Un clásico veraniego en pandemia: el festival Medio y Medio festeja sus 25 años

Con el anuncio la semana pasada de que levantaba ese veto, el festival confirmó las nuevas fechas de sus 26 espectáculos y se prepara para su inicio en la noche de este martes, con un show del músico argentino Fabián “Zorrito” Von Quintiero, uno de los habituales del evento, quien también tocó el pasado fin de semana en un lanzamiento del festival junto a otros artistas que forman parte de la programación como Gustavo Cordera, Hugo Fattoruso y Lucía Ferreira, entre otros.

Quintiero, junto a la banda Los Gustocks –integrada tanto por uruguayos como por argentinos– dará inicio al festival con una jam session (una instancia de improvisación y juego entre los músicos), que seguirá hasta el 27 de febrero en el club de jazz y restaurante Medio y Medio de Punta Ballena (avenida del Parador Viejo y Brisas del Mar).

 

 

 

 

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Medio y Medio es parte del colectivo Uruguay es Música, y se apega a los protocolos que rigen para los espectáculos musicales desde mediados de 2020. Una capacidad del 30% del aforo normal del local, el público ubicado en mesas y sillas, toma de temperatura, alcohol en gel y medidas de distancia serán la norma en este festival, como lo fueron en los shows que se hicieron en los últimos meses.

“Los espectáculos son necesarios hasta por una cuestión de salud emocional de la gente. Tenemos una capacidad diezmada, pero el festival se sostiene. En 25 años nunca lo suspendimos, no lo hicimos este año ni en 2002, que por otras razones fue también un año complicado”, explicó Quiroga sobre el evento, que este año hará, también por precaución sanitaria, todos los espectáculos al aire libre en el denominado escenario Parque.

“Esto se lo dijimos incluso al presidente, los conciertos son espacios seguros que además evitan la clandestinidad”, agregó el programador.

Resistencia

Quiroga, argentino, gestor cultural y productor, empezó hace casi tres décadas invitando a sus amigos y docentes de música al parador que gestionaba junto a sus hermanos y sus padres. En esos años era la fuente de ingresos que Leandro y sus hermanas tenían para financiar sus estudios universitarios y no tener que trabajar el resto del año.

De esas primeras presentaciones y de algunos cruces espontáneos entre músicos pasaron a shows formales, y a partir de 1996 los reunió en un festival. “Uno no proyecta a tan largo plazo cuando empieza, pero con el paso de los años se va afirmando la voluntad de crecimiento, y la idea de que esto sea de relevancia para Maldonado, y que además le dé felicidad a los músicos, que sea un lugar cómodo para ellos”, contó Quiroga.

Jaime Roos, Ruben Rada, Laura Canoura, Skay Beilinson, Charly García, Luis Alberto Spinetta, David Lebón, Chico César, Hermeto Pascoal y Lenine son algunos de los artistas que han pasado por Medio y Medio en este cuarto de siglo. Con una programación enfocada en la música popular de Uruguay, Argentina y Brasil (aunque también hubo visitantes de otros territorios), el festival se ha convertido en un clásico de cada temporada y en un espacio donde se puede ver de muy cerca a grandes artistas. O incluso donde, en un contexto muy descontracturado, dos titanes de la música regional (Rada y García, por nombrar un ejemplo) se suben juntos al escenario y disfrutan tanto ellos como el público.

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Además de ese perfil más de entrecasa, el festival se caracteriza, según Quiroga, por el concepto de resistencia. En los primeros años más asociado a la programación, incluyendo tanto a artistas populares como a otros de nicho, o a aquellos que quizás venían de algunos años fuera de los focos. Hoy, ese concepto se ha reformulado, dijo su responsable, y aplica al hecho de que en el difícil contexto actual, el festival se haga de todas formas, y que dé un lugar a la música como una herramienta de apoyo emocional durante la pandemia.

“Es muy necesaria la música en vivo. Y a pesar de las idas y vueltas y la reprogramación, en ningún momento se manejó la suspensión. Tenemos que ser responsables, pero nos parecía que no se podía perder la instancia, ni para nosotros por el aniversario, ni para el público, ni para los artistas, que en muchos casos hace meses que no pueden tocar, y este es su primer espectáculo en mucho tiempo”, dijo Quiroga.

Para los artistas extranjeros, salvo aquellos que tienen su residencia en Uruguay, fue necesario gestionar los permisos de ingreso ante el Ministerio de Turismo y ante Presidencia, para que se concedieran las excepciones en estas semanas de fronteras cerradas. Los músicos visitantes cumplen su cuarentena y se realizan los hisopados correspondientes antes de quedar disponibles para sus conciertos. “Eso suma cuestiones de logística y de dedicación de tiempo, además de implicancias económicas para nosotros. Hacemos el esfuerzo porque son los 25 años, pero si no lo fueran lo haríamos igual”, explicó el productor.

En la programación de este año se da algo que es habitual en el festival: la presencia de artistas que suelen repetirse, con otros que se estrenan en este escenario, con la idea de darle al público una mezcla entre los músicos a los que les puede seguir la carrera año a año en el evento con otros que puedan ser un descubrimiento o a los que, al menos, pueda ver más cerca de lo habitual, dada la intimidad y la cercanía que favorece Medio y Medio.

Recuerdos de estos 25 años

Instagram Ruben Rada

Para Quiroga se hace difícil elegir solo algunos de los shows y momentos destacados de los años en los que el festival se ha desarrollado. Pero si tiene que señalar alguno, resalta una de las presentaciones de José Carbajal, “El Sabalero”, quien combinó cuentos con canciones. “Soy muy amante de los artistas que tienen un vínculo realmente popular, con el pueblo. Él me parece uno de los artistas más valiosos y representativos de Uruguay”, dijo sobre el artista fallecido en 2010.

También destacó la inauguración en 2007 del escenario exterior, que estuvo a cargo del argentino Luis Alberto Spinetta. “Con él también se generaron historias fuera del escenario. Algo que a él le gustaba mucho eran los autos, dibujaba autos. Un día vino un auto rarísimo, y la gente lo venía a mirar, y se daba cuenta que estaba Spinetta, y lo venían a saludar. Y él les decía: 'No me miren a mí, miren el auto'”.

De las múltiples visitas de Roos y Rada recuerda, en el caso del primero, una cena y una charla con Gustavo Cerati, fanático confeso de la música de Roos y al que iba a ver cuando tocaba en el festival. De Rada elige una larga charla de camarín con el brasileño Lenine y con Charly García, que terminó con el argentino subiendo al escenario a tocar canciones de Rada, que sabía de memoria sin haberlas ensayado. Solo una muestra de los “encuentros especiales” del festival. “Por ejemplo, el de Chico César y Martín Buscaglia, que no se conocen y van a tocar juntos este año. Antes tuvimos el de Rada con Javier Malosetti, o el de Buscaglia con Fernando Cabrera. Algunos terminaron en discos, giras, o amistades. O incluso todo eso junto”, concluyó Quiroga.