Bob Dylan festeja este 24 de mayo sus 80 años
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > CUMPLE 80 AÑOS

Todos los Bob Dylan: ocho canciones que retratan las distintas etapas de sus 80 años

Un repaso a las distintas etapas musicales de la carrera del artista estadounidense, que este 24 de mayo festeja sus 80 años
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24 de mayo de 2021 a las 12:45

Poeta, músico, compositor, ícono cultural, rockero, cantante folk, hombre misterioso, best-seller musical, mentiroso, judío, cristiano, ganador del Nobel de Literatura, ganador del Oscar, multimillonario, actor. Bob Dylan ha vivido ochenta años, y en todo ese tiempo ha mostrado distintas facetas, evolucionado junto a su obra, y hasta se puede decir que ha vivido varias vidas. Un hombre cambiante, que también hizo de contar versiones diferentes de su propia biografía un juego, ya sea respondiendo a las preguntas que le hacían en los años 60 cuando llegó a Nueva York o durante los últimos tiempos, como se puede ver en el reciente semi-documental Rolling Thunder Revue, de Martin Scorsese.

Esas distintas versiones de Dylan se pueden ver sobre todo en su música. Cada una de esas etapas está definida por discos y canciones que ilustran el momento de la vida del autor en el que fueron publicadas. Desde que Robert Zimmerman abandonó Minnesota, en el gélido norte estadounidense y se fue a la Gran Manzana, se lo ha alabado hasta endiosarlo, y criticado hasta demonizarlo.

Su vida excéntrica y celosamente guardada del ojo público ha llamado la atención (durante años estuvo casado en secreto), y como escribe el periodista Howard Sounes en su biografía, "en la vida diaria, tenía rasgos de hombre difícil, introvertido, manipulador, rencoroso, egocéntrico y machista. Sin embargo, con la guitarra en la mano, se transformaba en una persona mucho más brillante”.

Y es ahí donde está su mayor legado y el mayor reconocimiento que se le puede hacer al músico estadounidense, en sus canciones. Que han reflejado sus vidas y sus cambios, y que ilustran esos 80 años y la marca que dejó en músicos como los Beatles, David Bowie, Bruce Springsteen, y en escuchas de todo el mundo.

Blowin' in the wind - El cantante folk

Los primeros acercamientos de Robert Zimmerman a la música fueron en su etapa liceal, cuando integró distintos grupos con amigos y compañeros de clase, con los que interpretaba versiones de los primeros clásicos del rock and roll. Las canciones de Elvis y Little Richard cedieron ante la música folk estadounidense cuando comenzó a estudiar en la universidad, etapa en la que comenzó a tocar como solista bajo el nombre Bob Dylan, un homenaje al poeta Dylan Thomas. 

La gran revelación musical en esos tiempos fue Woody Guthrie, a quién viajó a conocer a Nueva York en 1961, y allí se quedó, lo que fue el inicio definitivo para su carrera discográfica y su descubrimiento por parte del gran público. Entre 1962 y 1963 se publicaron sus primeros dos discos, en los que la influencia de Guthrie es más notoria (hay incluso una Song to Woody en su álbum debut) incluso en su forma de cantar. Canciones de armonías sencillas, instrumentación mínima y letras que ya eran densas y de una gran influencia literaria, pero aún metidas en la tradición folk. De esta época destacan canciones como Blowin' in the wind y A hard rain's gonna fall.

 The times they are a-changin' - Voz de protesta

Luego de sus primeros trabajos, y todavía bajo el paraguas del folk, Dylan (cambio de nombre legal mediante), profundizó en sus siguientes discos la veta del canto de protesta que marcó la década de 1960, y de la que se convirtió en ícono junto a colegas como Joan Baez. 

Canciones sobre asesinatos reales, críticas al racismo estadounidense, las comunidades obreras y los cambios que sacudían en esa década al mundo están reflejados en las canciones de esta etapa, en la que también hay baladas románticas y algunos guiños al rock, a cuyos brazos pronto daría el salto. Luego de convertirse en ícono del movimiento folk, sin embargo, Dylan se sintió utilizado políticamente, y constreñido por las reglas del género, lo que incentivó uno de los quiebres más importantes de su carrera y de la música popular del siglo XX.

Ballad of a thin man - Dylan eléctrico

"¡Judas!" le gritó John Crodwell a Dylan, y resaltó así el debate que existía entre su público en 1966. Por un lado, los que recibían de brazos abiertos la nueva versión del músico, que había cambiado la guitarra acústica por la eléctrica y cruzaba ahora el folk con el rock; por el otro, los que consideraban que había traicionado todo lo que representaba, desde aquella presentación en el festival de Newport. 

Dylan rompió las tradiciones y las modernizó, y se despachó así con una serie de discos que se cuentan entre los más aclamados y apreciados de su carrera, como Highway 61 revisited, o Blonde on blonde. El cambio sonoro también se refleja incluso en su forma de cantar. En sus últimos discos folk prácticamente gritaba las letras; aquí mantiene la fuerza pero agrega un estilo más plano, exagerando cada vez más sus tics, y ganando de a poco una rugosidad en su voz que también se convertiría en una de sus marcas. 

Después de esta etapa polémica, en la que también terminó de consolidarse como un artista de alcance y fama internacional, Bob Dylan sufrió un accidente mientras manejaba su moto que lo llevó a recluirse durante meses. A su regreso, había vuelto a cambiar, con letras que referían a la religión, y una voz con más amplitud y claridad.

Hurricane - Maquillado y de gira

A mediados de la década de 1970 Dylan estaba explorando su faceta como actor (Pat Garrett and Billy the Kid, Renaldo and Clara), y protagonizando una gira histórica, la Rolling Thunder Revue, en la que viajaba acompañado por otros artistas, se presentaba en pequeños teatros, y salía a escena con el rostro maquillado. Estos son tiempos de canciones más influidas por la narración y la vida en la carretera, aunque también hay algunas baladas clásicas como Hurricane, un tema de ocho minutos lanzado como forma de luchar por la liberación del exboxeador Rubin "Hurricane" Carter encarcelado por un asesinato que no había cometido.

Gotta serve somebody - Dylan cristiano

A fines de los 70, Dylan renunció al judaísmo y anunció al mundo que ahora cristiano, más precisamente evangélico. A esa conversión le siguió una etapa de discos de rock cristiano, recibidos con tibieza en su mayoría por el público, incluso por John Lennon, que respondió a la canción que da nombre a esta etapa con su tema Serve yourself. También dejó de tocar sus canciones tempranas, aunque luego volvería a ellas.

Por estos tiempos también cambió (de nuevo) la forma de cantar de Dylan, que empezó a arrastrar algunas palabras, lo que llevó a chistes sobre la necesidad de que sus canciones vinieran con traducción.

A lo largo de la década de 1980, Dylan protagonizó situaciones como su complicado (y hasta gracioso) aporte en la grabación de We are the world, hizo incursiones en el rap, entró al Salón de la fama del Rock and roll, y se sumó al supergrupo Travellin' Wilburys, que completaban Roy Orbison, Tom Petty, George Harrison y Jeff Lynne, con los que grabó dos discos que se cuentan entre sus puntos altos de esa década.

Not dark yet - La vuelta

 

La voz cascada y más suave, el reconocimiento unánime después de años de altibajos, premios Grammy, la consolidación de Dylan como un viejo sabio musical que vuelve luego de estar perdido en el desierto para reasegurarle a todos que sigue siendo él. 

Una etapa más oscura y amarga del cantautor, que retomó también en los últimos tiempos su costumbre de comentar el mundo en el que vive, y que también recuperó la aclamación casi universal que parecía haber perdido. Además, comenzó la etapa de repaso de su vida, con la publicación de su autobiografía y el estreno del documental No direction home, dirigido por Scorsese.

Murder most foul - El Dylan contemporáneo

Luego de ocho años sin novedades, más allá de reediciones y discos de covers, en 2020 llegó el que hasta ahora es el último disco del artista, Rough and rowdy ways. Un disco lleno de palabras, con canciones llenas de referencias y de temas que van desde la creación artística hasta la muerte, un tono oscuro y melancólico, y canciones como Murder most foul, de 17 minutos, y un repaso a la muerte de John F. Kennedy. 

Fue el primer disco de Dylan en entrar en los ránkings de la industria, y el último lanzado antes del anuncio de que había vendido su catálogo de canciones a Universal por US$ 300 millones, un recurso al que cada vez más artistas apelan.

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