Junto con la revisión de los precios de las tarifas eléctricas para 2022, el Directorio de UTE tratará este martes la modificación del pliego tarifario, que incluye la eliminación de la Tarifa de Consumo Básico (TCB). Esto supone que los más de 300 mil clientes que la tienen contratada podrán mantenerla, pero dejará de ser una alternativa para el ingreso de nuevos usuarios.
La representante del Frente Amplio en el Directorio de UTE, Fernanda Cardona, dijo a El Observador que no acompaña esa medida, y explicó que el argumento manejado para hacer cambios es que esa tarifa beneficia a hogares de altos ingresos, cuando un informe interno de la empresa elaborado en 2018 por el área de Análisis Tarifario permite afirmar lo contrario.
Ese estudio, según Cardona, dice que casi el 70% de los hogares TCB se distribuyen en el interior del país. En seis departamentos la cantidad de suministros TCB supera el 30% y alcanza su máximo en Rivera con un 38% de los suministros, y su mínimo en Maldonado con solo un 10% de los servicios.
Por otro lado, la directora argumentó que el 85% de los suministros TCB de Montevideo y el 80% de los del interior se concentran en los cuatro primeros deciles de ingresos, donde están comprendidos sectores de ingresos bajos y medio-bajo, que no necesariamente están incluidos en planes del Mides a los que se dirige el nuevo bono social de energía. “No es verdad que por haber aprobado el bono dejo cubierto a la totalidad de hogares que podrían tener una tarifa básica eventual”, afirmó.
Cardona añadió que si bien los sectores de población que pertenecen a los deciles de altos ingresos “no son usuarios de la TCB”, el argumento de que el subsidio es “injusto” porque también hacen usufructo clientes con nivel socio económico superior a la media “no tiene sustento”.
“Sería similar a plantear que debemos dejar de subsidiar, por ejemplo, las tarifas de los tamberos o arroceros por considerar que entre ellos hay clientes del nivel económico mencionado que también son usuarios finales de dichos productos”, dice la constancia de acta presentada días atrás y a la que accedió El Observador.
En otra parte de su argumentación, Cardona expresó que "la limitación al acceso y o la imposibilidad de reincorporación a la TCB por medio de la modificación al pliego tarifario propuesta, va a significar para los hogares mencionados un incremento sustantivo del costo a afrontar frente al mismo nivel de consumo en la actualidad”.
La CBR fue diseñada en 2010 y está dirigida a hogares con consumos mensuales estables de 230 KWh o menos. Hoy el único requisito para tenerla es consumir poca electricidad. Así es una alternativa utilizada por jóvenes cuando se van a vivir solos, jubilados y estudiantes, entre otros.
Bajo esta modalidad se factura un único cargo mensual de $ 374,4, que no está gravado con IVA y que incluye un consumo de hasta 100 kWh, el cargo fijo y el cargo por potencia contratada. Si se pasa ese nivel de consumo se cobra un cargo por energía de acuerdo a una escala de precios, que varía en función de lo que se consuma por arriba de esa cantidad. Cuanto más bajo es el consumo más se ahorra en comparación al importe de una tarifa Residencial Simple.
Los últimos datos publicados por el ente muestran que al cierre de 2020 había 352.556 servicios activos que tenían contratada esta tarifa especial, es decir uno de cada cuatro de los clientes residenciales. Este grupo de clientes pagó la energía un 35% más barata en promedio que los clientes que tienen contratada la tarifa Residencial Simple y que son la amplia mayoría de los hogares.
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