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Talvi atacó "privilegios" de funcionarios de empresas estatales y dijo cuánto más se paga por ellos
Con una bandera del Partido Colorado en la mano, el diputado Ope Pasquet saludaba a los que iban llegando mientras Ando Buscando –el hit de Agustín Casanova con el Chyno Miranda– sonaba bien fuerte en la esquina de Enriqueta Compte y Riqué y Marmarajá. A pocos metros, un hombre ofrecía chorizos a $120 mientras una pareja regalaba algodones de azúcar a quien quisiera. Entre ellos, voluntarios con remeras de “lo nuevo se viene” ofrecían pegotines, mientras otros invitaban a pasar al gimnasio del Club Aguada, donde una hora después Ernesto Talvi daría inicio a la fase final de su campaña para las internas.
La cancha de uno de los finalistas de la Liga Uruguaya de Básquetbol fue el lugar elegido por Ciudadanos para hacer su “demostración de fuerza” de que es posible superar a Julio María Sanguinetti, el principal candidato del Partido Colorado, el 30 de junio.
Ya adentro, una banda de Colonia cantaba cumbias de la década de 1990, mientras los voluntarios iban ordenando a todos: los integrantes de los equipos técnicos en la cancha y los militantes de las distintas listas que apoyan al precandidato arriba, en una de las tribunas de la cancha. A diferencia del acto de lanzamiento en agosto de 2018 en el club Larre Borges, centenares de banderas y carteles colorados con el lema “Talvi presidente” completaban la estética, evidenciando el cambio en la estrategia de imagen que comenzó en febrero con la desaparición del logo multicolor de Ciudadanos.
Contra funcionarios de las empresas estatales
Los músicos tocaron Movete chiquita movete –una de las porteñadas que Talvi cantaba en su adolescencia con su banda Kabuki– y le dieron paso al economista, que luego de la presentación de los voluntarios y los equipos técnicos que lo acompañan, brindó un discurso de media hora en el que prometió que si llega al gobierno tocará lo “intocable” y se enfocó en la educación y los funcionarios públicos.
En primera fila, el coordinador del área de integración social de Ciudadanos, Luis Alberto "Ney" Castillo, escuchaba con atención mientras Talvi señalaba que por los “privilegios que reciben los que trabajan en las empresas del Estado y por la voracidad" en el cobro de impuestos, cada trabajador uruguayo “paga $2.156 por mes” en sus cuentas de UTE, ANCAP, OSE y Antel.
Unos minutos antes, en el otro extremo del gimnasio, el diputado y coordinador político del sector, Adrián Peña, había aplaudido al escuchar que los funcionarios de las empresas estatales ganaban un “65% más que su equivalente en el sector privado para el mismo nivel educativo”. “Y tienen además seguro de desempleo”, subrayó el precandidato.
Tras el discurso, Talvi agregó en una rueda de prensa que todos estos “privilegios” no podían continuar ya que eran una “injusticia” que estaban “perjudicando” y “castigando” los “bolsillos de las familias uruguayas” y al “aparato productivo nacional”. “El peso es que tenemos el gasoil, la electricidad más cara del mundo y que nuestras empresas no pueden competir”, sentenció.
Para revertir la situación, Talvi señaló que era necesario no renovar las vacantes de los funcionarios públicos que se jubilan o fallecen y que en cinco años Uruguay debía volver a tener la plantilla de funcionarios públicos que había al final del primer gobierno de Tabaré Vázquez. “El país no puede soportar esta situación, vamos a seguir pidiendo plata prestada y un día nos van a dejar de prestar”, dijo aunque recalcó que también debía modificarse la gestión de las empresas públicas, pasando a estar integradas por técnicos competentes, y puso como ejemplo a seguir el caso de Nueva Zelanda.
El economista dijo que pretendía ponerle fin al deterioro que vivía el país y transformarlo en un “pequeño país modelo”. Señaló que cuando su padre llegó a Uruguay los trabajadores ganaban lo mismo que los españoles, mientras que ahora cobran la mitad. “Las fronteras del desarrollo nos quedaron lejos. Somos una sociedad más fragmentada y nos dimos el lujo de aislarnos del mundo”, agregó.
Con el Liceo Impulso como bandera, un centro público de gestión privada, Talvi dijo que los números en la educación debían revertirse con urgencia ya que la mitad de los niños nacían en barrios pobres y solo 16 de 100 terminaban el liceo. Por eso expuso la necesidad de crear 136 liceos a tiempo completo en zonas de contexto crítico en varios departamentos del país. En total, se necesitan U$S 160 millones anuales adicionales a los recursos que la Administración de Educación Pública (ANEP) gasta en Secundaria. Calculado por alumno, el costo es de US$ 4.300 por año, US$ 2.000 más de los que ANEP ya destina por estudiante. La distribución de los liceos "modelo" se concentra en la capital, en donde Talvi proyecta la instalación de 41 centros, y en segundo lugar Canelones, en donde estarían otros 23 institutos. En el resto del país se ubicarían los 72 liceos restantes.
Por último, terminó animando a los militantes a votar el 30 de junio, día en que, según afirmó, empieza el “cambio”. “El voto es voluntario, pero se juega el futuro del país”, dijo antes de que el jingle que anuncia que es “tiempo de los Ciudadanos” volviera a sonar con fuerza y su cabeza se llenar de papelitos colorados.
