Tecnología 5G: “Es más rápida que los sentidos humanos”

Cardona nació en Barcelona, graduado en Ingeniería de las Comunicaciones de la Universidad Politécnica de Cataluña en 1990 y el Ph.D. en Telecomunicaciones en la Universitat Politécnica de Valencia en 1995.

En diálogo con El Observador, anticipó algunos conceptos que estarán presentes mañana en el foro convocado por la Fundación Tecnolog.

¿Qué mitos asociados a la tecnología 5G es imperioso desarmar?
Creo que lo que deberíamos entender es que 5G desde su origen se ha creado para comunicar máquinas, vehículos, industria. Desde hace unos 10 años cuando estábamos desarrollando en la Comunidad Europea y en otros foros el concepto de 5G, fue pensada para eso. Y hoy día se está pretendiendo entender para qué sirve la 5G en mi teléfono. Y por supuesto que la 5G sirve en mi teléfono móvil, porque trae más capacidad de transmisión de información, más calidad de imágenes y de contenidos. Pero la 5G no se creó para el smartphone. 

¿Y esa capacidad de la tecnología 5G para la industria es lo que está subestimado hoy?
Creo que sí, pero tienen una razón de ser. Porque el mercado, actualmente, está inundado de teléfonos móviles…el negocio se basa en la venta de líneas particulares de conexiones de personas, y los operadores de telefonía móvil basan sus modelos de negocios en ofrecer servicios de conectividad personales y contenidos. Pero todavía estamos por desarrollar - y creo que es una oportunidad magnífica- todos los servicios para los que la 5G fue pensada, que son servicios de gestión industrial.

Uruguay cuenta con algunas ventajas para el desembarco de esta tecnología, sobre todo su amplia red de conexiones.
Uruguay está casi en la misma situación que estuvimos en España, y que nos permitió tener una ventaja en el continente para ser los primeros en desplegar casos de uso 5G. Además tenemos un despliegue ya consolidado de antenas de telefonía móvil. 5G no sustituye las instalaciones actuales, sólo las complementa, por lo cual el proceso no es complejo. El reto está en avanzar en las aplicaciones industriales, que es el futuro para sectores clave como la logística, la movilidad. Lo hemos hecho en Europa, lo hemos hecho en España, y nos ha ido muy bien.

¿Cuál ha sido el rol de cada uno de los actores?
Hemos promovido que los operadores, juntos con la industria (no ellos solos), desarrollen casos de uso, es decir aplicaciones de 5G que no sólo pasan por el teléfono celular.

¿Cuán costoso es para las empresas incorporar estas tecnologías?
No cuesta más, cuesta prácticamente lo mismo, que instalar una red privada de tecnología WIFI, por ejemplo. Con una diferencia muy importante, y es que si uno trabaja en los entornos de naves industriales, de entornos logísticos portuarios por ejemplo, con tecnología WIFI, se expone a los problemas de la tecnología WIFI y que son la cobertura limitada, los problemas de inseguridad, la capacidad de gestionar la red y por lo tanto tener un control sobre la propia red que ha desarrollado. Entonces, con un costo no mucho mayor, quizás un 10% o un 15% mayor que el de instalar una red con tecnología WIFI, uno tiene una red 5G con todas las ventajas de esta tecnología.

Se está discutiendo desde hace años sobre la productividad y también sobre la competitividad de los países, en entornos comerciales cada vez más exigentes. ¿Cuánto ayuda este tipo de tecnologías para dar ese salto cualitativo en estos aspectos?
Hay un salto, porque la tecnología 5G es la única capaz de permitirlo. Nosotros decimos que la 5G es la primera red que es más rápida que los sentidos humanos. ¿Qué significa eso? Que la inmediatez y la latencia que llamamos, se da en el orden de los milisegundos. Un milisegundo es ahora mismo el objetivo de 5G. Eso significa que, desde que genera una información hasta que está en la máquina o en el extremo al que debe llegar, pasa un milisegundo. Y eso no lo hace ninguna otra tecnología/radio. Eso permite que las máquinas por ejemplo, que tienen una capacidad de reacción inferior a la de los sentidos humanos, se puedan gestionar dinámicamente en un entorno donde es necesario que reacciones de prisa…un brazo robótico que se mueve a dos metros por segundo, en un milisegundo multiplica la velocidad. Ahí está la clave de esta nueva revolución industrial.