriendo”, explicó Morrone.
En ese sentido, Galietti considera central que se genere confianza entre alumnos y docentes. Tanto así que allí se promueve que cada alumno tenga un espacio en el que pueda buscar un adulto que le inspire confianza y con el que se sienta mejor para expresarse. Es el modo en que se construye una verdadera comunidad de aprendizaje
Para trabajar en estos objetivos es clave la participación y formación del plantel docente.
“Tenemos una cantidad de instancias programadas y no programadas dentro del aula donde se trabaja con las emociones desde los chiquitos. Las botellas de la calma, los rincones de las emociones, el círculo de las emociones donde cada uno dice lo que le pasa, elegir un objeto o lo que quieran para sentirse mejor, identificarse con un color de acuerdo al estado de ánimo”, ejemplificó Galietti.
Un evento sobre flexibilidad y cambio
El Congreso, que tiene como eje central la flexibilidad y el cambio en el sistema educativo, es un evento gratuito y se desarrollará en formato virtual vía streaming para todo el país y el exterior. Unas 1200 personas ya se inscribieron.
Un panel de expertos de Uruguay, Argentina, Reino Unido y España abordarán la necesidad de incorporar a la Educación Emocional en la currícula educativa formal. “Como ocurrió con el primer congreso, cuando el colegio cumplió 50 años, nuevamente este está superando todas las expectativas, porque ya tenemos 1140 inscriptos”, contó el director del colegio, Enrique Morrone.
Las presentaciones estarán a cargo de Adriana Abraham, Roberto Balaguer, Natalia Balmori, Alejandro De Barbieri, Verónica Dentone, Mónica Duhald, Ariel Gold y Raquel Katzkowicz por Uruguay, Dominic Regester (Reino Unido), Mónica Rodríguez Salvo (Argentina), Carmen Albana Sanz (España) y el equipo de Queen’s School. Los temas que se abordarán serán diversos: desde reconocer al docente como agente de salud mental, las habilidades socio emocionales, los desafíos de la post pandemia, el mindfulness en el aula o la fuerza de las palabras en la construcción de personas.
