Rodrigo De la Serna: "Zitarrosa es como un padre"

Si bien el grupo, cuyo repertorio abarca milongas, tangos, candombes, chamarritas y gatos, ya ha visitado Uruguay, este fin de semana regresan para presentar en Punta del Este lo que eventualmente se convertirá en Estilos criollos, el primer disco del grupo. Y también es una primera visita en la nueva etapa del grupo, al que De la Serna y sus compañeros decidieron darle una mayor visibilidad.

Si bien la faceta como músico no es tan conocida, ahora ese rol ha tomado un nuevo impulso por eso "decidimos pasar a tocar en escenarios más grandes. Hasta ahora era una cosa más independiente, más under, pero nos vimos obligados a exponerlo más porque pasamos a lugares más grandes", comentó De la Serna.

Sus inicios musicales fueron en la infancia, porque en su casa siempre hubo una guitarra. De niño y adolescente la tocaba, aunque en ese momento su género predilecto era el rock. Fue con Goyeneche que empezó a estudiar y profundizar los ritmos folclóricos criollos de Argentina, algunos de los cuales tienen contacto y versiones uruguayas. "Cuando escuché eso me movió fibras que no conocía. Me comunicó algo. Entonces decidí hacer algo porque me había pasado algo con esa música", explicó el actor de Diarios de motocicleta, Llámame Francisco y El puntero.

En ese momento, De la Serna juzga que se convirtió en un estudioso de lo criollo, aunque desde un punto de vista "amateur y pragmático", porque lo aprendió con sus compañeros de banda – Blas Alberti, Fabio Bramuglia y Juan Díaz Hermelo- y de sus docentes, pero también con la experiencia y la práctica al tocar.

La música uruguaya influye el sonido de El Yotivenco. Si bien Argentina tiene su propio candombe, que es "una milonga pero con tambores", en palabras de De la Serna, la versión uruguaya del género ha influenciado a la del país vecino desde la década de 1970. "Terminamos con los tambores en la calle al final de los shows", anticipó el artista.

Otra influencia clave es la figura de Alfredo Zitarrosa, al que considera como "un padre", en la música y la poesía. "Creo que la patria cultural es más grande que las fronteras nacionales, y la suya abarcaba mucho del continente, igual que la de Atahualpa Yupanqui". A este último lo descubrió de niño, y la conexión fue inmediata. A Zitarrosa fue a los 15 años, en un fogón en Rocha, con unos locatarios que agarraron una guitarra e interpretaron canciones suyas. Algunas incluso están en el espectáculo de El Yotivenco, como Pa'l que se va y Qué pena.

Si bien ahora la música ha tomado un rol más preponderante, esto no significa que la actuación haya quedado de lado. "La clave es tener equilibrio –comentó De la Serna– es difícil, pero tratamos de juntarnos cada vez que tenemos un tiempito para componer, ajustar arreglos o tocar un poco, porque esto no deja de ser un grupo de amigos. Y nos llevó 15 años llegar a esta síntesis, estamos en el punto justo", afirmó.

Lo próximo será la grabación de su disco debut, del que ya pueden escucharse algunos adelantos en Spotify. Los cuatro integrantes del grupo componen, y cada uno aporta un perfil distinto dentro de los géneros cubiertos por la banda.

Si bien reconoce que "la industria cultural va por otro lado, y se impone vehementemente lo que ofrece", para Rodrigo De la Serna la conexión con lo propio y el contacto con la música criolla no desaparece, ni desaparecerá. "Va a estar siempre, porque si lo perdés te convertís en algo sin identidad. Esto sería un shopping", concluyó.

Rodrigo de la Serna y El Yotivenco se presentan esta sábado 27 de enero a las 21 en la Sala Cantegril de Punta del Este. Las entradas tienen un costo de $ 2.000 y pueden adquirirse en Abitab.