El tema de la laicidad en Uruguay es como una placa tectónica debajo de la tierra, que normalmente permanece inmóvil sustentando el suelo que pisamos, pero basta un leve desplazamiento para que un temblor sacuda furiosamente la superficie y se vengan abajo los edificios más sólidos. En la superficie de la sociedad el clima de tolerancia y convivencia pacífica fruto del Estado laico, parecen valores indiscutidos y asegurados para siempre. Pero periódicamente se producen temblores en la superficie que indican un movimiento profundo de placas geológicas, de cosas que no están resueltas.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá