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Un plan maestro que Uruguay necesita con urgencia
Por Luis Romero Álvarez, especial para El Observador
En el año 42, a mi abuelo Gonzalo Álvarez se le murió todo el ganado en su estancia de Tambores, menos un torito de pedigrí que mi madre y mis tías salvaron dándole agua del pozo del casco y ramas de transparentes.
En el año 88, siendo yo director general de Política del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), pegó fuerte otra sequía en todo el Uruguay. Aproveché el cargo para convocar a los organismos internacionales (FAO, BID, Banco Mundial, etcétera) para crear juntos un Plan Maestro para asegurarle aguadas al país y regar, como se había hecho con el Plan Maestro que dio inicio al proyecto de Promoción Forestal (producido por la cooperación japonesa JICA).
El interés fue muy grande y los recursos financieros podían fluir en cantidad. Lamentablemente, en el 89 el partido de gobierno perdió las elecciones y el siguiente gobierno no continuó con esta iniciativa.
Sigo creyendo, como entonces, que esto sería un excelente negocio para Uruguay, como lo fue y es el desarrollo forestal, en el cual el gobierno dio el marco institucional adecuado y luego los privados avanzaron con los negocios.
Creo que nos faltan estudios a fondo para evaluar el tema del agua y las sequías a nivel nacional.
Por ejemplo, ¿cuánto le cuesta una sequía al país? Seguramente podemos hacer los cálculos y sorprendernos al encontrar que una sequía grave nos cuesta una fortuna.
¿Cuánto nos costaría lograr un empuje fuerte a nivel nacional para captar agua de lluvia que termina perdiéndose en el mar y armar las estructuras de bombeo para asegurar riego, en al menos parcelas estratégicas y cultivos de alta productividad?
¿Qué retorno para la sociedad tendría un proyecto de este tipo, hablando en tasa interna de retorno social?
El riego es una herramienta muy potente: empieza por aumentar digamos al doble la producción de lo que sea y sigue por estabilizar niveles de producción de lo regado, bajando riesgos en forma consistente.
El caso del arroz en Uruguay es buen ejemplo: tenemos una productividad altísima a nivel mundial y gran estabilidad en las cosechas. Eso se puede reproducir en todos los demás rubros, incluso en el sector ganadero.
Antes el riego no avanzaba por el altísimo costo de nuestra energía (sea eléctrica o diesel), pero eso ya debe cambiar. Producimos exceso de energía renovable que debemos vender barato a los vecinos o destinar al hidrógeno verde, ¿quién dijo cuál es el destino más sensato para ese exceso de energía producida y no consumida?
¿Por qué en vez de vender la energía excedente a bajo precio a los vecinos no la damos para las bases de bombeo a esa misma tarifa baja?
¿Se hizo la comparación económica entre lanzar el proyecto del hidrógeno verde o crear el proyecto de regar al país?
Estas preguntas son razonables y se pueden encontrar respuestas técnicas sólidas a través de los estudios adecuados. Si están hechos estos estudios, no los conozco y se deberían haber publicado, si no están hechos hay que hacerlos, porque es parte de la mejor planificación estratégica que el país necesita para crecer bien a futuro.
Por un regalo del cielo, Uruguay cuenta con agua abundante, sea de lluvia, de ríos o subterránea, solo necesitamos guardarla cuando sobra y usarla cuando falta.
La tecnología para eso está súper dominada y los costos, como dije, se pueden arreglar y además están llegando las bombas solares que al fin se acercan a ser potentes y eficientes.
Para avanzar tenemos que preparar un Plan Maestro, que estudie a fondo este asunto, midiendo costos e impactos sin hacer nada como estamos o empujando fuerte la expansión del riego.
Eso se logra primero quitando impuestos y luego subvencionando inversiones, como se hizo con la forestación.
El estudio debe demostrar sólidamente que es muy rentable para la sociedad aportar esos recursos por los ingresos y beneficios adicionales que se generarán por el aumento de la producción, la reducción de los daños de las sequías y el incremento de la actividad económica derivada de la producción ampliada.
Tenemos que ponerle un turbo al agro uruguayo y para eso el primer paso es ponerle agua.
