Mundo > Hacia la coalición en España

Una elección de pelea voto a voto con un rol clave de los indecisos

Con el oficialismo como favorito y con la irrupción de la ultraderecha, los españoles se enfrentan a las terceras elecciones generales en menos de cuatro años
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27 de abril de 2019 a las 05:03

Si se le pregunta a un español en la calle quién será el candidato más votado en las elecciones del próximo domingo 28 la respuesta será unánime: el actual presidente y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez. Las encuestas así lo marcan y, en su mayoría, con una distancia de diez puntos porcentuales con su más inmediato perseguidor: el líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado.

Pero si la pregunta es quién será el próximo presidente de España, las respuestas pueden variar y los indecisos (un 36% entre los que piensan ir a votar, según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas) son claves en esa incertidumbre. 

El clima de campaña electoral ya se vivía en España desde hacía varios meses, pero fue recién el viernes 12 de abril cuando en las calles del país europeo se comenzaron a ver los rostros de los candidatos en cada esquina y sus spots publicitarios aparecieron en la televisión. En una campaña que legalmente dura apenas 15 días –con Semana Santa en el medio-, con la prohibición de publicar encuestas en los cinco días anteriores a la elección, un electorado muy dividido y con un voto que no es obligatorio, pronosticar quién llegará a la Presidencia del gobierno y con el respaldo de qué partidos, se vuelve prácticamente imposible. 

La campaña, marcada por la crisis catalana y las especulaciones respecto a los posibles pactos tras las elecciones, pisó el acelerador a fondo en la última semana con dos debates televisivos separados por apenas 24 horas. Sin embargo, y aunque la historia demuestra que no mueven la aguja, el veto a las encuestas por estos días no permite saber qué repercusiones tuvieron en los votantes estos debates en los que participaron los cuatro principales líderes partidarios. 

Los españoles acudirán a las urnas este domingo para elegir, por tercera vez en tres años y medio, a 208 senadores y los 350 diputados que conforman el Congreso. Aquellos que quieran llegar al poder deberán recibir la anuencia del rey Felipe VI y el respaldo de la mitad más uno (176) de los diputados. 

Es claro que el actual presidente de gobierno es el candidato que llega mejor perfilado y casi el único que podría llegar a formar a reunir los votos para alcanzar una mayoría absoluta. Incluso entre los indecisos, hay una mayoría (30%) que maneja al PSOE como una opción. Sin embargo, el dilema para Sánchez es saber si necesitará de los independentistas catalanes –que por el rechazo a sus presupuestos lo obligaron a convocar estas elecciones- o logrará mantenerse en el poder con un pacto solo con Unidas Podemos, el partido de Pablo Iglesias. 

Encuestas

El PSOE, según las distintas consultoras, recibirá cerca de un 30% de los votos y obtendrá cerca de 130 diputados. En segundo lugar, aparece el Partido Popular con 19% de intención de voto y alrededor de 70 escaños. Ninguno de los dos tradicionales partidos españoles podrá formar gobierno por sí solo y tendrán que recurrir a alianzas con otras fuerzas políticas para llegar al poder tal como ocurrió en las últimas dos presidencias. 

En ese escenario, Ciudadanos (que anunció de antemano que no pactará con el PSOE) aparece en tercer lugar con una intención de voto cercana al 14% y alrededor de 47 diputados. Unidas Podemos (que formó una alianza con el PSOE para que Sánchez pudiera llegar al poder en junio de 2018) tiene una intención de voto de 12% y alrededor de 30 escaños. Pero a estas dos fuerzas políticas se le suma Vox, un partido de ultraderecha formado por Santiago Abascal, un exdirigente del Partido Popular, que ingresará al Parlamento nacional por primera vez y lo hará con cerca de 30 diputados, según las encuestas. 

Con estos números, ni la suma del PSOE y Unidas Podemos ni una posible alianza entre el Partido Popular, Ciudadanos y VOX permitiría alcanzar los 176 votos necesarios para gobernar y es en ese contexto donde toman protagonismo los partidos nacionalistas catalanes. Pero para entender el papel de estos partidos y la incertidumbre que existe alrededor de estas elecciones hay que ir algunos años hacia atrás. 

En los comicios de diciembre de 2015 el bipartidismo español se vio por primera vez amenazado con la irrupción de Podemos (Izquierda) y Ciudadanos (centro derecha). El Partido Popular liderado por el entonces presidente Mariano Rajoy fue el más votado pero no logró ninguna alianza que le permitiera seguir en el poder. Eso llevó a que en junio de 2016 se volvieran a celebrar elecciones. En esa oportunidad, Rajoy logró llegar al poder gracias a una mayoría simple y la abstención de gran parte de los diputados socialistas. Pero su segunda presidencia duró apenas dos años.

Moción de censura

El 1º de junio de 2018 el Congreso de los Diputados aprobó por 180 votos una moción de censura contra el expresidente Mariano Rajoy impulsada por el Partido Socialista y que designaba a Pedro Sánchez como el nuevo presidente del gobierno español. La iniciativa fue presentada luego de una sentencia de la Audiencia Nacional que acusaba al PP de crear un “auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional” junto con empresarios. 

La moción tuvo el respaldo de ocho partidos distintos: PSOE (84 diputados), Podemos (67), Izquierda Republicana de Catalunya (9), Partido Demócrata Europeo Catalán (8), Partido Nacionalista Vasco (5), Compromís Valencia (4), Euskal Herría Bildú (2) y Nuevas Canarias (1). Tanto los partidos catalanes como los vascos que apoyaron esta jugada tienen una ideología independentista y pretenden separarse de España. 

Al asumir, Sánchez levantó el control de las cuentas catalanas aplicado por Rajoy que implicaba que los gastos del Parlamento autonómico necesitaran de la aprobación del gobierno nacional. Esa medida había sido aplicada por el Partido Popular luego de que los nacionalistas catalanes proclamaran la independencia tras celebrar un referéndum ilegal que derivó en la intervención del Parlamento y de un proceso judicial contra los líderes independentistas que todavía está en curso. 

Sin embargo, esa alianza entre socialistas y catalanes independentistas duró apenas nueve meses. En febrero, Sánchez anunció la convocatoria a nuevas elecciones porque sus entonces socios catalanes decidieron rechazar los presupuestos del gobierno socialista debido a que en las negociaciones no habían conseguido los objetivos esperados. El “pacto Frankenstein” de la moción de censura, como lo denominaron desde la oposición, no llegó a durar un año. 

Las encuestas anticipan que, en alianza con los independentistas, Sánchez podría mantenerse en el gobierno. Pero sin ellos, no llegaría a los votos necesarios. “Pretender que (nuestro apoyo) sea gratis es un poco ingenuo”, declaró el jueves a eldiario.es, Carles Puigdemont, uno de los principales líderes independentistas catalanes desde Waterloo donde está exiliado para evitar los tribunales y reclamó un referéndum para definir la situación de su Comunidad Autónoma.  

La ultraderecha 

Hasta noviembre de 2018 muchos españoles se jactaban de ser de los pocos países europeos en el que la ultraderecha no tenía representación en el Parlamento nacional ni en los parlamentos regionales. Pero las elecciones de diciembre en Andalucía terminaron con esa premisa: Vox consiguió 12 escaños y casi 400.000 votos (11%) en la Comunidad Autónoma más poblada del país. 

Todos los escenarios posibles planteados en esta nota se basan en los números brindados por las encuestas que, en los últimos años, han generado argumentos para desconfiar. Más allá de lo sucedido con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, o el brexit, las propias consultoras españolas le daban apenas uno o dos escaños a Vox en Andalucía. Esa irrupción del partido de ultraderecha derivó en un gobierno del Partido Popular con el respaldo de Ciudadanos y Vox en esa comunidad cuando se pronosticaba que los socialistas –la fuerza más votada- se mantendrían en el poder. 

Con ideas radicales contra la inmigración irregular, con Steve Bannon, el estratega de la campaña de Trump, como asesor, el nacionalismo a flor de piel y con un poder de movilización de militantes que llama la atención de los analistas, el partido de ultraderecha también puede ser decisivo en las urnas.  

 

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