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Reacción favorable de Biden y otros líderes mundiales ante el triunfo de Lula
Joe Biden de inmediato, el mismo domingo por la noche, cuando Jair Bolsonaro mantenía silencio sobre el resultado electoral, felicitó a Lula por su victoria en unas "elecciones libres, justas y creíbles". Dada la histórica relación de Brasilia con Washington se trató de una señal que dejó sin margen al silencio cargado de amenazas del actual presidente.
La vice del presidente de Colombia Gustavo Petro, la afrodescendiente Francia Márquez, se abrazó con Lula en el búnker de este hombre nordestino de 77 años que llega por tercera vez al gobierno en la economía más grande de América latina. El presidente de México, segunda economía de la región, Andrés Manuel López Obrador, felicitó de inmediato a Lula. Gabriel Boric de Chile y Xiomara Castro, de Chile y Honduras, hicieron lo propio. El argentino Alberto Fernández, que había visitado a Lula en prisión, dijo que viajará de inmediato a San Pablo a saludar al electo mandatario.
En suma, si bien América latina dista mucho de ser un continente con mandatarios capaces de torcer la desigualdad, el triunfo de Lula muestra que valores de izquierda, democráticos y humanistas, pueden imponerse ante los discursos racistas y de odio.
El discurso de Lula tras ganar el domingo a la noche fue de un estadista. Sereno, medido, con propuestas de transformación a favor de los más desposeídos y además dio señales de hacia dónde irán sus relaciones internacionales.
Lula afirmó que defenderá la Amazonía y el lunes por la mañana la acción de la minera Vale, una compañía que avanzó con pocos controles en el gobierno de Bolsonaro, caía en las bolsas europeas. Además, el presidente electo advirtió que no sirve un Brasil “que exporta productos primarios” al tiempo que reclamó las inversiones “internas y externas”.
Puso en valor la relación con sus vecinos, con Estados Unidos y con Europa. No mencionó a China, principal destino de las oleaginosas y de las carnes brasileñas.
Los mandatarios de Francia y España, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez, también dieron de inmediato su apoyo a Lula.
Este escenario de saludos y felicitaciones, que suma a muchos otros líderes mundiales, se convierten en una de las claves de la transición de dos meses con un Bolsonaro que perdió por menos de dos puntos y que tiene un peso decisivo en 14 de los 26 estados así como en el Congreso.
La economía brasileña está fuerte, tiene reservas en el Banco Central por más de 300 mil millones de dólares, una inflación controlada y, sin embargo, Lula dijo que hay 35 millones de brasileños que no comen lo suficiente.
Un país desigual con grandes posibilidades de crecer y con fortalezas para atraer inversiones externas. Un caso paradigmático son las llamadas “tierras raras”, se trata de minerales indispensables tanto en la industria militar como civil. El principal productor mundial es China, el segundo Brasil. Para Estados Unidos, poder proveerse de esos minerales será vital si, como se espera, la relación entre la Casa Blanca y el Palacio del Planalto, tiene una buena sintonía, tanto en esta difícil transición de dos meses como a partir del 1° de enero de 2023 cuando Lula asuma su tercer mandato.
