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Un palestino mató una soldado israelí en un puesto de control de Jerusalén Este
Las fuerzas de seguridad israelíes están buscando a un palestino en relación con el asesinato de una soldado israelí de 18 años ocurrido el sábado en un puesto de control en el este de Jerusalén ocupado.
El ejército israelí identificó a la soldado como Noa Lazar, de 18 años, e informó que otros tres militares resultaron heridos, uno de gravedad.
El tiroteo del sábado en el puesto de control del campo de refugiados palestinos de Shuafat en el Jerusalén Este ocupado se produjo después de que las fuerzas israelíes mataran a cuatro adolescentes palestinos en las últimas 24 horas en medio de incursiones israelíes casi diarias en los territorios palestinos.
Más de 114 palestinos han sido muertos por Israel desde principios de año en la Cisjordania ocupada en la violencia más mortífera en siete años.
Naciones Unidas advirtió el sábado que la “violencia creciente” en el territorio palestino ocupado estaba “alimentando un clima de miedo, odio e ira”.
La policía israelí dijo que el atacante fue conducido al puesto de control por un cómplice. Salió del automóvil, abrió fuego y corrió hacia el campamento mientras el conductor se alejaba a toda velocidad.
El primer ministro Yair Lapid dijo el domingo que su "corazón estaba roto" por su muerte.
“No descansaremos hasta llevar a los despreciables asesinos ante la justicia”, dijo Lapid antes de que los israelíes comenzaran a celebrar el fin de semana largo la festividad de Sucot, un evento de origen bíblico que rememora las vicisitudes del Israel durante su deambular por el desierto.
La policía acordonó el área cercana al puesto de control y los oficiales permanecieron en la entrada y salida de Jerusalén Este ocupada. Tres palestinos veinteañeros de Jerusalén Este fueron arrestados bajo sospecha de “participación en el ataque”, dijo la policía.
El ataque se produce después de que dos adolescentes palestinos fueran muertos a tiros el sábado en una operación de las fuerzas israelíes en Jenin, la ciudad del norte de la Cisjordania ocupada que se ha transformado en uno de los puntos fuertes de la militancia palestina y viene siendo objeto de constantes redadas de las fuerzas israelíes.
Al menos 20 menores palestinos han sido muertos en Cisjordania este año, según datos de Naciones Unidas y los grupos de derechos humanos acusan a las fuerzas israelíes de usar fuerza excesiva en su trato hacia los palestinos, en particular con los jóvenes.
La posición oficial de Israel es que sus tropas usan fuerza letal solamente en momentos en que consideran que sus vidas corren peligro y que los operativos contra los militantes son una consecuencia de que la Autoridad Palestina se muestra incapaz de controlar la actividad de los grupos armados.
El enviado especial de la ONU para Medio Oriente, Tor Wennesland, ha expresado su alarma por el creciente derramamiento de sangre y manifestó en un comunicado que “la creciente violencia en Cisjordania ocupada está alimentando un clima de miedo, odio e ira”, pidiendo a las partes que reduzcan las tensiones y tomen medidas para reactivar el proceso político.
