La inflación cerró el 2021 en 7,96% y si bien se moderó casi 1 punto y medio frente al año previo (9,41%), quedó por cuarto año consecutivo por fuera del rango meta definido por el equipo económico (3%-7%). También quedó por encima de lo proyectado por el Ministerio de Economía y Finanzas en la última Rendición de Cuentas (6,9%).
En ese contexto, este miércoles también se dio la primera reunión del año del Comité de Política Monetaria (Copom), tras la cual el Banco Central (BCU) resolvió elevar la tasa de interés en 75 puntos básicos, a 6,5%, porque consideró conveniente que se "acentúe los esfuerzos para alcanzar los objetivos inflacionarios", en un escenario "marcado por mejores perspectivas de crecimiento económico". Fue la cuarta alza consecutiva de la tasa y la más pronunciada desde que inició el proceso de normalización de la política monetaria en agosto pasado.
Asimismo, el comunicado del Copom anticipó "incrementos de magnitud similar (0,75%) en las dos próximas sesiones del Comité, lo que implicará alcanzar una tasa de interés neutral al comienzo del segundo trimestre de 2022". De concretarse dos aumentos de ese nivel, la tasa de política monetaria alcanzaría el 8%. En el mercado interbancario, todos los días hábiles los bancos se prestan dinero con una tasa diaria (call). Esa tasa —que el BCU fija como referencia de política— termina luego incidiendo en el costo del dinero en el resto de los eslabones de la economía doméstica. A mayor tasa, más incentivo para el ahorro sobre el consumo.
De acuerdo al Copom, la economía uruguaya "aceleró su crecimiento respecto a los trimestres previos, lo que se espera que continúe en los próximos meses, mientras que los indicadores del mercado de trabajo muestran registros similares al mismo bimestre de 2019. Para el primer trimestre de 2022 continuaría la senda de recuperación impulsada en parte por la apertura de fronteras y la recuperación de la actividad turística".
En ese contexto, el BCU advirtió que las expectativas de inflación a 24 meses —el horizonte de política— se ubican hoy en 6,55% para los analistas, en 7,21% en el indicador de mercados financieros y en 8% para el caso de los empresarios. "Por lo tanto, el indicador resumen de expectativas muestra un incremento por segundo mes consecutivo", advirtió. Así fue que la autoridad monetaria resolvió reducir el talante expansivo del crédito. El BCU tiene previsto un cambio en el rango inflacionario a partir de setiembre, cuando bajará el techo a 6%.
Para la economista Tamara Schandy de Exante la suba de tasa que aprobó el BCU este miércoles “estuvo dentro de los escenarios posibles” dada la coyuntura actual de la inflación y la dinámica de recuperación que está mostrando la economía uruguaya, y que fue “bastante importante” en el segundo semestre del año pasado. Dijo que más allá de las magnitud de los futuros ajustes, todo indica que las próximas reuniones del Copom continuarán elevando la tasa de interés gradualmente como hasta ahora.
En tanto, el economista Javier de Haedo se mostró crítico con la política que viene aplicando el Banco Central con la tasa de interés. “En todo caso convergerán las expectativas de quienes consideran que con la política monetaria alcanza. Quienes vemos más allá de ella, seguiremos divergiendo. Y empezaremos a temer, una vez más, por los daños colaterales del aumento de la TPM. Cambian actores, permanece el guión”, escribió en su cuenta de Twitter.
El analista admitió que la economía uruguaya “empezó a volar pero desde muy abajo, ya que el PIB solo está hoy 4% arriba de hace ocho años atrás y todavía quedan por recuperar entre 60-70 empleos. “Se corre el riesgo de afectar la necesaria corrección de precios relativos ante el previsible deterioro del contexto externo”, alertó.
La dinámica inflacionaria en el año recién acabado estuvo marcada por un contexto atípico: reactivación económica en pandemia, aumentos de los salarios por encima de la pauta del MEF, alzas en los valores internacionales de los alimentos —y del petróleo— que influyeron en los precios locales y una política monetaria del BCU que comenzó su viraje de “evitar restricciones de liquidez” a “lograr la convergencia de las expectativas de inflación al objetivo”.
En la cifra general de 2021 no hubo rubro que se encareciera más que el de transporte, con un incremento de sus precios de 13,4%. La categoría sufrió particularmente por el aumento de los combustibles —de 27% respecto al diciembre anterior—, producto de presiones en el mercado internacional hacia la mayor demanda de petróleo para impulsar la reactivación económica del mundo. Incluso así, Ancap viene sosteniendo el precio de sus tarifas por debajo de lo que marcan los precios de paridad de importación desde octubre, aludiendo a ganancias extraordinarias por sus ventas de gasoil a UTE.
Así como los aumentos del combustible se concentraron en enero y sobre todo a mediados del año, también impactaron con fuerza las subas del boleto en diciembre del transporte interdepartamental, suburbano y local (que también subió en abril). A su vez, la adquisición de vehículos apuntó en la misma dirección y se apreció en 11,6%, con una suba de las motos en particular que llegó a 24,3%.
El rubro que siguió a transporte fue el de muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar, cuyos precios treparon en casi 10%. No ayudó que la inflación internacional en alza y el aumento del tipo de cambio en la plaza local (de 5,5%) tenga un impacto especial en la división, particularmente en los electrodomésticos (que son básicamente importados). Algunas alzas notorias fueron heladeras (26%), cocinas (19,8%), lavarropas (28,8%) y equipos de aire acondicionado (41,3%).
El mayor peso en la canasta de consumo de los uruguayos lo tiene el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, que aumentó 6,5%. Esta clase de productos es la que más afecta a las familias de menores ingresos, y si bien su crecimiento estuvo por debajo de la inflación general (7,96%), también estuvo ligeramente por encima del crecimiento de los salarios registrado por el INE hasta noviembre (6,02%).
Una vez más, para ese rubro el hecho de que los precios internacionales ayuden al desempeño general de la economía y al sector exportador, tiene su efecto secundario en un traslado de los valores del exterior al mercado local. Mientras los números de empleo le sonríen al gobierno, todavía queda pendiente una recuperación del poder de compra de los trabajadores. Días atrás, Isaac Alfie afirmó a radio Carve que con las cartas a la vista de la reactivación del empleo, el salario real “va a tener que empezar a subir”.
En contraste, las comunicaciones fueron las que presentaron menores incrementos. Los precios del rubro en términos reales vienen a la baja desde hace años y 2021 no fue la excepción. De hecho, para este año el Poder Ejecutivo optó por mantener congeladas la tarifas de Antel para la telefonía móvil, fija e internet.
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