Fernando Morena y Venancio Ramos festejan un gol clásico para Peñarol

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Venancio Ramos: “La historia todavía se escribe con los goles que hizo Morena”

Venancio Ramos recordó su pasaje por Peñarol, los títulos, la Copa de Oro y la Copa América con Uruguay, dijo que está "muy preocupado" por este equipo aurinegro y que Tabárez tuvo jugadores para otra propuesta ofensiva y los desaprovechó
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27 de marzo de 2021 a las 05:02

Llegó a los 11 años a Artigas desde Bernabé Rivera, un pueblito de ese departamento, y a los 15 ya jugaba en la Primera de Peñarol de Artigas. Allí enfrentaba a rivales de 30 años y más, y comenzó a tomar experiencia para llegar a Montevideo directo a la selección sub 19 y luego, Peñarol.

¿Qué recuerda de aquel juvenil ganado con Uruguay en Venezuela 1977?
Se hizo una preselección juvenil con integrantes por primera vez de jugadores del interior. Fue lo mejor con una preparación de dos meses, y cuando fuimos al Sudamericano, estábamos habituados a la parte física. Fue algo maravilloso. De Artigas fuimos Ruben (Paz), Mario (Saralegui) y yo. Yo no conocía Montevideo, fue nuestro primer viaje de avión, representar a Uruguay con todo lo que significa y lograr un título que fue muy significativo para nuestra generación, ya que Uruguay venía de ganar el título en 1975. Teníamos un muy buen equipo con un gran entrenador como Raúl Bentancor quien nos ayudó en todo, el profe Gesto que era muy joven, pero con una gran capacidad, que nos marcó para toda la vida. En el partido decisivo le teníamos que ganar a Chile por dos goles, le ganamos 4-0 con dos goles míos. Fuimos campeones y nos dio una alegría inmensa.

Los campeones sudamericanos en Venezuela 1977; Venancio es el último de los de abajo

Ahí conocieron a Maradona.
Claro, ya comenzaba el conocimiento de lo que era. Ya se le tildaba como el Pelé blanco y fue increíble, porque en una serie de cinco selecciones, Argentina salió última en el la serie con Maradona.

¿De ahí llegó directo a Peñarol con Paz y Saralegui?
El presidente de Peñarol de Artigas, Carlos Riani, era un adelantado. Quería vender el paquete y quería que nos vendieran juntos para que tuviéramos un mejor desempeño y llegamos a Peñarol por una cifra muy importante para lo que era aquella época. Para nuestro juego, en Peñarol teníamos posibilidades de que muy pronto pudiéramos debutar y así se dio.

Pero Ruben Paz estuvo cerca de firmar en Nacional.
(Se ríe). Lo sacamos con Mario del pescuezo del Parque Central. Como éramos menores, la firma del padre era esencial. Ruben se fue a Nacional, pero si se quedaba un año sin jugar, quedaba libre, pero por reglamentación de OFI eran dos años sin jugar. Era una locura. Fuimos, le hablamos a Ruben que era una locura que se podía quedar dos años sin jugar, y allí se fue. Fue algo muy bueno porque seguimos los tres juntos e hizo una carrera maravillosa. Todavía no éramos conocidos, lo llamamos al Parque Central, lo esperamos afuera, salió y lo convencimos.

Venancio Ramos y Ruben Paz pidiendo pase para Peñarol en la AUF

Cuando llegaron a Peñarol el técnico era Dino Sani.
Fue una de las cosas de las buenas, por ser brasileño trataba de hablar en español y nosotros lo ayudábamos y lo entendíamos. Por su juego, con punteros de raya, jugadores hábiles por las bandas, a mí me sirvió mucho y recuerdo mi debut en 1977. Me citaron a la concentración de apuro por un inconveniente que había, debuté ante River de Carlitos Goyén. Le ganamos 3-0 y yo hice un gol y seguí hasta 1984.

En Peñarol tuvo compañeros que jugaban un fútbol notable.
Julio César Giménez, Ildo Maneiro, Fernando (Morena), el Indio Olivera, Diogo, Fossati, Mazurkiewicz. La primera concentración en la habitación del fondo estábamos Morena, Mario González, Mazurkiewicz y yo. Hoy es  maravilloso solo poder contar que compartí la habitación con ellos. Yo tenía 16 años. Para mí fue significativo, porque el Chiquito (Mazurkiewicz) era una leyenda, lo teníamos con mi padre y mi familia, nombrándolo en los Mundiales de 1970 y 1974 y al poco tiempo compartir habitación con él era un hecho para destacar. El Bombón González era un ícono en Peñarol, era una persona muy respetada y muy querida. Adoraba a Peñarol, entraba a la cancha y se transformaba, tanto que llegó a ser capitán.

Venancio Ramos y Ruben Paz en sus comienzos en Peñarol

En 1978 fueron campeones uruguayos invictos.
Con Dino Sani. Teníamos un equipazo, con Fernando (Morena), ya estaba Maneiro que nos ayudó mucho para que pudiéramos demostrar nuestra capacidad para que pudiéramos jugar por la raya, y nos habilitaba en tiempo y forma. Nos aconsejaba. Ruben jugaba de puntero izquierdo Fernando de 9 y yo de puntero derecho y Maneiro de 10. Julio Giménez entraba en el segundo tiempo en aquel 1978 y era impresionante. Nos daba una tranquilidad y seguridad que hoy en día, referenciándolo con jugadores del medio, hoy es muy difícil encontrar. Era otro fútbol, mucho más posicional.

“Neymar es el jugador que se parece más a lo que yo hacía”

¿Qué significaba Morena?
La tranquilidad de habilitarlo a él, porque con eso, llegaba la posibilidad de gol. Yo tenía que cumplir mi función de tirarle la pelota en las mejores condiciones, porque yo sabía que por el centro, él iba a entrar e iba a convertir el gol. Y estábamos todos convencidos. La historia todavía se escribe con los goles que él hizo y es muy difícil que en el fútbol uruguayo pueda llegar a la cifra que llegó él. Lo importante fue el entendimiento en el campo de juego, nos entendíamos de memoria. Ese año batió su propio récord y llegó a 36 goles, cosas que solo él podía hacer, por la capacidad que tenía, el cuidado, cómo se entrenaba, cómo se cuidaba, cómo estudiaba al rival, era muy potente, rápido, cabeceaba muy bien, con un pique corto avasallante. Siempre fue muy ubicado, no tenía ínfulas de estrella, con una capacidad de raciocinio e inteligencia, que hacía que uno independientemente de verlo como una estrella, también se reflejaba mucho lo que era él como persona.

Fernando Morena y Venancio Ramos festejan un gol clásico para Peñarol

¿Esos punteros ya no existen más?
Creo que sí, pero el fútbol ha evolucionado mucho. Nuestra función era desbordar para que entrara el 9 a definir. Hoy juegan punteros con pierna cambiada por los dos sectores y se achica la cancha y es difícil que un futbolista zurdo jugando por derecha, pueda habilitar a un compañero que entra por el medio. Difícilmente Nahuelpán pueda hacer un gol de cabeza si juega con dos punteros con pierna cambiada. ¿Cuándo le va a llegar un centro? Cuando esté de espalda al arco.

“Tabárez tuvo jugadores como para tener otra propuesta en los momentos decisivos y no los supo aprovechar”

Después llegó el Peñarol de1982 campeón de todo y aquel partido con Cobreloa que le dio el título de la Libertadores.
Nos cambió la vida a todos.
Esa victoria fue algo maravilloso. Peñarol fue trabajando ese título, porque cuando llegué en 1977, empezó a utilizar a los jugadores para llegar a 1982. Tenía a Diogo, faltaba un golero, llegó Gustavo Fernández porque se lastimó Álvez, el Indio con estirpe, llegó el Tano Gutiérrez con su capacidad y juventud, Juan Vicente Morales, otros que seguían como Mario (Saralegui), había llegado Bossio y el acierto de que viniera Jair. Arriba, llegó Ernesto (Vargas) y hacía años que estábamos Fernando y yo. Los entrenadores anteriores fueron preparando a ese Peñarol para que don Hugo (Bagnulo) con su capacidad y sapiencia, pudiera organizar a ese equipo para conseguir ese título y para no ser diferente a la historia de Peñarol, de visitante, en Santiago y en los últimos minutos.

Venancio Ramos junto a Mario Saralegui y Fernando Morena en una gira de Peñarol por el exterior

¿Qué pasó en la última jugada?
Si se repasa la jugada, sacó el arquero de Cobreloa, la pelota le quedó al Indio Olivera para que la tirara a la tribuna, pero se la dio a Mario, él a mí, yo piqué y pude correr 40 metros y tener la posibilidad de hacer el pase, son cosas que no debían haber pasado. Mi marcador y el técnico rival, Cantatore deben haber soñado muchas noches con esa jugada.

Así fue la jugada de Venancio Ramos para el gol de Fernando Morena a Cobreloa en la hora en Santiago que le dio la Copa Libertadores 1982 a Peñarol

¿Qué fue lo primero que se le pasó por la mente?
El jugador de fútbol en ese momento no festeja mucho, porque el que relata o el que comenta, lo grita, lo festeja, el hincha también, pero el futbolista tiene que pensar en abrazarse y recuperar en su posición, porque el festejo es cortado. Cuando agachás la cabeza, ya estás pensando en que tenés que aguantar el resultado para ser campeón. El festejo es cortado y eso muchas veces la gente no lo entiende. El festejo es a medias. El hincha es diferente porque sigue festejando.

El equipo de Peñarol que ganó la Copa Intercontinental 1982 ante Aston Villa de Inglaterra en Tokio

¿Cómo fue el título conseguido en Tokio en la Intercontinental?
Hoy de mañana me llegó por Facebook la reseña del partido con Aston Villa del partido relatado por Kesman. Nosotros en la íntima hablábamos “hoy tenemos una posibilidad única en nuestras carreras de ser campeones intercontinentales”. Quedamos en la historia porque nos prometimos dar el máximo, pudimos cumplir con el título que para nosotros fue histórico.

“Borrás con sus virtudes y defectos, tomó una selección que muy poca gente quería agarrar y él la hizo competitiva”

¿Qué anécdota recuerda?
En la cancha es una euforia tan grande, pero después llega la calma y uno va a cenar y cada uno levanta su copa y brinda por el oro, no hay nada más emocionante que eso. Porque ahí uno recuerda a la familia con tranquilidad. Ahí uno ordena el pensamiento del festejo,
porque en la cancha es muy alocado, muy difícil de ordenar.
La anécdota que recuerdo es que viajé de Tokio a Uruguay de regreso con la revista Toyota Cup, porque previo al partido había gente de Rivera que vivía en Tokio, fueron a la práctica y si nos preguntáramos si salíamos campeones le dábamos la camiseta. Le dijimos que sí. Con Mario (Saralegui) fuimos en un taxi a donde vivían a llevarle las camisetas, nos dejaron salir con el pasaporte y se me quedó en el taxi. A los dos días nos volvíamos y el embajador hizo una carta con mi entrada a Tokio y con la foto de la revista pude salir de Tokio y en Los Ángeles no pude salir con mis compañeros a pasear, me quedé en tránsito, pero pude volver. Lo más gracioso es que a la semana, el Cr. Damiani volvió con mi pasaporte, porque el taxista lo devolvió, así que lo recuperé.

Venancio Ramos y Mario Saralegui dan la vuelta olímpica luego de ganarle la Copa Intercontinental de 1982 a Aston Villa de Inglaterra en Tokio

¿Qué técnico lo fortaleció futbolísticamente?
Raúl Bentancor. Llegué a la selección juvenil con una fractura en el brazo, con yeso en mi muñeca, éramos 40, quedaban 33 y yo quedé, sin jugar ni practicar. Un día quedó la lista y Raúl me pidió que fuera de puntero izquierdo con yeso, jugué y la rompí. Ahí me aseguré en definitiva en el grupo, me saqué el yeso y pasé a ser titular en la selección. “Si juega como yo le pido, no sabe hasta dónde puede llegar”, me repetía siempre. Necesitaba el apoyo y él me lo dio sin conocimiento ninguno de cómo era yo. Fue una luz que me iluminó, cambió mi carrera deportiva.

Los goles y el festejo final de Peñarol ante Aston Villa al ganar la Copa Intercontinental de 1982

Se perdió por poco la Libertadores de 1983.
En esta pandemia, en Brasil, empezaron a pasar los lunes partidos y acá en Artigas lo vemos. Lo primero que revivieron fue la primera copa que ganó Gremio en 1983. Me reía y hablaba con un amigo de Quaraí. No podía dormir. ¡Qué partido perdimos! Lo cerca que estuvimos de ganarlo y lo perdimos en una jugada increíble. Tuvimos tres veces el 2-1 después que les empatamos 1-1. Ellos no nos llegaban, estaban perdidos. Fernando se iba solo y le tiraron un patadón, le mostraron amarilla al rival y siga-siga. Son las cosas que uno con más años uno tiene otra dimensión. Antes perder una final era una deshonra, y hoy eso ha cambiado. Será que Peñarol y los uruguayos hacen tanto tiempo que Peñarol no llegan… Se habla poco de esa final perdida. Lo tomamos como algo pasajero. Nos dolió mucho porque Peñarol tuvo muchísimos problemas y estuvo muy cerca. Soy un convencido que no fuimos campeones por el lío con Jair por el tema del auto en Japón, porque tuvimos cinco tiros libres. Hoy frecuenta nuestro grupo de Whatsapp y lo que pasó, ya no tiene sentido. Si Jair hubiese estado, de esos cinco tiros libres, alguno iba a dentro.

“Soy un convencido que no fuimos campeones en la Copa de 1983 por el lío que hubo con Jair”

¿Cómo ve hoy a Peñarol?
Y… estoy muy preocupado. Peñarol no tiene una línea de juego. Las contrataciones que hizo no fueron certeras salvo el caso de Terans, los demás no tuvieron rendimiento acorde con la capacidad que mostraron en otros equipos. Hoy estamos liberados a lo que pueda hacer Terans y el chico de la Cuarta división como Torres. Después, con jugadores como Nahuelpán que ha jugado poquísimo y no hay. Para pelearle a equipos que han crecido en el fútbol uruguayo, Peñarol debe mejorar muchísimo. Le exigimos a Peñarol o le pedimos rendimiento que la mayoría de sus jugadores, por capacidad, no puede darlo.

Venancio Ramos con sus nietos Calíope y Ezequiel.

¿Qué le parece Larriera como entrenador?
No puedo evaluarlo mirándolo por la televisión. Creo que tiene buena idea, pero le faltan los jugadores que plasmen su idea con características técnicas. Eso es elemental.

El primer gol en un partido oficial de Venancio Ramos fue este ante Holanda en la Copa de Oro

Justo cuando pasó a Independiente fue a ver el partido por la Copa de 1987 que ganó Peñarol 4-2. ¿Cómo lo vivió?
(Se ríe a carcajadas). Fue una noche muy recordada, porque en aquel momento no sabía qué hacer. Yo llegué justo después de que Independiente hiciera la lista de buena fe y no jugué la Copa. en aquel momento no sabía qué hacer. Estaba en el palco con mi esposa y rodeados de hinchas de ellos, llegó un gol de Peñarol y ella lo gritó con todo. Por suerte, no tuve problemas. Imagínese cómo puedo haber pasado. Fue muy superior Peñarol en aquel partido, con baile incluido.

El primer gol oficial de Venancio Ramos con la celeste visto desde la Olímpica; fue en el debut de la Copa de Oro ante Holanda

¿Qué significó la Copa de Oro para usted que este año se cumplieron 40 años?
Ese logro deportivo va a quedar en la historia.
A pesar de nuestra juventud, nos merecíamos el título y demostramos nuestra capacidad. El fútbol te da posibilidades, pero en el momento decisivo tenés que demostrar para qué estas. Se llevaba a cabo un torneo muy importante en nuestro país, con mucha incertidumbre, con muy buenas selecciones, y pudimos salir a la calle a festejar en un momento muy especial que vivía el país (en plena dictadura).
Hice el primer gol oficial con Uruguay ante Holanda en el Centenario que estaba hecho a nuevo, y con la inauguración del placar electrónico. Pusieron mi nombre por primera vez en el placar que se inauguró para esa copa.

Venancio Ramos en el debut ante Holanda por la Copa de Oro

¿Qué recuerda del técnico Roque Máspoli?
Siempre nos decía que cuando empezamos el proceso en La Paloma: “Hoy estamos comenzando un trabajo para potenciar a ustedes y que lleguen en el mejor momento a la Copa de Oro, pero depende de ustedes el dedicarse al máximo”. Y era muy importante. “Qué lindo que podamos darle alegría a nuestro pueblo”, nos dijo en la final. Eran sabias palabras de un gran maestro que tocaba la parte íntima del jugador que es lo que necesita en ese momento.

El equipo que jugó y ganó la final de la Copa de Oro a Brasil en enero de 1981

¿Qué recuerda del título de la Copa América de 1983?
Eso fue una maravilla por el éxito, la paradoja del fútbol, era que en 1980 y 1982 era titular y en 1983 era suplente de Aguilera de River y del Loco Acosta de Wanderers. Pensaba: “Yo tengo que prepararme porque el día que me toque, tengo que estar capacitado para ayudar a mis compañeros”. Aguilera hacía uno o dos años que jugaba en Primera. El Loco, no tenía tantos y eran de equipos chicos y yo hacía casi siete años que estaba en Primera y con logros importantes. Cada vez que entré era para dar lo mejor de mí en beneficio de la selección. Se dio la jugada del gol en Brasil porque yo había estudiado a Júnior, acá le había amagado dos veces y él me había cerrado. Me salió el centro para la cabeza del Pato. Él tenía dificultad para la pierna izquierda, porque era de los pocos laterales izquierdos que era diestro, pero tenía un buen timming de que no le desbordaran.
Quiero recordar a Borrás con sus virtudes y defectos, tomó una selección que muy poca gente quería agarrar y él la hizo competitiva, y en el Mundial no pudimos consolidarla.  pero la culpa también estuvo en los jugadores. Salió campeón de América después de muchos años, clasificó a Uruguay a un Mundial después de muchos años y en el Mundial, la expectativa no se dio, pero también tenemos culpa los jugadores. No solo hay que evaluar los títulos para un buen entrenador, sino la capacidad de manejo de grupo, la inteligencia para los cambios, etc.

Rodolfo Rodríguez y Venancio Ramos con la Copa América lograda en 1983

En las Eliminatorias para el Mundial de México 1986, hubo tres momentos inolvidables en su carrera: el gol a Ecuador en la hora, el penal a Chile de la clasificación y el limonazo a Aravena.
El día que hice el gol contra Ecuador fui el primero que me saqué la camiseta en el Centenario. La tiré a la Platea América. ¿Cómo volvió? Rodolfo apareció de repente con la camiseta, se ve que estaba con mal olor y la devolvieron (se ríe). Hoy me echan, ahí ni amarilla me sacaron.
El momento de la rivalidad que vive Uruguay hoy contra Chile es mínimo ante las dificultades que tuvimos en Santiago en aquella época. Te miraban mal hasta cuando te sellaban el pasaporte. Tuvimos dificultades para llegar al estadio. Levantar un córner en Chile era como ir a Beirut en plenos bombardeos. Caía de todo. La Policía que debía protegerte, no te protegía. Piedras, botellas, tiraban de todo.
El penal contra Chile para clasificar al Mundial lo pedí porque me tenía mucha confianza. Yo no estaba en la lista para patear porque no era titular. Amaro Nadal era el encargado y le dije, “dejá que yo lo hago” y por suerte fue gol.
Después llegó el limonazo en el tiro libre de Aravena en la hora. Le pegaba muy bien y ya nos había hecho un golazo de tiro libre en la ida. En la impotencia, fui a hablar con el golero como para decirle “en tus manos está la clasificación” y Rodolfo me dijo: “Mirá que si pasa la barrera es gol”, como diciendo, “dejate de joder”. Lo llamé para el cumpleaños en febrero y recordamos esa instancia. Agarré un limón que había en la cancha, la toqué apenas con un movimiento necesario para que esa pelota que tenía un significado muy importante, pudiera salir lejos del arco, y así fue. Mis compañeros recién se enteraron de noche cuando lo vieron por la tele. En el festejo en el Hotel Oceanía con la familia lo hablamos.

El partido cumbre de Venancio Ramos con la selección ante Chile por las Eliminatorias para el Mundial de México 86 que le dio el triunfo a los celestes con un gol suyo

El Mundial de 1986 fue raro de principio a fin.
Del equipo de jugó en la Eliminatoria, el único que no entró de titular fui yo, pero estaba pronto para cuando el técnico decidiera. Jugué contra Alemania, Dinamarca, y ante Escocia y Argentina fui titular.

Así fue el limonazo de Venancio Ramos en el tiro libre de Aravena; el uruguayo aparece muy cerca de la pelota y lo distrae

¿Qué pensó cuando echaron a Batista?
Habíamos tenido problemas por juego aéreo y cuando expulsaron a Batista, pasó Wilmar (Cabrera) a jugar ahí, nos dio menos posibilidades ofensivas pero la solvencia de que por arriba no nos podían llegar y no nos llegaron. Después nos encontramos con una Argentina muy fuerte, muy bien trabajada, que estudiaba muy bien a los rivales, y los otros días, miraba un video de Bilardo explicando cómo había contrarrestado a Uruguay con la marca de Garré sobre mí, Cucciufo sobre Enzo que él decía que así iba a desarticular a Uruguay ofensivamente. Hizo un planteo táctico beneficioso para Argentina. Esbozamos un repunte cuando entró Ruben (Paz), ya quedaba poco tiempo.

Venancio Ramos lleva la pelota ante Argentina ante la atenta mirada de Diego Maradona en el Mundial de México 86

Maradona fue infernal, empezaba a mostrarse en ese Mundial.
El resultado fue apretado pero Argentina fue muy superior. Maradona cada vez que tocó la pelota era tremendo. Uno dice, nos hicieron un gol con un pase de un central nuestro, pero hoy con otra edad y con intención de reconocimiento, uno entiende bien el resultado. Teníamos cifradas esperanzas porque era el mejor momento de Enzo en River argentino y Cucciufo lo maniató y no pudo demostrar su capacidad innegable.

El centro de Venancio Ramos para que Waldemar Victorino anotara el definitivo 2-1 ante Brasil para ganar la Copa de Oro

¿Qué le parece la selección y Tabárez?
Si bien hemos recuperado el nivel que habíamos perdido en otras etapas de la selección, tuvimos momentos para estar un poquito más arriba con la capacidad, más allá del cuarto y quinto puesto logrados. Con la gran capacidad que tienen sus jugadores, en su momento faltó una propuesta más ofensiva. Los equipos que llegan ahí arriba son los que tienen una propuesta con mayor riesgo. Tuvo jugadores como para tener otra propuesta en los momentos decisivos y no los supo aprovechar.

¿Cómo se dio su pase a Nacional?
Había jugado en Racing en la B, subimos, estaba libre y se dio la posibilidad de ir a Nacional. Peñarol no me quiso en su momento por algunos inconvenientes con el Cr. Damiani. Yo pensaba que la de Peñarol era una etapa terminada.

Venancio Ramos defendiendo a Nacional contra Peñarol; en el clásico que debutó Menotti, los tricolores ganaron 1-0 con gol de Ramos

¿A quién le gritó aquel gol clásico?
Fue el 16 de setiembre de 1990, era el debut de Menotti en clásicos y por eso lo recuerdo. Lo grité con la mesura necesaria del caso, no fue un festejo alocado sino inteligente porque me debía a una camiseta que había confiado en mí. Sin intención de dedicárselo a nadie.

También participó del clásico del lío de 1990 en que hubo hasta detenidos.
Con Seré fuimos los únicos que no fuimos expulsados, y había jugado con la gran mayoría de los muchachos que estaban ahí. Me acuerdo de Adrián Paz y le dije: “¿Qué hacés? ¡Es una locura esto!”. Y lo tranquilicé un poco. Traté de apaciguar. Igual tuve que acompañarlos al Juzgado como testigo.

El gol de Venancio Ramos con Nacional a Peñarol y su festejo

En 1989 con Racing, le hizo cinco goles a Villa Española y luego ascendieron.
Ese día no pude festejar los goles, porque en la entrada de Villa Española, las cosas que nos decían eran tremendas. Fue la primera vez que hacía un gol y pedía disculpas (se ríe), porque estaba complicadísimo. Me deben una pelota (se ríe).

“A Ruben Paz lo sacamos con Mario (Saralegui) del pescuezo del Parque Central”

¿Por qué no trabaja en ningún equipo como técnico?
No tengo idea o explicación. Desde que me retiré del fútbol jamás recibí llamado de un dirigente. La carrera de entrenador dista mucho de haber sido un jugador equis. Por el momento no creo que lo pueda hacer. Cuando uno tiene una expectativa y luego no se cumple, es difícil.

La gran amistad que cosechó con el paso de los años Venancio Ramos con Alcides Edgardo Ghiggia: dos números 7 de la selección uruguaya, juntos

¿Tuvo una amistad con Ghiggia?
Fui amigo. Afortunadamente puedo decir que en el último mes de su vida, tuve una reunión con él y es el recuerdo que me quedó de Alcides, una persona que estimaba mucho y sé que él también, porque no atendía a mucha gente, pero conmigo siempre tuvo un diálogo excelente y mi reconocimiento a él. Lo conocí cuando estuvo como ayudante de Dino Sani en Peñarol. En 1980 nos hicieron una nota juntos por la Copa de Oro y no nos veímos más, hasta que dejé de jugar y nos vimos muchas veces.
Siempre recordamos que usábamos el mismo número en la camiseta, una persona muy entrañable, muy recordada por su don de gentes, siempre se mantuvo un poco alejado de lo que significó lo que él logró. Una persona muy querida.

La jugada notable de Venancio Ramos ante Júnior en Bahía en 1983 en la final de vuelta de la Copa América ante Brasil; tocó por un lado de Júnior y la fue a buscar por el otro; luego, el centro perfecto para el gol de Aguilera

¿Qué jugador de la actualidad se parece a Venancio Ramos jugador?
De los de hoy, Neymar es el jugador que se parece más a lo que yo hacía. Primero porque juega por la raya, es dribleador, patea penales, tiros libres. Para decir un nombre, vamos a pedir uno bueno (se ríe).

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