Suman cinco las ONG que suspendieron sus tareas tras el veto talibán a emplear a mujeres

“Millones de afganos necesitan asistencia humanitaria y eliminar las barreras es vital”, advirtió la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) en un comunicado donde se precisa que el jefe interino y coordinador humanitario de la UNAMA, RamizAlakbarov, se reunió con el ministro de Economía, Mohammad Hanif.

El ministerio, encargado de emitir las licencias que requieren las organizaciones para trabajar, ordenó el sábado a todas las oenegés locales y extranjeras que no permitan que el personal femenino trabaje hasta nuevo aviso, veto que llevó a las oenegés Salven a los Chicos, Ayuda Cristiana, Consejo  Noruego para los Refugiados, Ayuda Afgana y Cooperativa de Asistencia y Socorro en Todas Partes a pausar sus programas.

Mediante un comunicado, las organizaciones enfatizaron la imposibilidad de “llegar efectivamente a los niños, mujeres y hombres que lo necesitan desesperadamente” sin el“personal femenino”, al tiempo que destacaronque sin las mujeres al frente del esfuerzo no habrían llegado a millones de personas desde agosto del año pasado con atención médica, educación, protección infantil y alimentos, en un contexto en el que más de la mitad de los afganos, unos 18 millones de personas, padecen hambre.

Por su parte, la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja en Afganistán también expresó su preocupación por el veto y repudió las prohibiciones anteriores, que impiden a las adolescentes y jóvenes acceder a la educación media y superior, y a las mujeres en general acceder a espacios públicos, como parques y gimnasios.

"Christian Aid busca rápidamente aclaraciones sobre este anuncio y exhorta a las autoridades a revertir la prohibición", declaró en un comunicado Ray Hasan, responsable de la organización en la región. "Prohibir a las mujeres trabajar en el sector humanitario solo reducirá nuestra capacidad de ayudar, y amenaza con agravar la terrible crisis humanitaria a la que se enfrentan mujeres y chicas jóvenes", añadió Hasan. El responsable de la oenegé, además, insistió en que hay "millones de personas al borde de la hambruna" en el país, hasta el punto de haber casos de familias "tan desesperadas que se han visto obligadas a vender a sus hijos para comprar comida".

Pese a las advertencias y reclamos de las organizaciones y la comunidad internacional, la administración talibán hasta ahora no ha mostrado signos de reconsiderar las prohibiciones. De hecho, los vetos hacia las mujeres se han ido intensificando desde que el grupo islámico retomó el poder en agosto del año pasado, luego veinte años de insurgencia armada contra la coalición militar liderada por Estados Unidos, y de un retorno que incluyó la promesa de no replicar las restricciones de la década de 1990.

El sábado, el Ministerio de Economíajustificó su decisión de prohibir que las mujeres trabajen en las oenegés argumentando haber recibido "graves quejas" de que el personal femenino de no observa "el hiyab islámico y otras normas y reglamentos” relacionados con la labor de las mujeres. Restricción esta última que se produce menos de una semana después que las autoridades talibanes prohibieran a las mujeres asistir a las universidades, lo que provocó indignación mundial y protestas en algunas ciudades afganas, como las registradas durante los últimos días en las universidades de las ciudades de Kabul, Kandahar y Herat.