Vacaciones de setiembre: contrario a dichos de Robert Silva, Inspección Técnica recomienda dar una semana a privados y dice que ya estaba acordado

Los máximos cargos técnicos de Primaria elaboraron un informe, a pedido de las autoridades políticas, para que el Codicen tenga elementos para su deliberación. En el resumen de una página dejan en claro que cada inspector de zona, al momento de autorizar el calendario de cada colegio en abril, ya les dio a las instituciones el permiso del receso de una semana entera siempre y cuando cumplan con el mínimo de días y horas lectivas de los públicos.

Por eso los técnicos consideran que negarle a los colegios la semana de vacaciones de setiembre implica que el Codicen se haga responsable, dicte una resolución, y deje en claro que se anula la autorización dada por los inspectores en abril.

Sucede que en una reunión entre los consejeros políticos, de esas que se realizan todos los lunes, se había autorizado que los colegios inicien los cursos antes del 6 de marzo en que empezaron las escuelas públicas. Es así que varias instituciones privadas acumularon más días lectivos que sus pares de públicos. Algunos, incluso, dictaron clases los feriados laborables.

La misma normativa que pide que cada colegio fije su calendario, también dice que los asuetos son cuatro en el año más aquellos que se autorice. Y es en esa autorización que se basa el informe técnico.

El presidente del Codicen, Robert Silva, es contrario a esta postura. La semana pasada dijo a El Observador que solo son cuatro los asuetos y que aquellos colegios que ya se tomaron los mismos, por ejemplo al dar una semana extra de receso de julio, perdieron la chance de ofrecerlos en setiembre.

Para Pablo Cayota, director del colegio Santa Elena y exrepresentante de los privados en el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, en las autoridades de la enseñanza “hay demagogia anti privados”. ¿Por qué? “Los colegios tienen más días y más horas de clase. Tienen muchas más horas lectivas. Tienen jornadas especiales, campamentos, viajes, deportes los sábados y domingos, además de los días curriculares”. Por eso se pregunta: ¿Las autoridades están velando por la cantidad de días de los niños de quintiles altos?”.

El informe técnico de Primaria también pone el acento en que los inspectores de zona, al momento de autorizar el calendario, toman en cuenta como prioridad las cargas horarias y las propuestas de extensión del año lectivo en aquellas instituciones que inician los cursos en febrero.

Toda esta discusión se da tras un calendario oficial que fue alterado: la que iba a ser la única semana de vacaciones de invierno acabó sin serlo, mientras que el receso de julio se adelantó y extendió por dos semanas (acortando la cantidad de días lectivos en el año).

Eso abona puntos a la discusión a favor de los privados, quienes aducen que si se sigue el calendario oficial la fecha de vacaciones de invierno era la tercera semana de julio.

Pese a que la discusión es puntual y puede que no haga al quid de la enseñanza, distintas fuentes del Codicen reconocen que en el fondo está sobre la mesa la autonomía de los colegios, la interpretación del artículo 68 de la Constitución que garantiza la libertad de enseñanza, y hasta si “quitarles a los privados el derecho de iniciar antes las clases y distribuir sus recesos en el año equivale a ‘emparejar para abajo’”.