Fútbol > EL ANÁLISIS
Un golpe al mentón que deja a Peñarol con un pie afuera de la Copa Sudamericana
El hincha se había ilusionado como pocas veces en los últimos años. Con un buen mercado de pases, que lo lleva a tener el mejor plantel del medio, Peñarol invitó a soñar luego de un gran arranque en el Torneo Apertura.
Claro que como pasa desde hace muchísimos años, siempre suelen llegar esos golpes al mentón cuando uno menos los espera. Y consuetudinariamente, los dan los equipos del exterior, esos que están acostumbrados a un fútbol diferente, a otro tipo de juego.
Porque una cosa es lo que le significa ese plantel a Peñarol en el medio local. Le sacó 5 puntos de diferencia a sus perseguidores cuando restan solo 12 por jugar. La diferencia parece ser grande, más allá de algunos tropezones en los que el equipo de Alfredo Arias dejó mucho que desear.
Entonces, ese mejor plantel del medio, no implica que un equipo uruguayo, en este caso, Peñarol, pueda llegar a ser candidato a ganar un torneo continental. Nada más lejos de la realidad.
La expectativa que creó, con jugadores de nivel para el fútbol uruguayo, llevó a que el hincha pensara en lo internacional. Sin embargo, la realidad es otra claramente.
Ante Millonarios, que hace cuatro años que tiene al mismo técnico y al cual Alfredo Arias conoce de memoria, Peñarol jugó dos tiempos muy distintos.
El primero, lo jugó con mayor cuidado, con más volantes de marca (Santiago Homenchenko y Damián García) y con Sebastián Rodríguez muy cerca de los zagueros, fuera de su zona en la que puede explotar su mejor juego. Es decir, que jugó prácticamente con tres volantes de marca.
¿A qué llevó eso? A que no hubiera salida por los laterales y entonces, en casi todo el primer tiempo, hubo dos tiros al arco. Dos situaciones de gol, sobre todo la primera clarísima a los 5 minutos, que desaprovechó Matías Arezo, quien llegó a cinco encuentros sin convertir.
Kevin Méndez jugó libre, tanto por derecha que por izquierda, pero demasiado solo, sin un socio con el que dialogar.
Peñarol jugó mejor en la primera parte, aunque fue su rival el que tuvo la más clara con un gol que erró solo Leonardo Castro desde el punto penal.
El equipo de Arias defendió bien, entró metido en el partido, a diferencia de lo que ocurrió en el debut en Belo Horizonte, cuando en pocos minutos ya había recibido dos goles.
Millonarios es un equipo muy técnico y esperó muy bien atrás, sin explotar casi el contragolpe.
Pero en el segundo tiempo, vino ese gancho al mentón. Primero, un error de Homenchenko -uno más, ya que ante América Mineiro había cometido uno que le costó el segundo gol a su equipo- a los 56 minutos, abrió el partido para los colombianos.
Y este equipo está muy aceitado. Tiene a un botija de 19 años, Óscar Cortés, a quien da gusto verlo jugar. Tiene una zancada tremenda y una dinámica de juego espectacular. Ya se lo pudo ver en la derrota ante Uruguay por 1-0 en el pasado Sudamericano sub 20 en el que fueron locales.
Si a un equipo que se conoce de memoria y que sabe marcar los tiempos, se le da la chance de que haga un gol de visitante, después va a esperar al error contrario para dar el zarpazo. Y eso fue lo que sucedió.
El rival mostró la impotencia de Peñarol. Lo hizo correr detrás de la pelota y así el equipo se cansó. Además, esa misma impotencia, llevó a que todos los futbolistas se fueran enojando, jugando con bronca.
Los fundamentos técnicos y la velocidad, la intensidad que poseyó Millonarios fue muy superior a Peñarol. Son recursos que ayudan mucho a los virtuosos. Y el conjunto colombiano los tiene a granel.
Por eso fue que el rival de los aurinegros lo ató en su juego, lo hizo jugar a lo que ellos quisieron.
Fue una exhibición de Millonarios que hizo zozobrar a Peñarol y que lo deja con un pie y medio afuera de la Copa Sudamericana, a no ser que cambie muchísimo en los cuatro partidos que le quedan.
