Qatar convocó a cientos de civiles, incluidos empleados públicos que cumplen funciones diplomáticas en el exterior y trabajadores del sector privado, para sumarse a quienes prestan ya el servicio militar obligatorio y fortalecer así los controles de seguridad en los estadios durante la Copa del Mundo que se disputará entre el 20 de noviembre y el 18 de diciembre próximos.
El despliegue de reclutas, algunos de los cuales serían normalmente relevados temporalmente de la obligación porque su trabajo se considera vital, pone de relieve el desafío logístico al que se enfrente el pequeño reino de 2,8 millones de habitantes, de los cuales apenas 380 mil son nativos y que espera recibir 1,2 millones de visitantes.
Según reportan las agencias internacionales de noticias, los reclutas son entrenados para integrarse a los controles en los accesos a los siete estadios construidos para un torneo cuya realización contempló, además, la inauguración de autopistas de cinco canales y un sistema de metro, entre otras obras, con un costo que alcanzará los US$ 220.000 millones, por lejos el más caro de la historia.
Según reportó la agencia de noticias Reuters y recogen los medios especializados en deportes, los convocados son entrenados en técnicas de cacheo para detectar el ingreso de alcohol, drogas o armas, en el marco de complejo operativo que incluye un acuerdo de la monarquía qatarí con el gobierno de Turquía, que le proporcionará al pequeño país de 11.571 kilómetros cuadrados unos 3.000 policías antidisturbios.
La orden de reclutamiento fue lanzada a principios de septiembre y los civiles llamados al servicio deben presentarse antes del amanecer en el campamento que las fuerzas de seguridad locales tienen en el norte de Doha, la capital de Qatar. "Los reclutas brindarán apoyo adicional como parte del programa regular, tal como lo hacen todos los años en los principales eventos públicos, como las celebraciones del Día Nacional", señalaron las autoridades qataríes mediante un comunicado.
Fuentes oficiales, en tanto, recordaron que desde 2014, los hombres qataríes de entre 18 y 35 años se entrenan en el ejército durante al menos cuatro meses como parte del servicio nacional obligatorio introducido por el emir, el jeque Tamim bin Hamad al-Thani. Un “deber patriótico”, según las leyes del país, y cuyo incumplimiento conlleva penas de un año de prisión y multas de hasta 50.000 riales qataríes, unos US$ 13.700.
“El objetivo no apunta tanto a reforzar a las fuerzas armadas, sino a construir disciplina y mejorar la cohesión social ", según Eleonora Ardemagni, investigadora asociada sobre el Golfo y Yemen en el Instituto Italiano de Estudios Políticos Internacionales. Los reclutas se deben presentar en el campamento cinco días a la semana, en donde asisten a sesiones de entrenamiento dirigidas por los funcionarios responsables de la seguridad y del Comité Supremo para la Entrega y el Legado.
Durante el entrenamiento, que incluye simulacros de marchas por el patio de armas del campamento, son capacitados para acercarse a los hinchas con un "lenguaje corporal positivo y una sonrisa", dijo una fuente oficial, “para cumplir con la Declaración Universal de Derechos Humanos y evitar discriminar a los fanáticos por cualquier motivo”, mientras las ochos sedes son monitoreadas desde un centro de mando localizado en el campus deportivo de Aspire, a unos 50 kilómetros de Doha.
Según las disposiciones vigentes, los civiles llamados a prestar servicio obligatorio tienen una licencia paga de cuatro meses en sus trabajos, incluidos quienes se desempeñan en grandes empresas, como la estatal QatarEnergy, o incluso en el Ministerio de Relaciones Exteriores, funcionarios estos últimos que se espera regresan a sus misiones en el exterior, como los convocados desde China, Rusia y Estados Unidos.
"Tenemos la capacidad para monitorear de forma remota cada sistema y por lo tanto cambiar el comportamiento en los estadios", dijo a Associated Press, Niyas Abdulrahiman, unos de los directores ejecutivos de la organización. "También podemos recibir alarmas y notificaciones como parte de un monitoreo proactivo en el centro de comando antes de que algo salga mal", agregó.
Por lo pronto, mientras las autoridades de Qatar afirman haber desarrollado el sistema más sofisticado nunca antes visto en un evento deportivo al vincular los estadios a un centro de control totalmente digitalizado, la convocatoria se ha convertido en un paisaje habitual para los qataríes, que ven a los reclutas en las inmediaciones de los estadios vestidos con zapatillas deportivas y chándales realizando los ejercicios de capacitación.
Se trata, sin duda, de un desafío en términos de seguridad para un país pequeño que además, según deslizaron los organizadores, tiene la intención de relajar las estrictas leyes que rigen en el país, como por ejemplo habilitar la venta pública de alcohol, incluso en los alrededores de los unas horas antes de que comiencen los 64 partidos que incluye el calendario del evento.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá