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Gabriel Hearst: la gaucha de la moda abre su primera tienda de lujo sustentable

La diseñadora juega en las grandes ligas y es la favorita de ricos y famosos en Estados Unidos y Europa
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09 de octubre de 2018 a las 16:33

Son días particularmente ajetreados para la diseñadora uruguaya Gabriela Hearst. Y no solamente porque Meghan Markle haya elegido un bolso de su marca para su primera visita a Sussex junto a su esposo, el príncipe Harry, desde el día en que se casaron, aunque eso dejó, como es lógico, cantidad de llamadas en su celular y oficina, artículos en los principales medios internacionales y una “exposición increíble” que “súper ayudó”.

Esa noticia coincidió con el hecho de que Hearst, o Perezutti -su apellido- está a tres semanas de abrir la primera tienda de su marca homónima en Nueva York, ciudad donde vive. El nombre de la uruguaya figurará sobre Madison Avenue, al lado del hotel Carlyle.

La diseñadora, criada entre Montevideo y el campo sanducero de su familia, recibida de la carrera de Comunicación en la ORT, dará este paso después de casi cuatro años de haber creado la marca que conquistó a una cantidad innumerable de actrices de Hollywood, que se lució en las pasarelas de la New York Fashion Week y de haber hecho llegar sus diseños a 75 tiendas multimarca de lujo por Asia, Medio Oriente, Estados Unidos y Europa.

¿Por qué decide abrir su primera tienda ahora, después de casi cuatro años?

Hasta ahora estábamos en multimarcas. Tenemos nuestro sitio online y toda la parte del negocio de las carteras que es directamente al consumidor, porque restringimos la distribución de las carteras. Es re importante para nosotros abrir nuestra tienda para tener nuestro punto de distribución.

Siempre fue la estrategia abrir una tienda porque para el tipo de producto que queremos crear y la historia que queremos contar, es importante tener nuestro propio espacio donde poder contarla. Uno de los mensajes más importantes es que uno puede abrir una tienda de lujo que sea toda sustentable. El 99% de todos los materiales van a ser reciclados, desde la pintura que se elige hasta la madera. Todo tiene un punto de vista del menor impacto al medio ambiente y por eso para mi era muy importante poder hacer algo que muestre un lado de aspiracional y de belleza, algo que inspire pero que sea con la idea de sustentable. Porque a veces la imagen de sustentable es “se come granola y se usan chancletas”. Para mi, el rol de las marcas de lujo es mostrar que en los últimos 6 mil años la humanidad ha creado hermosos productos que han sido sustentables, que en los últimos 15, 17 años, el poliéster inundó todo lo que hacemos, los plásticos, las bolsas, el cómo consumimos. Mostrar que hay que ir un poco hacia atrás en ese tema.

Esta apertura ¿es entonces una forma de proyectar la imagen de la marca?

No es la imagen. Es en lo que creemos. No hay diferencia entre nuestros valores y lo que se proyecta. Va más allá de la imagen. No lo hago por la imagen sino por mis principios y valores.

¿En cuántos mercados tiene presencia?

Estamos en las mejores 75 tiendas en el mundo, desde Asia, Medio Oriente, Europa. Más allá de Estados Unidos, el 50% de nuestras ventas son internacionales. Sí somos una marca global. Pero lo más importante de todo es que somos una compañía que apuesta al largo plazo. Entonces restringimos mucho. No le vendemos a todo el que quiera tener nuestro producto. Elegimos nuestras relaciones con nuestros socios en distintas partes del mundo que tengan nuestros mismos principios y entonces podemos nosotros también servir a ellos en calidad. La idea no es abrir muchas más tiendas, sino que abrir nuestras tiendas propias, y tampoco muchas. Es un crecimiento controlado.

¿Qué otras aperturas están previstas?

Vamos a abrir nuestros propios locales en diferentes partes del mundo. Eventualmente esa era la idea del negocio. Hacer crecer más nuestra relación con los clientes y que la mayor parte del negocio sea ese, ahora está en un 50 y 50.

Estamos viendo otros dos potenciales lugares en el mundo pero ahora estamos a un mes de abrir ésta, estamos enfocados en ésta tienda.

Hace unos días la duquesa de Sussex, Meghan Markle, usó una cartera que diseñó. Habrá recibido muchísimas llamadas…

Sí, sí… La verdad que s. Pero es todo parte del camino. Obviamente que súper ayudó y es una exposición increíble. Además ella es una persona humanitaria. Lo hacía antes de haberse casado. Me parece que tiene una buena historia, así que es un honor para nosotros que use nuestro bolso.

¿Qué cree que la llevó a escalar tanto, a que la realeza y actrices de Hollywood elijan sus productos?

Mi motivación es siempre la misma. Crear el mejor producto que pueda crear y también creo que el producto habla por sí mismo. Entonces cuando te eligen, te eligen porque les gusta, lo quieren usar y también porque no es simplemente ropa o prendas, hay mucha visión y esfuerzo. Más allá de la moda, hay un poco más de consciencia en nuestro producto. Pero más allá de todo tiene que ser hermoso y te tiene que llamar la atención. Pero la motivación es siempre la misma, hacer mi trabajo de la mejor manera posible. Ese es el camino.

¿Cuándo sintió que dio el gran salto? ¿Fue luego de pasar de Candela a la marca Gabriela Hearst, o cuando le compró una actriz de Hollywood por primera vez?

No es un momento solo. Creo que es una acumulación de cosas. Además mi día es: me levanto, llevo a mis hijos al colegio, voy a trabajar, llego a casa.  Es muy repetitiva mi rutina y todo mi foco está en mi familia y mi trabajo. Cuando salgo y me expongo a colegas, siento que sí hay una exposición de la marca cada vez más grande. Pero no estoy mucho en contacto con esa parte. Entonces no sé cómo se percibe de afuera. Por lo que me dice la gente que es muy cercana a mi, y los cambios que veo en otras personas hacia cómo nos tratan, me parece que sí, que estaremos haciendo algo bien. Pero no es algo en lo que me fije mucho porque me parece que es algo peligroso. Es una proyección, no es algo real.

Trata de mantener los pies sobre la tierra.

Sí. Porque lo demás no me sirve para crear. Porque después entrás en ese círculo vicioso que es muy tentador, porque cuando la gente te quiere o quiere estar contigo, o quieren algo de vos, y también pueden querer algo de alguien más... Por eso está bueno pensar a quién estás sirviendo. Y estamos sirviendo a clientes. Y mientras a nuestros clientes les guste lo que hacemos, game on.

¿Cuántas personas forman parte de su empresa?

Ahora somos 25 personas en la oficina. Después trabajamos con servicios de relaciones públicas y más alrededor del mundo. 

¿Cómo se dividen los cargos?

En la parte de diseño de lo que no sean vestidos, somos tres diseñadores y en la parte de diseño de bolsos soy yo con un freelancer que hace los dibujos técnicos. Los zapatos los diseño yo con una diseñadora que hace los técnicos y la parte de vestidos y lanas, la hago yo con otro diseñador técnico. Sé que no es tan grande la parte de diseño, pero es suficiente. Y es un equipo bastante unido. Después tenés tres personas en ventas, operaciones, producción que es la parte más importante. Una jefa de producción que tiene un asistente, una persona que se encarga de desarrollo de producto. Luego ventas y operaciones, prensa.

¿Cómo se producen los productos y dónde?

En Italia la mayoría. También en Manos del Uruguay. En Italia, se producen en Florencia las carteras, los zapatos en las afueras de venecia, la ropa fuera de Milán. Muchos de nuestros tejidos se hacen en Manos del Uruguay. Las muestras se hacen en Italia, a veces en nuestro propio estudio y después se desarrollan en Italia.

Son de la marca Gabriela Hearst pero ponemos un disclaimer que dice que es una prenda hecha por Manos del Uruguay, contamos la historia de Manos que creemos que tiene que ser escuchada y siempre fue una de las cosas que quise hacer, trabajar con Manos en este proyecto.

El resto de los productos, desde el punto de vista de diseño ¿también tienen su impronta uruguaya?

El único que se hace en Uruguay es el de Manos del Uruguay. Pero desde el punto de vista de diseño, yo pasé la mitad de mi vida en Uruguay y la otra mitad en Nueva York, entonces es una combinación de las dos existencias, siempre va a haber una parte de Uruguay en todo lo que hago, eso es bastante fuerte. Cuando uno diseña y trabaja en un proyecto creativo, todo lo que uno ha vivido siempre se transfiere. Yo no lo hago muy obvio, es más subconsciente pero siempre está presente.

¿Todos los diseños salen de su creatividad?

Todo es una colaboración en equipo. La gran mayoría son ideas que pasan por mi cabeza o visiones que tengo para ejecutar, pero cuando veo una idea que algún miembro de mi equipo trae que habla en el mismo idioma que tratamos de hablar, que me emociona, vale, no importa de dónde salga si es una buena idea. La idea es la parte fácil, el 90% es hacerlas. Visión sin ejecución es alucinación.

¿Qué la llevó a irse de Uruguay?

Siempre fui muy curiosa, siempre me interesó vivir en otros lugares y saber, y viajar educa. Entonces viajé desde muy chica.

Y ya no volvió…

Mis hijos nacieron acá y me casé con una persona de otro país. Pero a Uruguay vuelvo todos los años.

¿Volvería a vivir en Uruguay?

Ahora tengo hijos chicos que son todos uruguayos, los registré y tienen pasaporte uruguayo, trato de que tengan el mayor contacto posible con Uruguay.

Como voy todos los años, siento que Uruguay es parte de mi vida y mi existencia. En este momento mi empresa está acá en Estados Unidos, o sea, no miro tanto más allá, tengo demasiadas cosas de las que ocuparme acá. Capaz que algún día termino viviendo en Uruguay, pero tampoco soy la única de mi familia que toma las decisiones de dónde vivir.

¿A qué se debe el paso de su anterior marca, Candela, a crear Gabriela Hearst?

A querer hacer un producto de calidad. Al tener Candela un cierto precio, era muy difícil elevar el producto, entonces tenés que empezar todo de vuelta. Eso me llevó a empezar de nuevo y siento que fue el camino correcto, porque la pasión no la podés ocultar, cuando algo tiene pasión te propulsa.

¿Cuál es su meta? ¿Cuándo sentirá que ya llegó?

Siempre siento que estoy empezando y la gente creativa que conozco también se siente así. Estás siempre creando y desarrollando, entonces siempre hay un siguiente paso y una siguiente cosa para hacer. Es como en yoga, por más que hagas yoga durante 25 años siempre habrá nuevos obstáculos. No es a dónde llegás, sino el camino donde estás. Y creo que nunca en mi vida voy a sentir que llegué a ningún lado. Siempre estoy yendo.

¿Dónde aprendió a ser diseñadora y cómo le surgió el interés?

No fui a una escuela de diseño. Aprendí trabajando y haciendo.

¿Cuál fue su primer trabajo?

Trabajaba para una diseñadora acá en Nueva York. No fue mi primer trabajo. Mi primer trabajo fue en Uruguay en una florería. Pero fue mi primer trabajo en moda. Tampoco fue mi primer trabajo artístico. La primera vez que alguien me pagó por hacer algo creativo fue por pintar un mural para una obra de teatro. Toda mi vida supe que quería trabajar en algo que amara y que fuera creativo y al final eso es lo que me impulsa a hacer lo que hago.

Viene seguido a Uruguay, ¿sabe en qué situación está la industria de la moda local?

No mucho. Cuando voy, voy a ver a mi familia. No tengo mucho tiempo libre, me dedico a mi familia y mis amigos. Pero de vez en cuando veo cosas. Conocí a una diseñadora uruguaya llamada Ana Livni. Me parece que Uruguay es un país donde hay una cultura riquísima entonces el diseño que va a haber de Uruguay siempre va a ser bueno.

¿Cuál es su perspectiva? ¿Cree que se puede llegar lejos desde Uruguay, o es necesario salir?

Hoy es mucho más fácil que cuando yo era mas chica. No había Internet, no había nada. Hoy podés hacer tu producto y venderlo online a todas partes del mundo. Hoy más que nunca se puede tener acceso al mundo sin tener que salir de tu barrio. Es el dicho pensar global y actual local.

¿Actuar local sería entonces dar al producto una impronta uruguaya para vender al mundo?

Mientras sea auténtico... El problema es cuando tratamos de copiar lo que hacen otros y lo que se hace afuera. Mientras sea auténtico y aporte de la historia individual y colectiva, va a resonar. El viaje creativo es un viaje muy largo. Nadie se puede subir a ese viaje y pensar que será de un día para el otro. Es una convicción y un matrimonio para toda la vida si realmente lo querés. Y hay mucho, mucho, mucho sacrificio.

Todo el mundo tiene sus diferentes viajes y es importante seguir con convicción. Y después, que cuando las cosas empiecen a suceder, no confundirse, y seguir con la convicción y el mismo camino por el que uno empezó.

¿Cómo definiría a la clienta de Gabriela Hearst?

Profesional, que trabaja, que quiere tener productos buenos que le duren toda la vida, que no tenga que tirarlos mañana. Que le gusta la belleza, que las cosas estén bien hechas. No es un producto para quien quiera tener logos y logos por todos lados, o ese tipo de cosas.

Dice que no mira qué sucede en el mundo en cuanto a tendencias, ¿por qué?

Porque es muy difícil si sos una persona muy visual no ser impactado por lo que ves. Yo soy impactada por todo lo que veo. Si la información que pongo frente a mis ojos es trabajo de otras personas, me va a influir, es imposible que no te influya. Entonces mejor no mirar para los costados y mirar solo para adelante.

¿No tiene un diseñador que la inspire?

Tengo mucha admiración por muchísimos diseñadores y hoy por hoy son los japoneses en quienes tengo una admiración bastante profunda. Pero cada uno tiene su camino con lo que está tratando de hacer. Yo tengo bastante claro el producto que quiero hacer.

¿Por qué los japoneses?

Porque son muy originales y piensan a largo plazo. No siguen tendencias, hacen lo que les parece, y tienen carreras que son largas y eso al final del día es lo que quiero hacer yo. Hacer lo que hago por el máximo tiempo que pueda.

¿Cómo es un día de su vida?

Levantarme y venir a trabajar. Este fin de semana me quedé en casa leyendo con mis hijos. Venir a trabajar, después de acá tengo clase de yoga que empecé hace unos meses y me encanta para relajarme, porque además tengo hijos, no es que pueda irme de parranda (risas). Entonces trato en lo que pueda de traer un poco de balance en mi vida porque es muy intensa. En algún lugar tenés que balancearte, sino es imposible. Es muy demandante y uno tiene que estar dispuesto a hacer muchos sacrificios. Tu familia también, porque hay atenciones que no les podés dar. Mis hijas siempre me dicen: “mamá, ¿por qué desayunamos en el auto?” Porque mami trabaja full time. No es que nos sentamos y desayunamos todos juntos tipo familia feliz de película. Hay que salir de casa corriendo para no llegar tarde al colegio y hay que comer en el auto, porque si no no se come (risas).

 

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