Una puerta metálica atrapada en unas redes de pesca en la mañana de ayer reabrió uno de los capítulos más misteriosos de la aeronáutica nacional: el accidente del Fairchild de Air Class ocurrido el 6 de junio de 2012.
Bique, por su parte, señaló que la Armada Nacional y Bado están en una “etapa de planificación”, cuyo inicio no tiene aún una fecha estimada. No obstante, el buzo indicó que en un plazo de 48 horas ya se tendrá un plan definido que dependerá de las condiciones climáticas.
Bado se desvinculó del operativo por orden de la Armada Nacional tras encontrar la primera caja negra (la “voice recorder”). La Armada encontró la segunda caja negra (la “fly data recording”) en setiembre. Pero ninguna contenía registros.
La jueza penal Mariana Mota dispuso que se retomara la búsqueda y la contratación de Bado. El comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Washington Martínez, había dicho que la participación de Bado no era necesaria, puesto que el lugar físico del accidente ya había sido determinado
Escena alterada
La búsqueda de los restos del avión que aún están en el río será más engorrosa debido a que quedan por retirar más de 1.400 kilos (casi la mitad del avión), pero de pequeñas dimensiones. Además surgen dudas sobre la preservación de las pruebas en relación al efecto que puede haber tenido el pasaje de buques y las corrientes después de ocho meses del accidente.
Algunas partes del avión podrán ser detectados por el sonar de barrido lateral pero para otros se necesitaría otro de mayor potencia y definición. “Hay un elemento que vamos a buscar, del que no puedo decir más, que no va a ser posible detectarlo con el sonar por su pequeño tamaño. Pensamos recurrir a detectores de metales”, dijo.
Por otra parte, el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, deberá responder en el Parlamento sobre el deterioro de las pruebas cuando lo convoque el senador colorado Tabaré Viera. “El ministerio no ha cumplido con la orden judicial. Es un tema de aviación civil, de cuán segura es la aviación civil”, señaló el legislador.
Al respecto Bado afirmó: “A mí no me importa si fue error del piloto, de Air Class o si les cayó un rayo. Yo lo que quiero es que esta gente salga de la incertidumbre de una buena vez de qué les pasó a sus familiares. Tienen todo el derecho del mundo. Y por una razón o la otra hubo ocultación. Que una jueza penal no tenga acceso a las pruebas y no sepa donde está es la primera vez que ocurre en Uruguay”.
La jueza Mota declinó hacer declaraciones a El Observador hasta que no se corrobore si se trata de la puerta del avión.
Defensa al borde del desacato
El Ministerio de Defensa pudo haber incurrido en desacato por omisión en la investigación. La jueza Mariana Mota había pedido dos veces que se retomara la búsqueda de la aeronave pero el ministerio desoyó la orden judicial. Finalmente, en enero la Armada anunció que se retomaría la búsqueda del avión y ahora se permitió al buzo Héctor Bado volver a participar de las tareas junto con la Armada, como lo dispuso la jueza.