Insistentemente se recurre a la disrupción como forma de dar cuenta de la intensidad, profundidad y alcance de los cambios que afectan a las sociedades en diversos planos. Particularmente, en el período previo a la pandemia planetaria, aun cuando la disrupción era ya considerada como multidimensional, la misma estaba esencialmente marcada por la irrupción, los avances y los efectos de la cuarta revolución industrial. Esencialmente la transformación digital trastoca los modus vivendi y operandi de nuestras vidas individuales y colectiva. Nada escapa a ser afectado por una disrupción que podría definirse como exponencial, sistémica, penetrante e interpelante.
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