Tras una cosecha de verano inexistente en muchas chacras donde se abandonó el cultivo, con pérdidas en la mayoría del resto (por lo tanto para la economía nacional) y casos puntuales donde se logró un buen rendimiento, los agricultores esperan se cumplan los pronósticos de lluvia que hay para la semana que viene con otro objetivo: que se desarrolle de modo óptimo el primer tramo de los cultivos de invierno.
Juan Manuel García, presidente de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), señaló a El Observador que “la concreción de esas lluvias es algo que esperamos sobre todo en zonas muy castigadas, como Colonia, donde las siembras se están terminando casi en seco”.
En líneas generales, la siembra de cultivos de invierno está en su última etapa. La de colza está concluida y quedan instalar algunas chacras de cebada y trigo, pero en general se van cerrando las áreas, con los semilleros de forrajeras implantados.
Las labores de siembra se realizaron, en general, a buen ritmo, con algo de atraso en chacras donde cultivos de verano murieron por la sequía y tras lluvias puntuales rebrotaron y largaron hojas nuevas.
La siembra se activó inicialmente con colzas y en áreas que se decidió no cosechar, de maíces que se picaron por ejemplo.
Luego hubo un episodio de lluvia generalizado, el último importante, que detuvo las tareas por unos 10 días, labores que se reanudaron hace unos 15 días.
En general hubo buenas implantaciones, con problemas algo atípicos y en algunos casos, por enfermedades o insectos, lo que en algunos casos ameritó resiembras, sobre todo en colzas.
“A grandes rasgos las implantaciones son buenas, lo que ha ido naciendo está bien, hay un buen stand de plantas”, dijo.
Consultado sobre las áreas, García señaló algunas primeras conclusiones, por ejemplo que a nivel global la superficie de cultivos de invierno será menor que la de 2022.
El área de colza caerá con fuerza desde el registro del año pasado, al 30% o 40%. Habrá un área algo mayor de trigo, aunque es difícil estimarlo porque a diferencia de lo que sucede con colza y cebada es un cultivo que no se hace con base en contratos. En cebada, el área será similar, de pronto un poco más, con un nuevo aumento importante de la cebada libre, sin contrato, con destino a la exportación, avanzando desde 40 mil capaz a 70 mil o 80 mil hectáreas.
En el caso de la cosecha de cultivos de verano, se entiende que está concluida, con alguna recolección pendiente por casos puntuales en los que se aguardó para realizar esa labor con menos humedad en los granos.
La campaña de verano, como se ha comentado en forma reiterada, es para el olvido, con pérdidas en la enorme mayoría de los emprendimientos.
La situación es bastante dispar, dijo García, porque la sequía se expresó en todo el territorio, no obstante hubo zonas en las que las condiciones permitieron un rendimiento mayor, por ejemplo en la zona norte de Paysandú donde se lograron de 2.500 a 3.000 kg/ha, también en algunas zonas del este.
En el resto del país, “fue una catástrofe”, graficó, con el 30 o 40% de los cultivos descartados, ni se cosechó, y otros en los que se logró desde 400 kilos en adelante al sur del Río Negro y desde los 700 y arriba de los 1.000 kilos hacia el norte.
En el caso de los productores vinculados a Copagran, se estima que el promedio de rendimiento rondará los 1.200 kilos, gracias a esa buena performance del norte.
En la enorme mayoría de los emprendimientos lo que se obtiene por la producción lejos está de cubrir los costos de la última campaña, por eso es clave que la producción de invierno se desarrolle de buen modo.
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