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Un final "casi cantado" que obligó a un esfuerzo "épico" de Macri

Ganando en todos los sondeos, Fernández confía en liquidar en primera vuelta la disputa electoral con el presidente que se resiste a morir
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26 de octubre de 2019 a las 05:04

Los argentinos se preparan para ir a votar, pero las cabezas están más puestas en la mañana del lunes que en la noche del domingo, cuando se abran las urnas. Ocurre que el resultado es casi cantado, pero lo que ocurra con la economía es un enorme interrogante, y muchos temen grandes turbulencias financieras hasta el 10 de diciembre, cuando asuma el nuevo gobierno.

La realidad es que el resultado de la elección no deja mucho lugar para el suspenso, a juzgar por la contundencia de las encuestas electorales: todas marcan que Alberto Fernández será consagrado presidente este domingo, y que la ventaja que le sacará a Mauricio Macri estará, como mínimo, en 16 puntos. Algunos sondeos llegan a pronosticar una diferencia de 22 puntos, cuando la diferencia máxima para que pueda haber balotaje es de nueve puntos.

Aun así, Macri se dedicó a la campaña de estas últimas cuatro semanas con un entusiasmo inusitado. Nadie sabe si está genuinamente convencido de que tiene chances de forzar una segunda vuelta electoral o si está simplemente adoptando una estrategia para cuidar su capital político, pero lo cierto es que ha logrado recuperar el protagonismo político con su gira bautizada “Sí, se puede”.

Y, para sorpresa de propios y extraños, Macri ha sido exitoso en convocar multitudes que apoyan su reelección, con un punto cúlmine en la gran marcha realizada en la avenida 9 de Julio, esa que los porteños denominan “la más ancha del mundo”.

La convocatoria era “la marcha del millón”, casi una provocación al peronismo, que tradicionalmente ha sido el protagonista en las calles y el movimiento capaz de movilizar multitudes. Sin embargo, esta vez el que mostró apoyo masivo en las calles fue el macrismo.

Fue una situación inédita para una corriente política cuya base de apoyo social es una clase media poco politizada, que vagamente se identifica con la centroderecha de inspiración liberal y que no cuenta con experiencia ni vocación militante.

Ese tal vez sea el mayor logro de Macri en estos días: más allá de si logra recuperar posiciones en el plano electoral, pudo imprimirle a su campaña un tono épico, que le asegura que su proyecto político no se diluirá tras la elección, sino que contará con proyección de futuro y podrá aspirar a liderar la oposición.

Macri tiene bien presente que no solamente es la elección presidencial lo que se pone en juego este domingo, sino que además su fuerza política debe defender su actual representación parlamentaria (40% de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado), así como la mitad de las intendencias municipales en la provincia de Buenos Aires.

La consigna: fiscalizar

Desde las primarias de agosto, hubo autocrítica dentro del gobierno, tanto a nivel de la gestión económica como en la propia estrategia electoral. Pero acaso la mayor de todas sea no haber fiscalizado correctamente la elección.

Hubo múltiples denuncias de irregularidades en zonas donde la ausencia de fiscales de la coalición Juntos por el Cambio fue total. Sobre todo, en el conurbano de la provincia de Buenos Aires, un terreno crucial en el que el kirchnerismo ha fundado su bastión.

Algunos, como el candidato a vicepresidente Miguel Pichetto, han calculado en hasta cinco puntos porcentuales la pérdida espuria de votos del gobierno. Dado el origen peronista de Pichetto y sus conocimientos sobre las prácticas de la militancia kirchnerista, esas advertencias fueron tomadas muy en serio.

En la interna, se consideró imperdonable el hecho de un partido que está en el poder –y, por lo tanto, cuenta con elementos logísticos superiores a las demás fuerzas– pueda ser víctima de situaciones de fraude localizado.

Es por eso que una de las consignas principales que lanzó Macri en su gira por el interior es el llamado a fiscalizar. Se estima que en las primarias hubo al menos 10% de mesas sin fiscales del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, donde vota casi el 40% del padrón electoral.

De manera que las últimas semanas fueron intensas en el reclutamiento y capacitación de fiscales. El ánimo reinante en el oficialismo es ahora de tibio optimismo, porque creen que esta situación les reportará una mejora en el resultado.

A votar con la abuela

El segundo gran objetivo del macrismo consiste es maximizar la afluencia de votantes. Alberto Fernández obtuvo en las primarias 49% de los votos, es decir con un holgado sobrante de cuatro puntos por encima del mínimo necesario para ganar en primera vuelta.

El objetivo del gobierno es que Fernández vea diluido su caudal electoral, y para ello se necesita que ahora vote más gente que en agosto. ¿Cuánta más? Los expertos en cálculos electorales aspiran a que vaya a votar como mínimo el 83% del padrón.

En las PASO (elecciones primarias) había concurrido a las urnas el 76% de los 33 millones habilitados. Y la estadística muestra que lo habitual es que en la elección “de verdad” se incremente la cantidad de votantes en unos cinco puntos (alrededor de 2 millones de personas).

Como los que no votan en agosto y sí lo hacen en octubre son en general personas mayores, que es justamente el sector de la población donde el macrismo se hace fuerte, los estrategas del gobierno creen que cuanto mayor sea la afluencia, más se acortarán las distancias con el kirchnerismo.

No por casualidad, Macri terminó sus actos de campaña pidiendo a los militantes que llevaran a votar a sus abuelas y sus tías.

La agenda de Fernández

En la vereda de enfrente, el kirchnerismo se comporta como si ya hubiese ganado la elección. Y así lo entienden todas las corporaciones, desde los sindicatos hasta los gremios empresariales, pasando por los inversores internacionales y los mismísimos funcionarios del gobierno estadounidense.

La agenda de Fernández está sobrecargada de pedidos de reuniones por parte de gente que quiere saber si Roberto Lavagna será el próximo ministro de Economía, cuáles serán las primeras medidas económicas y, sobre todo, que quiere hacer lobby para sus propios intereses sectoriales.

Ni bien se conoció el resultado de las PASO, el Citibank se ofreció a armarle reuniones en Estados Unidos para que el candidato expusiera sus ideas ante los inversores. Pero Fernández prefirió esperar y dejar que Macri asumiera el inevitable “trabajo sucio” de devaluar y poner controles cambiarios.

En el mientras tanto, el candidato esbozó algunas ideas, tales como propiciar un canje de deuda “a la uruguaya”, siguiendo el modelo de renegociación sin quita de capital ni intereses que Uruguay aplicó en 2003.

Y, en el plano interno, adelantó algunas medidas clásicas de todas las crisis económicas argentinas: llamamiento a una mesa de diálogo social, aplicación de metas descendentes de precios y salarios, congelamiento de tarifas, cierres de importación, subsidios para los sectores industriales más castigados… y una nueva tanda de impuestos.

El plan presupone que durante el gobierno macrista hubo sectores “ganadores” en medio de la crisis, que son los que ahora tendrán que pagar el costo del plan de emergencia. En la primera fila de esos candidatos a poner plata figuran los exportadores del agro, los bancos y las empresas energéticas.

No por casualidad, Fernández machacó en los debates presidenciales y en sus discursos de cierre de campaña que “entre los bancos y los jubilados, nosotros siempre elegiremos a los jubilados”. Y también diagnosticó que las grandes subas de tarifas en los servicios públicos solo habían tenido el objeto de beneficiar a “los amigos del presidente”.

En todo caso, el candidato opositor sabe que lo que vendrá será difícil y es por eso que no le alcanza con saber que va a ganar: quiere que la diferencia sea abrumadora y que el porcentaje a su favor esté por encima de 50% de los votos. Cree que esa sería una señal de autoridad política tanto en la interna como a nivel internacional, que le daría la legitimidad necesaria para aplicar un plan que dejará descontentos en varios sectores. 

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