Cierra una segunda semana consecutiva de bajas fuertes en el mercado de granos. En particular en la soja, que llegó a superar los US$ 550 por tonelada en las referencias de puertos uruguayos y no llega ahora a US$ 520, en un cambio de escenario importante que tiene distintos componentes.
Por un lado hay un retroceso de todas las materias primas, afectadas por las preocupaciones vinculadas a la inflación global y la eventual suba de tasas de interés derivada de esas presiones inflacionarias.
En el caso de los mercados agrícolas hay factores adicionales. Lluvias muy oportunas llegaron a las zonas agrícolas de Estados Unidos y mejoran las expectativas de la cosecha que más influye en el precio. Zonas de Kansas e Illinois que tenían a sus cultivos en riesgo encauzan la situación en las chacras y la expectativa respecto a la cosecha mejoraron sensiblemente.
Hay dudas además respecto a la demanda futura de China, por la poca información que llega desde ese país y las versiones de rebrotes de la Fiebre Porcina Africana.
Pero China ha comprado en las últimas dos semanas cantidades enormes de maíz. Este es el grano que se mantuvo firme esta semana y contrastó con la baja de precios de soja y trigo.
Esa mejora en la expectativa por la cosecha estadounidense no parece ser suficiente para una baja pronunciada de los precios. La cosecha brasileña sigue acuciada por la sequía, con algunas consultoras brasileñas proyectando apenas 91 millones de toneladas de cosecha –frente a los 106 millones que proyecta el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA)–.
El mercado esta semana se vio influenciado también por el anuncio del gobierno de China de su intención de estabilizar el precio de las materias primas. China intensificará los ajustes en el comercio y el almacenamiento de productos básicos y reforzará las inspecciones, tanto en el mercado al contado como en el de futuros, informó la emisora estatal CCTV en la reunión de gabinete presidida por el primer ministro Li Keqiang. Tomará medidas enérgicas contra el comercio malicioso e investigará el comportamiento que hace subir los precios, según el informe.
En Uruguay siguen las tareas de cosecha de verano y siembra de invierno. De la mano de despejes prolongados entre lluvia y lluvia las tareas han avanzado, principalmente en colza y trigo, lo que permite suponer que antes del 15 de junio buena parte de la agricultura de invierno estará implantada y con buen potencial por lo tanto para desarrollar un buen ciclo productivo.
El ajuste de precios está lejos de enfriar el ánimo de los productores, son todavía precios muy altos que permiten mantener la previsión de expansión en el área de cultivos de invierno, una proyección que se sostiene ya con las sembradoras trabajando.
Y en el caso del maíz la firmeza parece segura, aún cuando venga una gran cosecha de Estados Unidos.
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