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Predominio demócrata en Congreso de EEUU amenazado por la situación económica

La inflación, el precio de los alquileres y el precio de los combustibles podrían inclinar a que muchos votantes demócratas puedan cambiar sus preferencias y elegir representantes y senadores republicanos en las elecciones de medio término
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07 de noviembre de 2022 a las 08:04

En las elecciones de medio término que se realizarán este martes en los 50 estados de Estados Unidos, los votantes elegirán representantes para los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 escaños del Senado.

Estas elecciones decidirán entonces qué partido tendrá el control del Congreso durante los próximos años: el Republicano o el Demócrata. Actualmente, el Partido Demócrata tiene la mayoría en ambas cámaras del Congreso. A muchos les preocupa que la falta de un proyecto político claro que aborde las necesidades populares pueda hacer que los demócratas pierdan estas elecciones y por consiguiente, el control del Congreso.

Según afirma Natalia Marquez en Peoples Dispatch, Estados Unidos se encuentra en una crisis económica con una inflación vertiginosa que dificulta a quienes viven de un salario para la adquisición de bienes y servicios necesarios para  sus necesidades cotidianas.

A su vez, el precio de los alquileres de viviendas y la cantidad de personas sin hogar han aumentado en todo el país, en el marco de una recesión a la vista que todos los analistas predicen. Es indudable que la culpa por el empeoramiento por las condiciones materiales de vida caerá seguramente sobre el partido en el poder: los demócratas.

La consultora Pew Research en su informe del 20 de octubre muestra que la economía es el tema principal para los votantes, con un 79 % afirmando que es muy importante para sus decisiones electorales, el porcentaje más alto de los 18 temas encuestados.

Una encuesta del New York Times/Siena College, publicada el 17 de octubre, encontró que el porcentaje de votantes que mencionaron la economía como la preocupación más importante saltó del 36 % al 44 % desde julio, también el más alto de cualquier tema. Y una encuesta del Washington Post mostró que el 85% de los votantes registrados mencionaron la economía como su tema principal.

La encuestadora Monmouth encontró que la inflación fue calificada como extremadamente o muy importante por el 82% de las personas en los Estados Unidos, y solo el 30% aprueba el manejo de la misma por parte del presidente Joe Biden. Los resultados de la encuesta de Gallup difirieron ligeramente, pero el mensaje seguía siendo poderoso: la inflación y la economía ocupaban el segundo y tercer lugar como el problema más importante según los encuestados, siguiendo de cerca al ítem “gobierno/pobre liderazgo”.

Los datos envían un mensaje claro de que la gente está más preocupada por la economía, particularmente por el costo de vida. Los precios de la gasolina, los comestibles, la vivienda y la atención médica son una gran inquietud en un momento en que la inflación alcanzó el 8,2% este año, uno de los peores niveles en 40 años.

Marquez puntualiza que, en esta nueva realidad económica, el futuro parece sombrío para los demócratas. Gallup detectó que, en el último trimestre de 2021, la preferencia del votante cambió de demócrata a republicano. Desde 1991, cuando Gallup comenzó a medir la inclinación partidaria, los demócratas generalmente han tenido la ventaja. La encuesta del New York Times/Siena revela que las preocupaciones económicas están cambiando a los votantes del Partido Demócrata hacia el Partido Republicano.

El propio Biden tiene un índice de aprobación del 38%, similar a la del expresidente Donald Trump en este momento de su presidencia, pero inferior al de otros presidentes recientes.

Neal Meyer, organizador de la Juventud demócrata socialista, señala que tanto los republicanos como los demócratas tuvieron el control del Congreso y la presidencia durante largos períodos de tiempo a lo largo de la historia de los Estados Unidos. Los republicanos estuvieron en el poder durante décadas después de que la Proclamación de Emancipación del presidente Abraham Lincoln pusiera fin a la institución de la esclavitud, y los demócratas después de las amplias reformas económicas del New Deal del presidente Franklin Delano Roosevelt.

La estabilidad unipartidaria en esos largos períodos políticos se basó en que en ambos casos se introdujeron cambios sociales masivos que modelaron la sociedad estadounidense, pero en la actualidad, el Partido Demócrata no parece estar dispuesto siquiera a abordar las preocupaciones económicas más básicas de los trabajadores, y mucho menos ofrecer un programa transformador.

Biden parece estar eligiendo un enfoque de "todo está bien". El 24 de octubre, Biden compartió lo que llamó su “argumento final” antes de las elecciones de mitad de período, enfocándose en atacar a los republicanos por sus propuestas económicas “tramposas” y en destacar los logros de su administración. Si bien reconoció la inflación, se jactó de que Estados Unidos tiene tasas de inflación más bajas que la mayoría de los países, obviando las malas condiciones de vida de amplias capas de la población.

En The American Prospect, revista trimestral de orientación liberal progresista, cuatro veteranos estrategas demócratas instaron a los líderes del partido a abordar las preocupaciones económicas. “Los demócratas deben comprender que tenemos un mensaje ganador sobre la economía y la inflación”, escribieron. Los votantes “quieren saber que entiendes lo que está pasando en sus vidas”, como un mensaje a los candidatos del Partido Demócrata.

Pero las acciones concretas de los demócratas en el Congreso y el Ejecutivo tampoco han logrado abordar la desesperación económica de muchos votantes. Los beneficios federales de desempleo expiraron para millones, el paquete de gasto social sin precedentes de Biden, "Reconstruir mejor", que podría haber asignado US $ 3.500 millones a la atención médica, la educación pública y la energía limpia, fue atacado y finalmente demolido por el demócrata conservador Joe Manchin.

Ni siquiera en el tema del uso de la marihuana el gobierno logró generar una propuesta convincente, ya que su iniciativa de indultar a los condenados en cortes federales por posesión en realidad deja afuera a la mayoría de los sentenciados y no despenaliza el consumo, que es una demanda popular en Estados Unidos.

Los demócratas han utilizado la eliminación del derecho al aborto por parte de los conservadores como su principal mensaje de campaña, pero el senador independiente Bernie Sanders argumentó en contra de esta estrategia en The Guardian: “Si bien el tema del aborto debe permanecer en primer plano, sería una mala política que los demócratas ignoraran el estado de la economía y permitieran que las mentiras y distorsiones de los republicanos quedaran sin respuesta.”

Los republicanos han gastado US $ 44 millones en anuncios de campaña centrados en la economía y la inflación, informan Andrew Pérez y David Sirota en The Lever, mientras que los demócratas han gastado solo US $12 millones en anuncios relacionados con la economía. Los republicanos, que constantemente votan en contra de los paquetes de gasto social y las regulaciones sobre los negocios de las grandes empresas, tampoco tienen un plan económico que pueda transformar la vida de los estadounidenses.

“Atrapados entre una mala economía y el no querer ofender a los grandes donantes, los demócratas no han emitido un mensaje de contenido popular unificado que golpee la especulación empresarial que alimenta la inflación”, escriben Pérez y Sirota.

El caso de Hillary Clinton en 2016, perdiendo contra el errático y controvertido Donald Trump es ilustrativo. Trump hizo campaña con la promesa de “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande” (Make America Great Again), un eslogan que se ha mantenido mucho más allá del mandato presidencial de Trump. El eslogan de refutación de Hillary, "Estados Unidos ya es grandioso" (America is already Great), no fue atractivo para los que luchaban con los pagos de atención médica, los salarios bajos y apenas podían afrontar los servicios básicos necesarios para sobrevivir.

En medio de la inflación más alta en 40 años, las secuelas de la crisis de COVID-19, la catástrofe climática y una costosa guerra delegada en Ucrania, mantener el statu quo ya no es una opción.

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