Verdes o celestes, la disputa por el aborto en las calles argentinas

A cien metros de allí, separadas por vallas, las activistas celestes que se oponen a la legalización del aborto ruegan "por las dos vidas", en alusión a madre e hijo.

En la calle, el entusiasmo de las jóvenes de verde copó la escena pese a que en el Senado el proyecto de legalizar la interrupción voluntaria del embarazo parece hacer agua al menos hasta la tarde de este miércoles por una mayoría de votos en contra.

"Nadie te obliga a abortar, no me obligues a parir. La maternidad será deseada o no será", se leyó en un cartel que sostenido por Sol Barel, estudiante de veterinaria de 24 años.

Mientras avanzaba la tarde y las horas de discusión puertas adentro del Parlamento, las jóvenes no cesaban en sus cánticos contra la penalización del aborto que atribuyen a la sociedad machista y a la influencia de la Iglesia católica."Abajo el patriarcado, se va a caer. Arriba el feminismo que va a vencer", cantaron.

Estudiantes

Adolescentes de colegios públicos arrancaron temprano. La tarea: pintarse el rostro con brillantina verde, escribir lienzos enormes a favor del aborto legal, concentrarse en un solo edificio y marchar por las calles de Buenos Aires hasta el centro de la ciudad.

A su paso, muchos aplaudían y les gritaban "¡Vamos las chicas!", mientras otros miraban con aire de reproche o directamente las interpelaban.

Pelucas, pantalones, sacos, camisetas, todo era verde. "Estamos haciendo historia", se congratulaban las adolescentes convencidas de que la ley saldrá. Si no "la lucha recién empieza", sostienen.

"Esto no es aborto sí o aborto no, es aborto legal o aborto clandestino", afirmó Adriana Saucedo, de 57 años, en alusión a uno de los lemas de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, lanzada hace 15 años.

Según datos de distintas ONG, unos 500.000 abortos clandestinos se realizan al año en Argentina, y por esa causa mueren un centenar de mujeres. La cuarta parte de ellas menores de 25 años.

A lo largo de la jornada, se sumaron más y más personas. La mayoría mujeres, pero también muchos varones acompañaron.

En algunas esquinas hay escenarios por los que desfilan artistas, en distintas carpas se organizan debates y charlas para amenizar la vigilia que se extenderá hasta la hora de la votación tarde en la noche.

El lado celeste de la vida

Pasar del verde al celeste demanda una larga caminata y rodear vallas fuertemente custodiadas. Menos gente movilizada por "las dos vidas", y la tranquilidad de sentirse casi seguros ganadores de la jornada.

"Soy catequista y desde la concepción hay vida humana, para mí", dijo Violeta Torres, de 52 años, venida desde La Matanza, en la periferia oeste de Buenos Aires.

Con una estatuilla de la virgen de Itatí envuelta en una tela celeste, esta madre de cuatro hijos y abuela de cuatro nietos solo interrumpe su rezo del rosario para hablar con la agencia AFP.

Durante la jornada los pañuelos celestes se mezclaron con banderas argentinas. "Hoy tenemos la posibilidad de estar representados por personas que defienden la vida. Mañana si Dios quiere, como vienen anunciando, lo que debemos hacer es comprometernos a no dejar abandonadas a las mujeres", se escuchó la voz de un hombre desde los parlantes.

Del lado celeste, hay muchos más varones entre los manifestantes.

"No es el cuerpo de la mujer, el hijo está en su cuerpo", enfatizó Agustín Guzmán, de 20 años, católico ferviente, que porta un cartel con un dibujo de un feto y la leyenda: "No soy un error, soy un ser humano".