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Todos los cuerpos, todos
Mientras en la industria de la moda internacional se avanza hacia una imagen femenina más honesta, en Uruguay el concepto plus size aparece con timidez
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19 de enero de 2018 a las 19:00
El peso. El tamaño. La medida. Las medidas. La forma y sus formas. Los estándares. El talle. El contorno de cadera (que no miente, si se sabrá). Los centímetros que recorren la cintura. El músculo que se marca o no en los brazos, los cuádriceps, las pantorrillas. La celulitis que inunda como una cañería averiada los muslos. El paso del tiempo, los embarazos, la mala genética, el trabajo de más de ocho horas en una misma posición reflejados en la zona abdominal.
El cuerpo. No cualquiera: el cuerpo de la mujer.
Afortunadas aquellas que en la soledad del probador no se sintieron frustradas, angustiadas, furiosas al comprobar que el talle M era, una vez más, el equivocado. Benditas aquellas que jamás odiaron las luces asesinas que marcan todas y cada una de las imperfecciones de un cuerpo que, obviamente, no tiene ni tiempo ni dinero para verse como alguien –algo– le dijo que se tenía que ver.
El cuerpo es, aun con las enseñanzas de Lena Dunham y unas cuantas valientes más, un asunto que ocupa y preocupa. El cuerpo es, más allá del feminismo y todo lo que se construye y se aprende y se gana y se batalla, un tema inacabable de conversación.
La moda, esta industria multimillonaria que tanto da y tanto quita, hace años que decidió hacerse responsable de esas imágenes mentirosas que, de todos modos, se observan con una fascinación casi infantil. Porque, a fin de cuentas, ¿quién no querría tener los abdominales de Gigi Hadid?
Después de todo eso es lo que aprendimos, eso nos enseñaron: para ser queridas, hermosas, felices hay que ser, por supuesto, flacas.
Pero digamos, nobleza obliga, que el salvaje mundo de la moda empezó a trabajar en su responsabilidad (o, tal vez, conciencia) social. Un día marcas, diseñadores, revistas que dan la pauta de hacia dónde va la moda empezaron a colocar modelos que se salían de esos estándares tan rígidos de belleza. El plus size, o la moda curvy, empezó a tener su espacio, por momentos, estelar.
En 2013, Loreley Turielle fue a ver un show de Clowns sin Fronteras al Teatro Solís. Se encontró, más allá de lo esperado, a una mujer poderosa y preciosa arriba del escenario. Victoria Ripa cantaba. Victoria Ripa, tal vez sin demasiada conciencia, transmitía algo que iba mucho más allá de las canciones.
Turielle –creadora y directora de la marca de lencería Srta. Peel, espíritu incansable y responsable de varias de las acciones de comunicación de moda más relevantes del último tiempo– salió del teatro y pensó: "Quiero hacer algo con ella". Al día siguiente, Ripa recibió su llamado.
Unos meses más tarde, ya en 2014, Ripa apareció junto a un grupo de mujeres en el ciclo de fotorreportajes Miradas Peel. En ese entonces escribió las siguientes líneas: "Queriendo tener un cuerpo que no era el mío así viví muchos años. Fuera de foco, atendiendo lo exterior, aceptando ideas y conceptos de bellezas ajenos, que no eran los míos. Cuando conecté conmigo, cuando empecé a conocerme, cuando miré para adentro, cuando di vuelta los ojos me enfrenté con un mundo desconocido y maravilloso".
Las fotos que acompañaban al texto la mostraban vestida de ropa interior de encaje, con la mirada limpia y confiada hundida en el lente. Tenía 28 años y una actitud hermosa porque ella se sentía hermosa.
"En algún punto siempre quise hacer algo que tuviera que ver con la exposición de mi cuerpo para transmitir un mensaje", dice Ripa. Su mensaje era claro: "Aceptate como sos y ama tu cuerpo". Ella ya lo había logrado. "Nunca había encontrado las vías de comunicarlo y, en ese momento, era impensable. Después de Miradas Peel me quedé con ganas de más".
Es 2018. En el currículum vitae de la vida, Ripa tiene algunos puntos destacados que hacen que sea casi casi una persona pública. Forma parte de la banda Croupier Funk, fue jurado del programa dominical de Teledoce Masterclass, su cuerpo apareció semidesnudo – al igual que otras personalidades extremadamente conocidas– en una campaña de medios masivos de Stadium, fue la imagen de una de las campañas de lencería de Srta Peel, es la modelo y comunicadora de la flamante línea Plus de Parisien.
En definitiva, el mensaje de Ripa llegó, llega, cada vez a más gente. En tiempos donde las modelos plus size se convierten en figuras de extrema relevancia en el mundo de la moda, Ripa es una de las pocas que juega ese rol en Uruguay.
Es, dice, la que se anima. Ximena Lema, gerente de Marketing y Ecommerce de Parisien no dudó que Ripa tenía que ser la modelo para el lookbook de la campaña de la colección plus size de la firma. La había visto en las fotos para Srta. Peel. "Ella transmite una seguridad muy única. No hay pose cuando dice que se siente linda, esa es su actitud de vida", explica Lema.
"Tímidamente" es la palabra que usa el director de Valentino para explicar de qué manera llega la moda plus size en Uruguay. Y lo ejemplifica así: "Si por día para el área de publicidad recibimos 30 consultas de hombres, mujeres y niños plus size, en el área de modelos con suerte es una. A veces ninguna".
Damasco vuelve a Ripa y su campaña para Srta. Peel. Y explica lo que ya a esta altura debería estar grabado a fuego en el pequeño mundo de la moda local. "Hay una población que no se ve reflejada en los estándares de belleza que vienen de afuera", asegura.
En este mundo cuantificado hay números que lo confirman. Por ejemplo, el álbum de Ripa para Parisien en Facebook pasará a la historia como una de los récords en interacciones de la firma.
Lo mismo sucedió cuando Mirada Couture compartió a través de sus redes sociales una de las imágenes de Ripa para Peel. En una nota titulada "Por qué necesitamos más mujeres como Victoria Ripa", la periodista Alejandra Pintos explicó que la popularidad de la imagen de la cantante en sus redes solo la superaban María Riccetto y Natalia Oreiro.
"Esto es una necesidad general. Las marcas en eso pueden y deben ayudar. Claro que está toda la historia de que es un nicho de mercado que está virgen y es negocio. La verdad es que no importa porque con el negocio se pueden hacer acciones positivas", dice.
Al igual que sucedió en el hemisferio norte, las marcas de ropa interior y de prendas para la playa fueron las primeras en romper los moldes. Además de Srta. Peel, Bamba y Si Si trabajan con imágenes más honestas.
Entre tanta trompita ensayada, tantos pómulos esculpidos en centro estético, tanta panza chata y trabajada en clases de funcional, tanta cola levantada a fuerza de horas de sentadillas, tanto helado censurado, tanto pan prohibido, tanto filtro engañoso de Instagram, tantas várices tamizadas por el corrector de la computadora, la imagen de Vicky Ripa, la de Ashley Graham o la de cualquier mujer celebrada que se muestra sin retoque (Rihanna, por ejemplo) golpea con fuerza en la cara como un viento inesperado que las mujeres abrazamos en el desierto seco y hostil.
Bienvenidas y celebradas todas ellas. Tienen que ser más. Muchas más.
El cuerpo. No cualquiera: el cuerpo de la mujer.
Afortunadas aquellas que en la soledad del probador no se sintieron frustradas, angustiadas, furiosas al comprobar que el talle M era, una vez más, el equivocado. Benditas aquellas que jamás odiaron las luces asesinas que marcan todas y cada una de las imperfecciones de un cuerpo que, obviamente, no tiene ni tiempo ni dinero para verse como alguien –algo– le dijo que se tenía que ver.
El cuerpo es, aun con las enseñanzas de Lena Dunham y unas cuantas valientes más, un asunto que ocupa y preocupa. El cuerpo es, más allá del feminismo y todo lo que se construye y se aprende y se gana y se batalla, un tema inacabable de conversación.
La moda, esta industria multimillonaria que tanto da y tanto quita, hace años que decidió hacerse responsable de esas imágenes mentirosas que, de todos modos, se observan con una fascinación casi infantil. Porque, a fin de cuentas, ¿quién no querría tener los abdominales de Gigi Hadid?
Después de todo eso es lo que aprendimos, eso nos enseñaron: para ser queridas, hermosas, felices hay que ser, por supuesto, flacas.
Pero digamos, nobleza obliga, que el salvaje mundo de la moda empezó a trabajar en su responsabilidad (o, tal vez, conciencia) social. Un día marcas, diseñadores, revistas que dan la pauta de hacia dónde va la moda empezaron a colocar modelos que se salían de esos estándares tan rígidos de belleza. El plus size, o la moda curvy, empezó a tener su espacio, por momentos, estelar.
Victoria, la que se anima
En 2013, Loreley Turielle fue a ver un show de Clowns sin Fronteras al Teatro Solís. Se encontró, más allá de lo esperado, a una mujer poderosa y preciosa arriba del escenario. Victoria Ripa cantaba. Victoria Ripa, tal vez sin demasiada conciencia, transmitía algo que iba mucho más allá de las canciones.
Turielle –creadora y directora de la marca de lencería Srta. Peel, espíritu incansable y responsable de varias de las acciones de comunicación de moda más relevantes del último tiempo– salió del teatro y pensó: "Quiero hacer algo con ella". Al día siguiente, Ripa recibió su llamado.
Unos meses más tarde, ya en 2014, Ripa apareció junto a un grupo de mujeres en el ciclo de fotorreportajes Miradas Peel. En ese entonces escribió las siguientes líneas: "Queriendo tener un cuerpo que no era el mío así viví muchos años. Fuera de foco, atendiendo lo exterior, aceptando ideas y conceptos de bellezas ajenos, que no eran los míos. Cuando conecté conmigo, cuando empecé a conocerme, cuando miré para adentro, cuando di vuelta los ojos me enfrenté con un mundo desconocido y maravilloso".
Las fotos que acompañaban al texto la mostraban vestida de ropa interior de encaje, con la mirada limpia y confiada hundida en el lente. Tenía 28 años y una actitud hermosa porque ella se sentía hermosa.
"En algún punto siempre quise hacer algo que tuviera que ver con la exposición de mi cuerpo para transmitir un mensaje", dice Ripa. Su mensaje era claro: "Aceptate como sos y ama tu cuerpo". Ella ya lo había logrado. "Nunca había encontrado las vías de comunicarlo y, en ese momento, era impensable. Después de Miradas Peel me quedé con ganas de más".
Es 2018. En el currículum vitae de la vida, Ripa tiene algunos puntos destacados que hacen que sea casi casi una persona pública. Forma parte de la banda Croupier Funk, fue jurado del programa dominical de Teledoce Masterclass, su cuerpo apareció semidesnudo – al igual que otras personalidades extremadamente conocidas– en una campaña de medios masivos de Stadium, fue la imagen de una de las campañas de lencería de Srta Peel, es la modelo y comunicadora de la flamante línea Plus de Parisien.
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Durante dos años Victoria Ripa será la imagen de Parisien Plus
En definitiva, el mensaje de Ripa llegó, llega, cada vez a más gente. En tiempos donde las modelos plus size se convierten en figuras de extrema relevancia en el mundo de la moda, Ripa es una de las pocas que juega ese rol en Uruguay.
Es, dice, la que se anima. Ximena Lema, gerente de Marketing y Ecommerce de Parisien no dudó que Ripa tenía que ser la modelo para el lookbook de la campaña de la colección plus size de la firma. La había visto en las fotos para Srta. Peel. "Ella transmite una seguridad muy única. No hay pose cuando dice que se siente linda, esa es su actitud de vida", explica Lema.
Bendita demanda
Diego Damasco es director de Valentino Bookings, la agencia de modelos que ahora es de talentos. Dice que en el área de moda todavía no trabajan con modelos plus size. "Estamos empezando a reclutar modelos plus size, pero tiene que venir con la demanda de las marcas, los diseñadores o las publicaciones. Nosotros somos de la política de que la moda es para todos", explica Damasco."Tímidamente" es la palabra que usa el director de Valentino para explicar de qué manera llega la moda plus size en Uruguay. Y lo ejemplifica así: "Si por día para el área de publicidad recibimos 30 consultas de hombres, mujeres y niños plus size, en el área de modelos con suerte es una. A veces ninguna".
Damasco vuelve a Ripa y su campaña para Srta. Peel. Y explica lo que ya a esta altura debería estar grabado a fuego en el pequeño mundo de la moda local. "Hay una población que no se ve reflejada en los estándares de belleza que vienen de afuera", asegura.
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Después de haber trabajado en algunas campañas que contemplan todos los cuerpos, Rotunda tiene como objetivo tener una curva de talles más honesta.
En este mundo cuantificado hay números que lo confirman. Por ejemplo, el álbum de Ripa para Parisien en Facebook pasará a la historia como una de los récords en interacciones de la firma.
Lo mismo sucedió cuando Mirada Couture compartió a través de sus redes sociales una de las imágenes de Ripa para Peel. En una nota titulada "Por qué necesitamos más mujeres como Victoria Ripa", la periodista Alejandra Pintos explicó que la popularidad de la imagen de la cantante en sus redes solo la superaban María Riccetto y Natalia Oreiro.
"Esto es una necesidad general. Las marcas en eso pueden y deben ayudar. Claro que está toda la historia de que es un nicho de mercado que está virgen y es negocio. La verdad es que no importa porque con el negocio se pueden hacer acciones positivas", dice.
Al igual que sucedió en el hemisferio norte, las marcas de ropa interior y de prendas para la playa fueron las primeras en romper los moldes. Además de Srta. Peel, Bamba y Si Si trabajan con imágenes más honestas.
Entre tanta trompita ensayada, tantos pómulos esculpidos en centro estético, tanta panza chata y trabajada en clases de funcional, tanta cola levantada a fuerza de horas de sentadillas, tanto helado censurado, tanto pan prohibido, tanto filtro engañoso de Instagram, tantas várices tamizadas por el corrector de la computadora, la imagen de Vicky Ripa, la de Ashley Graham o la de cualquier mujer celebrada que se muestra sin retoque (Rihanna, por ejemplo) golpea con fuerza en la cara como un viento inesperado que las mujeres abrazamos en el desierto seco y hostil.
Bienvenidas y celebradas todas ellas. Tienen que ser más. Muchas más.
