Un sacerdote de la catedral de Minas (Lavalleja) fue imputado este jueves por reiterados delitos de abuso sexual cometidos contra dos niñas, pero la jueza Lucía Granucci rechazó la prisión preventiva que había solicitado la fiscalía como medida cautelar, e impuso en cambio que el cura fijara domicilio y se presentara una vez por semana en la comisaría.
Según informó el Ministerio Público, la fiscal del caso, Tania Vidal, apeló la resolución de la magistrada, que dispuso que el sacerdote tampoco pueda acercarse a las víctimas –niñas de 9 y 13 años– a menos de 500 metros, ni mantener ninguna clase de comunicación con ellas, durante un plazo de 90 días.
En diciembre pasado, el obispo Milton Tróccoli se enteró del hecho por la citación de la justicia, algo que fue comunicado por el cura implicado. Enseguida lo apartó del ministerio sacerdotal y dispuso que fuera trasladado al hogar donde viven sacerdotes ancianos ya retirados de la actividad.Allí estuvo hasta que este jueves fue citado a comparecer.
En un comunicado difundido por el Obispado de Minas, se informó que el sacerdote declaró ante la Justicia "no haber cometido tales actos", y que continuaba "a disposición la línea telefónica 095 382 465 y el mail [email protected], para recibir denuncias de abusos sexuales cometidos contra menores por parte de sacerdotes y personas consagradas de todo el país".
"Reiteramos nuestra firme disposición y compromiso para que hechos como los denunciados no tengan lugar en el seno de la Iglesia, a seguir adoptando las más severas medidas contra quienes cometan estas faltas graves y a continuar trabajando con ahínco en la prevención" agregó el comunicado.
De acuerdo a lo establecido por la fiscal, el imputado mantenía "una relación de amistad" con la madre de las niñas abusadas, cuya casa solía frecuentar porque ayudaba económicamente a la familia. El cura "concurría asiduamente al hogar llevando consigo alimentos y bebidas alcohólicas", dictaminó la fiscal, según el resumen de su dictamen disponible en el sitio web de la Fiscalía.
Y fue "en esas circunstancias" en que "el imputado mediante la intimidación y el abuso de poder que ostentaba en virtud de oficiar como referente religioso de la familia, en reiteradas ocasiones realizó tocamientos de índole sexual a las víctimas".
Uno de las declaraciones de las niñas señalaba que en una oportunidad el cura entró al cuarto de una de ellas para abusarla sexualmente. "La víctima salió corriendo de su habitación aterrorizada y logró encerrarse en el baño".
Los hechos fueron denunciados en setiembre de 2019, luego de que las niñas contaran lo que les ocurría a su hermano mayor.
El trauma por los abusos generó que una de las víctimas tuviera que ser internada por "ideas de muerte", y allí ratifico a los médicos que lo atendieron los episodios que había sufrido.
Por otra parte, las pericias psiquiátricas y psicológicas realizadas a la hermana también concluyeron que tenía un "relato coherente y consistente", y que su discurso no contenía signos de haber sido contaminada por terceros "ni sometido a amenazas o coerción".
"La pericia psiquiátrica de la otra víctima recabó nuevamente el relato consistente con los hechos denunciados", agrega el dictamen.
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