"Esta gente repartió canastas, cocinó en su cancha, crearon una olla popular para el barrio. No hubo un día en que no estuvieran atentos a la necesidad de todos. Esta gente se merece mucho mas que el ascenso”. Eso escribió en su cuenta de Twitter la kinesióloga de Uruguay Montevideo, Mayra Jakimczuk, luego de que el equipo de Pueblo Victoria derrotara 2-1 a Colón en el Estadio Centenario para retornar a la Segunda División Profesional tras 12 años peleándola en la última categoría del fútbol uruguayo.
Uruguay Montevideo es un grupo de amigos de barrio que empuja a pulmón un cuadro de fútbol. Es lucha y solidaridad. Es el cartel con el que festejaron los jugadores tras obtener el título: “Contra sol, viento y marea más grande será nuestro triunfo”.
La frase pertenece a Mario Benabi. “Era un veterano que sacaba fotos; la olla popular que hicimos fue en su casa cultural. Pintaba carteles. En su casa ahora dan ropa a la gente que necesita, hay libros y una policlínica que atiende al barrio”, reveló el capitán Ignacio Hernández, volante de 36 años que hizo formativas en Fénix y que pasó por Sud América, Huracán del Paso de la Arena y Villa Teresa antes de llegar en 2014 al celeste de Pueblo Victoria.
Para Daniel Musetti, el hombre que tomó las riendas del club tras la desafiliación de 2007, Uruguay Montevideo es un club donde “se respira el verdadero fútbol uruguayo”.
Corría la fecha 13 del Apertura 2007 cuando Uruguay Montevideo no pudo pagar en la Asociación Uruguaya de Fútbol sus deudas que por entonces debían liquidarse el 15 de cada mes. El equipo perdió la categoría y no pudo competir en la temporada 2008-2009.
“Había mucha deuda y la cancha estaba derruida, pero lo sacamos adelante. Hoy es un club saneado, acá no hay sociedad anónima deportiva ni gerenciamiento. Ninguno de esos inventos que ya sabemos cómo terminan. El fútbol uruguayo nació pobre, es pobre y morirá pobre. Y eso es Uruguay Montevideo, un club donde no se enriquece nadie y que está en las antípodas de esos inversores externos”, expresó a Referí Musetti.
Tres veces se le había resistido el ascenso a los celestes. En 2009-2010 perdió por penales contra Huracán del Paso de la Arena, en 2012-2013 llegó a la liguilla que ganó Canadian y en enero de este año, perdió el ascenso correspondiente a la temporada 2019 contra Rocha.
“Dentro de la estructura amateur que tenemos nunca nos faltó nada: fruta, ropa, viáticos y algún sueldo. Con esta misma estructura, pagando salarios pero sin hacer locuras vamos a jugar en Segunda. Plata se precisa, pero lo vamos a encarar poniendo tiempo y cabeza”, adelantó Musetti.
Marcelo Suárez, exayudante técnico de Leonardo Ramos en Peñarol, iba a ser el entrenador del club pero luego de la pandemia se vinculó con Rocha.
Fue entonces cuando Daniel Bianchi y Luis Segovia le recomendaron a Musetti a Gastón De los Santos, un exzaguero de Rampla Juniors y Bella Vista que iba a dirigir al picapiedra en Segunda hasta que la conversión en sociedad anónima se llevó puesto su cargo al mismo tiempo que descartó a varios jugadores de la casa.
De los Santos se llevó a varios de esos jugadores a Uruguay Montevideo que fue de menos a más en el certamen. En la fase regular perdió con Miramar Misiones y Basáñez. En los playoffs permaneció invicto. Le ganó los dos partidos a Bella Vista, eliminó por penales al equipo más fuerte del torneo, La Luz (Fernando Laforia, Carlos Santucho, Claudio Rivero, Aníbal Hernández) y en las finales empató 1-1 con Colón para luego vencerlo 2-1.
“Esta es una divisional que se evita y que se subestima. Pero este equipo no tiene nada que envidiarle a cualquiera de Segunda. Nos dieron las mejores condiciones para trabajar y creo que nos favorecieron las canchas en las que se jugó por nuestra propuesta”, expresó a Referí De los Santos.
"Pensar que Colón hizo todo para no venir a jugar en nuestra cancha la primera final, como si jugaran fútbol ballet, y no lo digo por Colón sino por los gerenciadores que tienen detrás", expresó Musetti.
Hernández, el capitán, contó que la gran mayoría de los jugadores cobra viático y que salvo Nicolás Vigneri todos trabajan.
“El club cumplió con todo, alguna alimentación, algún dirigente-hincha trayendo un cajón con fruta a la práctica; siempre sacando del bolsillo para el equipo. Nunca faltó cancha, el gimnasio que está a disposición en la sede ni agua caliente”, comentó.
Hernández, quien iba a ser ayudante técnico esta temporada pero que terminó posponiendo su retiro, trabaja en el puerto en una empresa que traslada autos y camiones.
Emanuel Machado, que en 2016 jugó la final de la Libertadores sub 20 con Liverpool, trabaja en un taller mecánico. “Yo estaba en Rampla donde el año pasado manejaron mal conmigo y fue clave la forma en que nos recibió el grupo que estaba del año pasado”.
“Acá nunca fuimos soñadores, siempre estuvimos convencidos de que el ascenso se nos iba a dar”, agregó el lateral de 24 años.
El Gringo Walter Fernández trabaja de seguridad en un hospital, Facundo Rodríguez, autor del gol del ascenso, tiene un reparto en farmacias y Ezequiel Barboza trabaja con revestimientos de madera y yeso en la construcción. Varios jóvenes estudian.
Ese grupo, con el hombro de los dirigentes-hinchas, un DT que se animó a jugar y el empuje de un barrio solidario vuelve a poner al club en Segunda.
La Primera División Amateur es la búsqueda de una nueva oportunidad. El sueldo mínimo en Segunda División es de $ 23.978 (para los mayores de 21 años). “No es mucho, pero es la posibilidad de aportar al BPS y tener un ingreso fijo. Para muchos va a ser el primer contrato”, cerró Hernández.
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